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Rubalcaba busca 'pelea' con Rajoy sin cerrar antes las heridas del PSOE
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LOS SOCIALISTAS CATALANES PLANTAN CARA A FERRAZ

Rubalcaba busca 'pelea' con Rajoy sin cerrar antes las heridas del PSOE

El PSOE comienza a actuar como un partido en la oposición. Después de un traumático 2011 y de la intensa batalla por el liderazgo que ha paralizado a

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Rubalcaba busca 'pelea' con Rajoy sin cerrar antes las heridas del PSOE

El PSOE comienza a actuar como un partido en la oposición. Después de un traumático 2011 y de la intensa batalla por el liderazgo que ha paralizado a la formación desde noviembre, los socialistas se preperan para confrontar con el Partido Popular, aunque con sus heridas internas todavía abiertas. El primero en cambiar de perfil ha sido Alfredo Pérez Rubalcaba, quien, tras casi ocho años en el poder, comenzó ayer a ejercer de secretario general advirtiendo a Mariano Rajoy que le pondrá muy difícil, entre otras cosas, la renovación del Tribunal Constitucional.

Rubalcaba utilizó el sábado en Sevilla la denuncia de los acuerdos con el Vaticano como un hábil golpe de efecto ante los delegados socialistas, pero su iniciativa se tradujo más tarde en una de las resoluciones más llamativas del congreso del PSOE. Ahora, el jefe de la oposición está dispuesto a plantear este discurso laicista en el Congreso de los Diputados, y hacer frente así a las reformas que prepara  el Gobierno de PP en materias como el aborto o la educación para la ciudadanía.

“Si retroceden treinta años, nosotros nos sentimos libres para dar un vistazo a nuestras posiciones”, afirmó Rubalcaba, quien criticó que el Ejecutivo de Rajoy pretenda imponer una “moral oficial” rompiendo los consensos. La ruptura del concordato es una vieja aspiración que anida en las bases del PSOE, pero sus dirigentes siempre han optado por mantener acuerdos de financiación con la Iglesia, mientras que en la última legislatura, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero renunció a aprobar una reforma de la ley de libertad religiosa.

Pero más allá de enfrentamientos ideológicos, los socialistas pueden plantarse en asuntos clave para el funcionamiento de las instituciones, como la renovación del Tribunal Constitucional, el Consejo General del Poder Judicial o del Defensor del Pueblo. Esta será una de las primeras y más complicadas negociaciones que tienen por delante Rubalcaba y Rajoy. El socialista tachó de “tremenda” y “terrible” la “lógica” del mensaje que el PP envía a los ciudadanos, según la cual, solo funcionan adecuadamente este tipo de órganos cuando los populares están en el poder, mientras que se bloquean cuando el PSOE ocupa la Moncloa.

Rubalcaba pretende arrancar a Rajoy un cupo de magistrados y cargos institucionales que resulten aceptables para los socialistas, e impedir así que la mayoría absoluta popular se traslade también al Poder Judicial. El PSOE mantiene capacidad de bloqueo en el Parlamento, por lo que esta negociación puede convertirse en uno de esos asuntos en los que el nuevo secretario general está dispuesto a “confrontar”.

Primera crisis con los socialistas catalanes

Pero los socialistas difícilmente van a poder concentrar todas sus fuerzas en ejercer la oposición al PP. El cónclave de Sevilla no ha restañado todas las heridas, y se avecinan una serie de congresos regionales con una alta conflictividad. Además, la derrota de Carme Chacón está redefiniendo la estrategia del PSC, que probablemente se decantará por discrepar de Rubalcaba y preservar un discurso propio frente a Ferraz.

Los delegados catalanes votaron mayoritariamente a Chacón, pero en el PSC existía también el convencimiento de que sería más fácil “vivir contra Rubalcaba”, que soportar la presión de la ex ministra de Defensa, obligada a un discurso antinacionalista para controlar al PSOE. Por ello, en la primera reunión de la Ejecutiva tras el congreso, los socialistas catalanes decidieron defender su independencia de voto en el Congreso de los Diputados.

El portavoz Jaume Collboni remarcó que “el nuevo PSC será más PSC que nunca”, por lo que negociará que el Grupo Parlamentario Socialista en Madrid incorpore la palabra “federal”, así como la forma en que los catalanes hablarán con “voz propia” en el Congreso. Ante este desafío, Rubalcaba trató calmar las aguar recordando su historial de buenas relaciones con los socialistas de Cataluña, aunque durante su campaña interna por la secretaría general insistió en que el PSOE debe ser un partido “nacional” y defender el mismo mensaje en todos los rincones de España.

El PSOE comienza a actuar como un partido en la oposición. Después de un traumático 2011 y de la intensa batalla por el liderazgo que ha paralizado a la formación desde noviembre, los socialistas se preperan para confrontar con el Partido Popular, aunque con sus heridas internas todavía abiertas. El primero en cambiar de perfil ha sido Alfredo Pérez Rubalcaba, quien, tras casi ocho años en el poder, comenzó ayer a ejercer de secretario general advirtiendo a Mariano Rajoy que le pondrá muy difícil, entre otras cosas, la renovación del Tribunal Constitucional.

Mariano Rajoy Alfredo Pérez Rubalcaba