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Andalucía teme más a los recortes que a los ERE: aviso a Rajoy y oxígeno para Rubalcaba
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LOS SOCIALISTAS CONSERVAN ANDALUCÍA GRACIAS A IU Y VENCEN EN ASTURIAS SIN MAYORÍA

Andalucía teme más a los recortes que a los ERE: aviso a Rajoy y oxígeno para Rubalcaba

Andalucía no ha querido ejercer de enterrador del PSOE, el partido que gobierna la comunidad autónoma desde hace 30 años. Los socialistas han perdido por primera

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Andalucía teme más a los recortes que a los ERE: aviso a Rajoy y oxígeno para Rubalcaba

Andalucía no ha querido ejercer de enterrador del PSOE, el partido que gobierna la comunidad autónoma desde hace 30 años. Los socialistas han perdido por primera vez las elecciones frente al PP, pero conservan el aliento suficiente como para seguir en el poder con la ayuda de IU. Mariano Rajoy recibe así una primera advertencia electoral a su programa de reformas, mientras que Alfredo Pérez Rubalcaba puede sacar pecho por primera vez como secretario general. Paradójicamente, ha sido su adversario interno, José Antonio Griñán, quien ha frenado el tsunami del PP y quien ha logrado salvar el último gran feudo del PSOE. El resultado fue celebrado con júbilo en Ferraz, donde también se pudo saborear, tres años después, una victoria. Javier Fernández ganó en Asturias, pero Francisco Álvarez Cascos podría gobernar con el respaldo del PP.

La jornada electoral del 25-M amenazaba con sepultar al PSOE, arrebatarle su penúltimo bastión electoral y debilitar el liderazgo de Rubalcaba al frente del partido. Por su parte, Rajoy esperaba recibir un importante aval a sus medidas más controvertidas, especialmente a la reforma laboral, por la que el próximo jueves afronta una huelga general. Sin embargo, las encuestas erraron el tiro. El escándalo de los ERE o el caso Iván Chaves resultaron menos lesivos para los socialistas que el miedo a los recortes para el PP.

La dirección del PSOE se apresuró anoche a anunciar un cambio de ciclo, achacando a Rajoy el fracaso de Javier Arenas en su intento de alcanzar la mayoría absoluta en Andalucía. Para la número dos del partido, Elena Valenciano, la victoria en Asturias y la numantina resistencia en la Junta andaluza son la prueba de que se ha inaugurado una nueva “tendencia” electoral. “El supuesto giro a la derecha ha quedado en una vana ilusión”, aseguró. La euforia socialista parte del reconocimiento de que los resultados han sido mucho mejor de lo esperado, sorprendiendo al propio Rubalcaba.

Como se admite en Ferraz, la campaña andaluza no pudo desarrollarse en peores condiciones: un partido dividido, desgastado por tres décadas de gobierno, acosado por las denuncias de corrupción y un PP exultante que apenas ha cumplido 100 días en la Moncloa. Griñán llegaba a la cita con las urnas cuestionado por su apoyo a Carmen Chacón en el Congreso del PSOE, y mientras recorría su comunidad en solitario, sin coincidir apenas con Rubalcaba, Manuel Chaves o Felipe González, los medios de comunicación se hacían eco del escándalo de los ERE, los fondos de reptiles o las comisiones del hijo de Chaves. El pasado martes, mientras los socialistas trataban de acortar distancias con el PP, un chófer declaraba ante la juez cómo un director general de la Junta gastaba 20.000 euros públicos al mes en cocaína.

Sin embargo, como ya ha sucedido en otras comunidades como Valencia, los efectos electorales de la corrupción se diluían contrarrestados por otros mensajes políticos. Como viene siendo habitual, el PSOE apostó por alertar del peligro que supone el PP para los servicios públicos o los derechos sociales y prometió “seguridad” frente al “cambio” de Arenas. La campaña contra la reforma laboral y la convocatoria de la huelga general se coló en el duelo andaluz, contribuyendo a preservar una mayoría de izquierdas en el Parlamento autonómico.

PSOE y PP pierden votantes tanto en Asturias como en Andalucía

Los resultados muestran un escaso trasvase del PSOE al PP, situando a IU como la fuerza más beneficiada en Andalucía por la caída socialista. Es decir, que el voto de castigo a Griñán no se convirtió esta vez en un voto de confianza a los populares, como sí sucedió en las elecciones generales. Como gusta destacar en Ferraz, el PSOE cayó por nueve puntos frente al PP el pasado 20 de noviembre, pero ahora solo un punto separa a ambos partidos. Asimismo, en Asturias, los socialistas se han repuesto de su derrota en las generales, y han vencido por diez puntos a partido de Rajoy.

No obstante, los ciudadanos han optado también por otra forma de castigo, elevando la abstención en ambos comicios. En el caso andaluz, la participación cayó diez puntos, del 72,6 al 62,2%, mientras que en Asturias, solo alcanzó un 55,9%, frente al 66,9% de 2011. Y es que, pese a los discursos de gratitud y celebración protagonizados por Griñán, Arenas, Valenciano o María Dolores de Cospedal, tanto PSOE como PP han padecido una huida de electores.

Los populares han perdido 170.000 votos con respecto a las autonómicas de 2008, y más de 400.000 en comparación a las generales de 2011. La hemorragia de los socialistas ha alcanzado las 600.000 papeletas desde 2008, y ha profundizado, con 70.000 votos menos, el mal resultado del pasado noviembre. En Asturias, el PSOE se ha dejado 20.000 votos con respecto a las últimas autonómicas, y 30.000 con las generales. FAC ha visto desaparecer 50.000 apoyos; y PP, 12.000 en comparación con las regionales, y más de 100.000 desde el 20-N. Se trata pues de una advertencia general a los grandes partidos para que no interpreten sus resultados en forma de carta blanca ciudadana.

Andalucía no ha querido ejercer de enterrador del PSOE, el partido que gobierna la comunidad autónoma desde hace 30 años. Los socialistas han perdido por primera vez las elecciones frente al PP, pero conservan el aliento suficiente como para seguir en el poder con la ayuda de IU. Mariano Rajoy recibe así una primera advertencia electoral a su programa de reformas, mientras que Alfredo Pérez Rubalcaba puede sacar pecho por primera vez como secretario general. Paradójicamente, ha sido su adversario interno, José Antonio Griñán, quien ha frenado el tsunami del PP y quien ha logrado salvar el último gran feudo del PSOE. El resultado fue celebrado con júbilo en Ferraz, donde también se pudo saborear, tres años después, una victoria. Javier Fernández ganó en Asturias, pero Francisco Álvarez Cascos podría gobernar con el respaldo del PP.

Mariano Rajoy Alfredo Pérez Rubalcaba