Rajoy controlará las elecciones andaluzas con una delegada cercana a Arenas

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ha querido dejar constancia de la influencia que el Ejecutivo de Rajoy tiene a partir de ahora en Andalucía presidiendo la toma de posesión de Carmen Crespo como delegada del Gobierno. Rajoy pone así una pica en Flandes, estableciendo su control operativo de las elecciones autonómicas del próximo marzo, frente a una Junta de Andalucía que cada vez se encuentra más arrinconada ante el empuje del PP, primero desde los ayuntamientos y diputaciones y ahora en la representación del Gobierno central.

De hecho, el acto de posesión de Carmen Crespo, ex alcaldesa de Adra (Almería) y persona curtida en el Grupo Parlamentario a la sombra de Javier Arenas, es lo más parecido a un desembarco del PP en la estructura institucional andaluza controlada hasta ahora por el PSOE, y se ha querido presentar como un prólogo del triunfo electoral de los populares el próximo mes de marzo.

Arenas pidió que se cubriera el puesto con urgencia

Soraya Sáenz de Santamaría había justificado el nombramiento de Carmen Crespo en el primer consejo de ministros por la necesidad de cubrir una plaza que llevaba diez días vacante. Sin embargo la urgencia de esta nominación responde también a la proximidad de las elecciones andaluzas. Según aseguran fuentes del PP, Javier Arenas ya le expuso a Rajoy la necesidad de contar en Andalucía con la réplica institucional a la Junta desde la Delegación del Gobierno con la máxima urgencia.

El PP necesita contar con una estructura provincial –los subdelegados- que hagan frente a la red institucional de la Junta, caracterizada por un fuerte componente de partido, que más que en clave institucional trabaja en pro de los intereses del PSOE-A. Tanto es así, que José Antonio Griñán ha tratado de sofocar las crisis provinciales poniendo a delegados de la Junta de su absoluta confianza para anular la acción de los sectores críticos con su liderazgo interno.

El nuevo poder del PP frente a la beligerancia de la Junta

La figura de la nueva delegada del Gobierno en Andalucía, una mujer que envuelve la contundencia con una pátina de amabilidad, es clave de cara a la actitud que ya muestra la Junta frente al Gobierno de Rajoy. A pesar de las constantes promesas de colaborar con el nuevo ejecutivo del PP, el Gobierno de Griñán ha endurecido su actitud real y ha empezado a reivindicar asignaturas que dejó pendientes Zapatero, como las competencias sobre el Guadalquivir o los más de 1.500 millones de inversión que se le deben a Andalucía y que el anterior inquilino de La Moncloa dejó sin pagar.

Sin embargo, el mayor pulso de la Junta a los planteamientos expuestos por Rajoy en su discurso de investidura ha sido el anuncio de una convocatoria de oposiciones para cubrir 2.389 plazas de Secundaria y Formación Profesional, que se celebrarán en verano de 2.012. Este anuncio choca con la previsión que en el plano nacional tiene el Gobierno central sobre el incremento de la función pública, excepto en los cuerpos de seguridad y Defensa. Y, por otra parte, supone un órdago al propio Javier Arenas, que en caso de ganar las elecciones en marzo tendrá que mantener la convocatoria en contra de las directrices de su propio partido en el Gobierno de la nación.

La nueva delegada del Gobierno, Carmen Crespo, asegura que mantendrá una actitud institucional y de colaboración con Griñán, y espera que desde la Junta no se abunde en la estrategia del enfrentamiento con Madrid. En cualquier caso, Arenas advierte de que la nueva delegada será la “réplica” del Gobierno de la nación a la Junta de Andalucía.