Zapatero ofrece al Consejo de Estado su “experiencia” en la lucha contra la crisis

José Luis Rodríguez Zapatero ya luce toga y medalla como miembro vitalicio del Consejo de Estado. Apadrinado por quien fuer su número dos, María Teresa Fernández de la Vega, y bajo la atenta mirada de Soraya Sáenz de Santamaría, Alfredo Pérez Rubalcaba o Alberto Ruiz-Gallardón, el expresidente ha tomado posesión de su nuevo cargo ofreciendo toda su “experiencia” a España en la lucha contra la crisis económica.

Tras la encarnizada lucha por el liderazgo en el PSOE, Zapatero ha incluido en su discurso un agradecimiento expreso a Rubalcaba por acudir a la ceremonia. “Gracias con todo mi afecto, Alfredo”, ha expresado. Del mismo modo, ha calificado a De la Vega, su madrina y también consejera permanente, de “leal, eficaz e incansable compañera de tantos y tantos afanes”. “Con la que me reencuentro hoy, feliz en este órgano del Estado”, ha añadido. Pero en su recién estrenado tono institucional de jarrón chino, también ha manifestado todo su “aprecio” por Sáenz de Santamaría, a quien ha deseado “acierto y suerte en el ejercicio” de su “importantísima responsabilidad”.

El objetivo de Zapatero es poner su “experiencia” como expresidente “al servicio del Consejo” y, especialmente, los “fragmentos” que “están más vivos y recientes” en su “cabeza” y “ánimo”. Es decir, los “últimos años de duro combate contra la crisis”. A su juicio, la superación de la crisis pasa por completar la construcción de la Unión Europea, dando una respuesta “verdaderamente conjunta y solidaria” a los problemas económicos. Por ello, ha reclamado “todo el apoyo político e institucional” para el Gobierno de Mariano Rajoy, de modo que juegue un papel importante en el proceso “cuasiconstituyente” que experimente Europa con la reforma de sus tratados.

El socialista ha iniciado así su andadura como consejero nato vitalicio de este órgano consultivo, la única actividad que de momento ha asumido como expresidente y exsecretario general del PSOE. Por esta tarea percibirá 76.600 euros anuales, a los que sumará su pensión de 78.185 para el mantenimiento de su oficina. Mucho más relajado que en su etapa al frente del Ejecutivo, Zapatero ha conversado en compañía de su mujer, Sonsoles Espinosa, con figuras que trabajaron codo cono codo con él en Moncloa como Rubalcaba o quien fuera su jefe de Gabinete, José Enrique Serrano.

Pero sobre las alfombras del Palacio de los Consejos, en pleno Madrid de los Austrias, se han formado otros corrillos en torno al nuevo secretario general del PSOE. Rubalcaba ha dialogado con el controvertido magistrado del Tribunal Constitucional, Manuel Aragón; el exministro de Justicia y notable derrotado chaconista, Francisco Caamaño; o el exministro del Interior, Antonio Camacho. Allí estaban también otros consejeros de extracción política, como el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, la popular Isabel Tocino, así como los veteranos Fernando Ledesma o Miguel Herrero de Miñón.

Ecos del juez Garzón

Este jueves también ha tomado posesión como consejero permanente el exjefe de la Casa del Rey, Alberto Aza. El diplomático ha aprovechado para elogiar la figura del monarca, recordando los años que ha servido a la Corona. “Vuelve a ser una institución, un centro de imputación, una suma de facultades concretas, a través de las que el Rey ejerce más que el poder, la autoridad”, ha señalado, aunque dados los tiempos que corren, el término “imputación” puede tener más de un significado para la familia real.