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Andalucía pone a prueba la autoridad de Rubalcaba como líder del PSOE
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AFRONTA SUS PRIMERAS ELECCIONES COMO SECRETARIO GENERAL EN UN AMBIENTE DE DEPRESIÓN

Andalucía pone a prueba la autoridad de Rubalcaba como líder del PSOE

Alfredo Pérez Rubalcaba afronta este fin de semana sus primeros comicios como secretario general del PSOE sin que su liderazgo se haya traducido, de momento, en

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Andalucía pone a prueba la autoridad de Rubalcaba como líder del PSOE

Alfredo Pérez Rubalcaba afronta este fin de semana sus primeros comicios como secretario general del PSOE sin que su liderazgo se haya traducido, de momento, en un revulsivo para el partido. Tras su pírrica victoria frente a Carme Chacón, el veterano político dirige una formación en estado depresivo que, según la mayoría de las encuestas, perderá mañana el Gobierno de Andalucía, su último gran feudo electoral y emocional. Se cerrará así un amargo ciclo de derrotas que comenzó en mayo de 2011, y que el propio Rubalcaba protagonizó como candidato en las pasadas elecciones generales. Ahora, el líder socialista se juega conservar su autoridad al frente de un PSOE con divisiones en los territorios, mermados recursos económicos y escasas expectativas de recuperar el poder a corto plazo.

La previsible caída de José Antonio Griñán dejaría a los socialistas con un solo presidente autonómico, el lehendakari Patxi López, aunque éste también cuenta con muchas posibilidades de ceder el mando a los nacionalistas en 2013. Rubalcaba se enfrenta a una anemia de poder mucho más grave de la que se encontraron Joaquín Almunia o José Luis Rodríguez Zapatero cuando accedieron a la secretaría general. De hecho, en 1999, solo un año antes de que el PP alcanzara su primera mayoría absoluta, Almunia celebraba el control del PSOE sobre Aragón, Asturias, Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía y Baleares. Y en 2003, ya con Zapatero al frente, los socialistas vencieron a los populares en los comicios municipales, mientras en Cataluña se sellaba el tripartito que expulsaba a CiU de la Generalitat.

“Vivimos un momento de excepcionalidad en el que no es extraño perder la mayoría absoluta en Andalucía. El electorado todavía no está castigando los recortes de la derecha, y nosotros estamos fríos”, señalan fuentes socialistas. La derrota ha dejado de ser una sorpresa y, bajo este razonamiento, el fracaso en los comicios andaluces podría ser considerado como la última réplica del terremoto electoral que sacude al PSOE desde 2011. Es decir, una circunstancia no achacable al reciente mandato de Rubalcaba en Ferraz. Los partidarios del exvicepresidente y algunos chaconistas moderados comparten esta lectura, a la que hay que sumar el desgaste evidente de la formación en Andalucía y los casos de corrupción.

En otras circunstancias, la perspectiva de una larga travesía en el desierto, combinada con una concatenación de fracasos electorales y escasez de cargos que repartir constituiría un cóctel explosivo para cualquier secretario general. No obstante, la depresión socialista está funcionando como un sedante y, por ahora, a la espera del resultado final de los comicios en Andalucía y Asturias, no hay indicios de que vaya a estallar una revuelta interna, ni de la creación de un frente contestatario que amenace la continuidad de Rubalcaba.

“No hay una figura que pueda hacer frente a Rubalcaba. Chacón perdió y se ha retirado temporalmente. Reaparecerá en su momento”, indicó un veterano del PSOE. Sin embargo, este estado de shock no oculta el malestar de muchos socialistas por la situación que atraviesa la formación. “La gente está muy desanimada. No hay cargos, no hay dinero, no hay poder y cada uno trata de hacer su vida”, apuntaron fuentes socialistas, que también lamentaron la falta de “impacto político y mediático” a la hora de hacer oposición a Mariano Rajoy.

Soñando con François Hollande… y las primarias

Y es que Rubalcaba se enfrenta también a una crisis de ilusión. Su imagen de solvencia le sirvió para imponerse por un puñado de votos a la vitalidad de Chacón, pero su fórmula de liderazgo no ha logrado despertar a las bases del PSOE. Una de las razones por las que Griñán apoyó a la candidata catalana era su esperanza en que un líder más joven y renovador le ayudara a retener la Junta de Andalucía. Se trata de una hipótesis incomprobable, pero ante el resultado del Congreso Federal el presidente andaluz ha optado por una estrategia regional para la campaña, eludiendo a Rubalcaba hasta el último día, cuando también reapareció Felipe González en un esfuerzo por quemar todos los cartuchos.

Otra prueba de esta melancolía es que la mayor ilusión del PSOE procede de Francia, donde el socialista François Hollande podría convertirse en presidente de la República. Rubalcaba visitó recientemente al candidato galo en París y Elena Valenciano aseguró el viernes que “si gana Hollande, habrá un antes y un después en la gestión de la crisis”. Su victoria podría dar alas a los socialistas españoles después de la ola conservadora que ha barrido a la izquierda del poder en Europa. Francia precisamente se dispone a importar el PSOE el modelo de las primarias abiertas a la ciudadanía.

La sensación más extendida en la actualidad es que Rubalcaba pretende ser candidato a la Presidencia del Gobierno, y que peleará en las primarias contra Chacón o cualquier otro candidato que se atreva a saltar a la arena. Para ello cuenta con una dirección confeccionada a su medida, integrada por fieles, así como con una mayoría de barones afines. No obstante, la división que se evidenció en la batalla por la secretaría general se ha trasladado al ámbito de las federaciones y de las provincias. Allí donde han ganado los candidatos rubalcabistas ha habido espacio para otros aspirantes; mientras en Madrid se ha consolidado Tomás Gómez, y en Valencia se espera que venza el sector crítico.

Pero incluso en las peores circunstancias se puede encontrar una lectura positiva. “El partido está patas arriba y con menos poder que nunca, pero esta debería ser también la oportunidad para atreverse con cambios e iniciativas que no se pueden llevar a cabo cuando se está gobernando”, concluyeron fuentes socialistas.

Alfredo Pérez Rubalcaba afronta este fin de semana sus primeros comicios como secretario general del PSOE sin que su liderazgo se haya traducido, de momento, en un revulsivo para el partido. Tras su pírrica victoria frente a Carme Chacón, el veterano político dirige una formación en estado depresivo que, según la mayoría de las encuestas, perderá mañana el Gobierno de Andalucía, su último gran feudo electoral y emocional. Se cerrará así un amargo ciclo de derrotas que comenzó en mayo de 2011, y que el propio Rubalcaba protagonizó como candidato en las pasadas elecciones generales. Ahora, el líder socialista se juega conservar su autoridad al frente de un PSOE con divisiones en los territorios, mermados recursos económicos y escasas expectativas de recuperar el poder a corto plazo.

Alfredo Pérez Rubalcaba