El Congreso trabaja con 27 escaños vacíos y el PSOE clamando contra la reforma

No habrá piquetes en la Puerta de los Leones del Congreso de los Diputados, pero sí 27 escaños vacíos por la huelga general y 110 diputados del PSOE clamando con insistencia contra la reforma laboral. Con el objetivo de proyectar una imagen de normalidad, el PP ha conseguido que este jueves se celebre una intensa sesión plenaria, incluyendo la votación sobre la ley de Estabilidad Presupuestaria. Los socialistas, irritados por esta decisión, pretenden contraatacar convirtiendo cada intervención desde la tribuna en una protesta.

Alfredo Pérez Rubalcaba, en el marco de su “oposición útil”, ha querido diferenciar al PSOE del resto de grupos de izquierda ordenando a sus diputados que acudan a trabajar. Habrá dirigentes del PSOE en las manifestaciones de toda España, pero antes acudirán al Congreso para confrontar con los populares. Según fuentes socialistas, la estrategia pasa por utilizar cada uno de los turnos de palabra para cargar contra la reforma laboral. Este cambio legislativo no está en el orden del día, pero los portavoces socialistas ya han logrado en los últimos días aprovechar otras materias de debate para alertar de los efectos secundarios de la reforma.

En el pleno, que comienza a las nueve horas, está previsto que se convaliden los decretos de mediación en asuntos civiles y mercantiles; de contratos de aprovechamiento por turno de bienes de uso turístico; de simplificación de las obligaciones de información y documentación de fusiones y escisiones de sociedades de capital; de medidas urgentes de protección de deudores hipotecarios sin recursos; de creación del fondo para la financiación de los pagos a proveedores. Asimismo, se debate la ley orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera.

Es decir que, aunque la huelga general marque la jornada, deberá competir con iniciativas de calado como el código de buenas prácticas que prevé la dación en pago; o la posibilidad de que salte por los aires el pacto constitucional entre PSOE-PP sobre el déficit máximo para las administraciones.

A título individual o en coordinación con sus colegas de circunscripción, muchos diputados socialistas afirman que donarán la cantidad de salario equivalente a un día de trabajo a una ONG o similar. Se trata de una medida más tímida que la llevada a cabo en los parlamentos autonómicos como los de Madrid, Aragón o Galicia, donde las direcciones regionales sí han decidido ir a la huelga. En el ámbito nacional, solo la diputada del PSC Isabel López i Chamosa ha anunciado que no acudirá al Congreso y que asumirá la multa correspondiente. Por su parte, la también catalana Teresa Cunillera, secretaria de la Mesa del Congreso, ha indicado que solo acudirá para la votación.

La izquierda deja vacíos sus escaños

Los escaños que sí permanecerán vacíos son los pertenecientes a Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), Amaiur, ERC, BNG, Geroa Bai, Compromís y uno de los dos asientos de Coalición Canaria. La mayoría también ha anunciado que donará su día de sueldo a organizaciones no gubernamentales o sindicales, además de participar en piquetes informativos.

 En cambio, UPyD, que rechaza la reforma laboral, también se ha mostrado contrario a la huelga o a no asistir a la Cámara. “Como diputados ni siquiera pasa por nuestra consideración hacerla, pero si no lo fuéramos, tampoco iríamos a la huelga”, sostuvo ayer Rosa Díez, quien manifestó además que “la huelga no resuelve los problemas”.

Al margen de los diputados, está por ver el grado de seguimiento de la huelga entre los trabajadores del Congreso, donde se han fijado unos servicios mínimos del 21,6%. Como señalaba algún diputado con cierta irreverencia, el Parlamento no es un “servicio esencial” al uso, como puede ser el personal sanitario, por lo que ujieres o taquígrafos conservan su derecho a parar. Finalmente, de los 521 funcionarios, 113 están obligados a acudir al tajo para garantizar que el poder legislativo siga funcionado.