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Comisario Piedrabuena: “El caso de Marta me ha dejado marcado de por vida”
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“ME HUBIERA GUSTADO DECLARAR EN EL JUICIO”

Comisario Piedrabuena: “El caso de Marta me ha dejado marcado de por vida”

El juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Sevilla sobre el caso Marta del Castillo tiene un ausente de excepción, el comisario Manuel Piedrabuena.

Foto: Comisario Piedrabuena: “El caso de Marta me ha dejado marcado de por vida”
Comisario Piedrabuena: “El caso de Marta me ha dejado marcado de por vida”

El juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Sevilla sobre el caso Marta del Castillo tiene un ausente de excepción, el comisario Manuel Piedrabuena. Él fue quien dirigió la investigación desde que se produjo el crimen de la joven sevillana. Lo hizo con un equipo de profesionales de cuyo trabajo se siente “muy orgulloso”, y mira  con desdén a “esos niñatos que se están riendo de todos”. Piedrabuena ha hecho todo lo posible, según las normas, “que hay que cumplir a rajatabla, y nosotros (los policías), los primeros”, y asegura en declaraciones a El Confidencial, que no está en su mano cambiar las leyes y los procedimientos por los que hay que conducirse en estos casos.

“La policía, como ahora los jueces, trabaja con las herramientas que tiene”, asegura este comisario con más de cuarenta años de servicio y un brillante expediente. “El caso Marta del Castillo me ha dejado marcado de por vida”, dice el comisario Piedrabuena en unos momentos en los que, a su juicio, la declaración de los policías, “donde cada cual dice su parte”, demuestra lo conveniente que habría sido que él hubiera prestado declaración, como de hecho pidieron los padres de Marta al comienzo de la vista. Él “hubiera dado una visión global de todo lo que ha habido. Me hubiera encantado ir a declarar”.

“Hubo investigaciones que no se conocen”

El comisario Piedrabuena, al hablar con El Confidencial, desvela que en el caso Marta del Castillo “se han hecho cientos de investigaciones que no se conocen”, y asegura que tanto él como los profesionales que ha dirigido “hemos sufrido mucho”. Recuerda las jornadas sin horas ni fiestas que se cubrieron inspeccionando el vertedero, “de 120 metros de alto por 11 de largo y 90 de ancho, que desprendía gas metano, con el consiguiente riesgo para la salud”, o el mes que se investigó en el río, la frustración a la que había que hacer frente, la presión mediática y la autocrítica: “Yo soy muy amigo de la autocrítica”, asegura consciente de que aún anida cierta desconfianza en las labores de la policía por lo que a este caso se refiere.

Aun hoy, este comisario escucha y lee las reacciones de quienes piden otro tipo de justicia, alude a peticiones de que “cuelguen a los culpables y los metan y saquen del río Guadalquivir hasta que canten”, pero sabe que, como profesional, “he de atenerme a las normas”, por mucho que pueda comprender algunos sentimientos colectivos.

Cuando observa la declaración de los acusados, a Piedrabuena le viene a la mente la habilidad que siempre tuvieron para mentir, pero le consuela el hecho de que Antonio del Castillo, padre de Marta, “denuncie ahora que los acusados acusan a la policía de haberlos maltratado”. Piedrabuena recuerda aquellos días en que los padres de la joven desaparecida se desesperaban y cuestionaban la labor policial, y aquellos momentos en los que “a Antonio del Catillo se le saltaban las lágrimas” cuando los policías iban de un lado a otro haciendo los máximos esfuerzos sin encontrar nada.

“Este caso no tiene precedentes en España”

“Como comisario tuve la suerte de dirigir las investigaciones de un caso que no tiene precedentes en España”, asegura refiriéndose a la desaparición de Marta del Castillo. El esfuerzo realizado para encontrarla y la estructura que se montó para conseguirlo, en la que había desde policías y guardias civiles a militares y bomberos, son elementos que ratifican las afirmaciones de Piedrabuena, que se repite una y otra vez en que está “muy orgulloso del trabajo de los profesionales,” que dirigió.

Sin embargo, el escenario en el que se produjeron los hechos, la presión mediática y el sentimiento colectivo que pivotaba entre la impotencia y la exigencia de justicia rápida le hacen afirmar que  “desde entonces no puedo conciliar el sueño”. Piedrabuena es consciente de que el ingente trabajo realizado “no ha servido para encontrar a Marta”, e insiste y se pregunta una y otra vez “¿es que todo esto no va a servir para nada, todo el trabajo que se ha hecho….?”. En el peor de los casos es posible que así sea. De hecho y siguiendo la vista que tiene lugar en la Audiencia de Sevilla, el peor de los temores apunta a que “estos niñatos se sigan riendo de todo el mundo”. 

El juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Sevilla sobre el caso Marta del Castillo tiene un ausente de excepción, el comisario Manuel Piedrabuena. Él fue quien dirigió la investigación desde que se produjo el crimen de la joven sevillana. Lo hizo con un equipo de profesionales de cuyo trabajo se siente “muy orgulloso”, y mira  con desdén a “esos niñatos que se están riendo de todos”. Piedrabuena ha hecho todo lo posible, según las normas, “que hay que cumplir a rajatabla, y nosotros (los policías), los primeros”, y asegura en declaraciones a El Confidencial, que no está en su mano cambiar las leyes y los procedimientos por los que hay que conducirse en estos casos.