Es noticia
El error del PSOE: casi 2.000.000 de votantes se le han ido por el ‘centro’
  1. España
UNA CAMPAÑA ‘A LA IZQUIERDA’ NO HA RECORTADO DIFERENCIAS

El error del PSOE: casi 2.000.000 de votantes se le han ido por el ‘centro’

Alfredo Pérez Rubalcaba está intentando corregir un error de estrategia de su campaña para este 20-N que le hizo cortejar el voto de los desencantados a

Foto: El error del PSOE: casi 2.000.000 de votantes se le han ido por el ‘centro’
El error del PSOE: casi 2.000.000 de votantes se le han ido por el ‘centro’

Alfredo Pérez Rubalcaba está intentando corregir un error de estrategia de su campaña para este 20-N que le hizo cortejar el voto de los desencantados a la izquierda del PSOE despreciando la sangría de votos en el centro y ‘derecha’ de su partido. Esta es una de las principales consecuencias que mostró la macroencuesta del CIS cuando la campaña estaba ya lanzada: el PSOE había perdido 1.500.000 votos de electores que en 2008 votaron a Zapatero y que ahora lo harían por el PP, y otros 400.000 más que los harían por UPyD o CiU. Sin embargo, ‘sólo’ 800.000 votantes socialistas de hace tres años se inclinarían ahora por una opción más a la izquierda, en su mayoría a IU.

Ésa es una de las principales conclusiones de las que alertó el gabinete demoscópico GAD3 a la vista de la encuesta del CIS: el PSOE perdía muchos más votos por el centro que por la izquierda y, como recordaba Narciso Michavila en El Confidencial, “se repite el mismo fenómeno de las pasadas elecciones municipales donde el incremento de votos del PP -incluidas las escisiones de UPN y FAC- fue mitad de la pérdida de voto del PSOE”.

Sin embargo, desde antes que comenzara la campaña electoral, el equipo de Pérez Rubalcaba centró su estrategia en cautivar el voto de los desencantados a la izquierda del PSOE, con guiños constantes al Movimiento 15-M, alejándose de cualquier contacto con la Iglesia (Rubalcaba hizo ‘mutis por el foro’ en todos los actos de la Jornada Mundial de la Juventud) o enarbolando la bandera de la contestación a los dictados económicos de los Gobiernos conservadores de Merkel y Sarkozy.

Como recuerda Michavila, “el cruce del recuerdo de voto por la intención de voto –lo que se denomina matriz de transferencia- muestra que las mayores pérdidas del Partido Socialista se van a la derecha de su espacio electoral”, con lo que el arranque de la campaña socialista parece haber errado el tiro y justificaría que desde el CIS de julio, la distancia entre PP y PSOE no haya hecho otra cosa que crecer. Hay que recordar que en ese sondeo, que medía el llamado ‘efecto Rubalcaba’ tras su designación como candidato, la ventaja de Rajoy se estrechó hasta los 7 puntos. Desde entonces, la brecha ha ido ampliándose hasta más que duplicarse en el CIS, más de 16 puntos, y que el colchón que le dan todos los sondeos a Rajoy se sitúan entre los 12 y los 19 puntos. La mayoría absoluta garantizada para los ‘populares’ en cualquier caso.

Según indica toda la experiencia demoscópica y electoral, recuperar en una campaña el voto de quienes ya han decidido irse a otra formación es algo muy difícil, y el objetivo de la campaña socialista debería haber sido los abstencionistas o indecisos, pero estos grupos se encuentran, según el CIS, en el centro o no tienen una ideología definida, con lo que una campaña centrada en mensajes para captar el voto a la izquierda ha demostrado ser un error estratégico.

Sin embargo, y pese al esprint final del candidato socialista y el nuevo rumbo de sus mensajes centrado en la seguridad de no recortar o garantizar la cobertura del desempleo, parece que ya es tarde. Los mensajes de última hora no provocan efectos más que “en el voto más instrumental y estratégico. Este voto que se decide en los últimos días de la campaña, incluso el mismo día de las elecciones, afecta –dice Michavila, presidente de GAD3- principalmente a los partidos minoritarios en sus circunscripciones (no entran en esta categoría, pro tanto, ni PNV ni CiU) que se nutren en mayor medida de voto masculino, urbano, menor de 45 años y mayor nivel de estudios”. Y ese voto instrumental es el que nutre fundamentalmente a UPyD: hasta un tercio del electorado de la formación de Rosa Díez decantó su voto en los últimos días de la campaña de las pasadas autonómicas y municipales y, por ello, ni el CIS ni ninguna otra encuesta detectó la entrada de UPyD en la Asamblea de Madrid o de Compromís en las Cortes Valencianas.

En conclusión, la única sorpresa que nos deparará el 20-N en cuanto a mensajes de última hora será que los minoritarios obtengan más representación que la que les otorga el CIS, pero no que Rubalcaba pueda, por mucho que esprinte, contener ya la sangría de votantes que se le ha ido por el centro.

Alfredo Pérez Rubalcaba está intentando corregir un error de estrategia de su campaña para este 20-N que le hizo cortejar el voto de los desencantados a la izquierda del PSOE despreciando la sangría de votos en el centro y ‘derecha’ de su partido. Esta es una de las principales consecuencias que mostró la macroencuesta del CIS cuando la campaña estaba ya lanzada: el PSOE había perdido 1.500.000 votos de electores que en 2008 votaron a Zapatero y que ahora lo harían por el PP, y otros 400.000 más que los harían por UPyD o CiU. Sin embargo, ‘sólo’ 800.000 votantes socialistas de hace tres años se inclinarían ahora por una opción más a la izquierda, en su mayoría a IU.