Aragonés, el diputado 0’0, ascendido a presidente de comisión

La victoria electoral del pasado 20-N ha dado margen a Mariano Rajoy para dar cargos a casi todos los dirigentes del partido, desde a los más afines (para el Ejecutivo) a los antiguos díscolos, incluidos los que se pasaron los siete años y medio de oposición sin estrenarse en el Congreso. Es el caso de Carlos Aragonés, el diputado 0,0 -ni una pregunta ni una intervención en toda la legislatura-, que será ascendido de diputado raso a presidente de la Comisión de Cooperación Internacional de la Cámara Baja (casi dos mil euros más al mes) a propuesta del Grupo Popular.

El PP, con derecho a presidir 21 de las 28 comisiones del Congreso, ha seguido en líneas generales la tradición de poner en las presidencias a los diputados más veteranos y con mayor experiencia o a los dirigentes que han alcanzado ya los puestos más destacados en el Ejecutivo, normalmente el de ministro. La norma se aplica, como adelantó El Confidencial, en la comisión que será más importante en esta legislatura, la de Economía, que estará presidida por la ex ministra y ex secretaria de Estado Elvira Rodríguez.

Para el resto de las comisiones de más peso, el Grupo Popular también destina a ex ministros como Juan Carlos Aparicio (Interior) o a dirigentes con larga trayectoria: Arturo García Tizón (Constitucional) y Agustín Conde ((Defensa). En el capítulo de recompensas y rehabilitaciones entran Alfredo Prada (Justicia) y Gabriel Elorriaga, ex “crítico” ascendido a presidente de la Comisión de Hacienda.

Otros diputados con larga trayectoria en el Parlamento como portavoces de área que se han fajado en los duros años de oposición y que ahora reciben el premio de la promoción son Gonzalo Robles, José Ignacio Llorens, José Manuel Albendea, Mario Mingo o Carmen Quintanilla.

Entre los portavoces designados destaca la vuelta de Vicente Martínez Pujalte para Economía y el destino asignado a Ignacio Astarloa para ocuparse de la comisión del reglamento.