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Las bases se movilizan para infiltrar delegados críticos en el congreso del PSOE
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IMPIDEN QUE RUBALCABA ACAPARE TODOS LOS VOTOS EN SUS 'BARONÍAS' AFINES

Las bases se movilizan para infiltrar delegados críticos en el congreso del PSOE

Alfredo Pérez Rubalcaba parte con ventaja en la carrera sucesoria desde la presidencia del Grupo Parlamentario Socialista y con el apoyo territorial de importantes barones del

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Las bases se movilizan para infiltrar delegados críticos en el congreso del PSOE

Alfredo Pérez Rubalcaba parte con ventaja en la carrera sucesoria desde la presidencia del Grupo Parlamentario Socialista y con el apoyo territorial de importantes barones del partido. Sin embargo, no podrá contar en bloque con todos los votos que partan de estas comunidades autónomas afines, ya que las bases descontentas pretenden infiltrar en el Congreso del PSOE de febrero el mayor número de delegados reacios al continuismo. El voto en el cónclave socialista será secreto, y quienes se oponen que Rubalcaba lidere el partido esperan que le suceda lo mismo que a José Bono en el año 2000.

Bono era entonces el gran favorito y consiguió un gran apoyo de los delegados al reunir 350 avales. José Luis Rodríguez Zapatero se quedó muy lejos, con 186; Rosa Díez obtuvo 103 y Matilde Fernández, 101, de un mínimo exigido de 99. Sin embargo, como es bien sabido, Zapatero logró un gran vuelco en la votación aglutinando el voto contrario al ex presidente de Castilla-La Mancha. Casi doce años después, los defensores de Carme Chacón rebuscan en las hemerotecas y blanden este argumento para subrayar que, al margen de federaciones y barones, la conducta de los 963 delegados que acudirán al Congreso resulta impredecible.

Así, la primera gran batalla por el liderazgo tendrá lugar entre los días 16 y 22 de enero, cuando tienen lugar los congresillos regionales y provinciales que escogen a los citados delegados. Según los estatutos, “en el supuesto de que existan dos listas” en cada federación, la minoritaria tendrá una representación proporcional siempre que obtenga, al menos, el 20% de los votos válidos. Y, en el caso de que existan más de dos listas y ninguna obtenga la mayoría, “la más votada tendrá derecho a una representación de la mitad más uno de los cargos a elegir, repartiéndose el resto proporcionalmente entre las demás candidaturas que hayan superado el 20%”.

Por tanto, aunque Óscar López o Guillermo Fernández Vara quisieran dirigir todos los votos de su Castilla León y Extremadura hacia Rubalcaba, se encontrarían con un puñado de representantes rebeldes que optarían por Chacón o una hipotética tercera vía. “Rubalcaba está cometiendo un error al contar con apoyos que en realidad no tiene”, advirtió una dirigente socialista. “Los secretarios generales autonómicos están ofreciendo unos votos que tampoco tienen y las bases se están moviendo mucho”, añadió.

Los críticos proliferan en las federaciones

Sin embargo, en el PSOE no hay un diagnóstico compartido de hasta qué punto las bases están dispuestas a dar la batalla. “Detecto descontento, claro, pero no el nivel de rebeldía que existía en 2000”, afirmó uno de los protagonistas de la victoria de Zapatero, escéptico ante la posibilidad de una  auténtica catarsis en el próximo Congreso. En cualquier caso, sí existen movimientos en internet como Bases en Red o Nuevo Socialismo. La primera corriente pretende que el partido abra a todos los militantes la posibilidad de elegir a su líder en primarias, y ha organizado una votación para conocer qué candidato es el favorito de los afiliados. La segunda tratará incluso de presentar un candidato en el cónclave del partido.

Pero donde ya se está viendo la división es en las agrupaciones. Cabe recordar que la formación está descabezada, y en manos de una gestora, en las provincias de León y Zamora; y en los municipios de Jaén y Almería. En Aragón, los críticos con la dirección se manifestaron tras la debacle del 20-N, mientras que en Extremadura, Guillermo Fernández Vara está topándose con una creciente oposición a su apuesta por seguir al frente de la formación. Militantes de base, pero también de peso como la ex ministra María Antonia Trujillo, ex consejeros de la etapa de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ex diputados y ex alcaldes conforman el sector crítico.

Por su parte, el partido en Madrid también está dividido entre los fieles a Tomás Gómez, quien espera que Chacón se presente para actuar de ariete de su candidatura; y quienes permanecieron del lado de Trinidad Jiménez en las primarias. Entre estos últimos se encuentran algunos colaboradores de Rubalcaba, pero la pugna se complica al entrar en juego el factor guerrista, una corriente que apoyó a Gómez en las primarias pero que ahora puede decantarse por Rubalcaba. Y es que en febrero no se resuelve sólo quién liderará al PSOE en el ámbito nacional, sino que dará comienzo la batalla por controlar a las federaciones socialistas de toda España.

Alfredo Pérez Rubalcaba parte con ventaja en la carrera sucesoria desde la presidencia del Grupo Parlamentario Socialista y con el apoyo territorial de importantes barones del partido. Sin embargo, no podrá contar en bloque con todos los votos que partan de estas comunidades autónomas afines, ya que las bases descontentas pretenden infiltrar en el Congreso del PSOE de febrero el mayor número de delegados reacios al continuismo. El voto en el cónclave socialista será secreto, y quienes se oponen que Rubalcaba lidere el partido esperan que le suceda lo mismo que a José Bono en el año 2000.