Margallo al fin le encuentra sentido a la Alianza de las Civilizaciones y promete explicarlo

El Gobierno del Partido Popular seguirá plenamente “comprometido” con la Alianza de las Civilizaciones, el proyecto emblema de la era Zapatero en materia exterior que tanto criticó y denostó en el pasado y que ahora va a seguir contando con el respaldo de su Ejecutivo. El ministro José Manuel García-Margallo garantizó ayer al Alto Representante de la ONU para esta iniciativa, Jorge Sampaio, que España seguirá adelante con la el proyecto, aunque matizó la necesidad de “explicar mejor” su actividad.

El propio Rajoy garantizó este martes en Seúl al secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, su respaldo a la iniciativa en favor del diálogo entre culturas y religiones que puso en marcha su predecesor en 2004. Un cambio radical de postura con respecto a un tema sobre el que hace apenas unos meses había una total incertidumbre y sobre el que el propio Margallo dijo, a principios de marzo, que “no sabía muy bien qué hacer”. “No suelo tener posturas preconcebidas”, dijo entonces el ministro, en una comparecencia ante el Senado. “Cuando no sé una cosa, digo que no la sé, y cuando dudo de una cosa, digo que dudo, y no sé muy bien que hay que hacer con la Alianza”.

El Gobierno parece haber visto finalmente la luz sobre esta materia que el Ministerio de Asuntos Exteriores justifica ahora como un compromiso ineludible para España al tratarse de un plan de las Naciones Unidas. Una forma de reconocer, implícitamente, que algo bueno tuvo que tener el plan de la era Zapatero que, durante tantos años, criticaron desde la oposición. “Es un programa de la ONU que ahora no tiene sentido que perpetuásemos, independientemente de los antecedentes que haya tenido”, explican desde el Ministerio. “Ya no es programa de Estado, ni liderado por España, sino de la ONU”, añaden.

García-Margallo y Sampaio se mostraron ayer de acuerdo en que “se dé más eficiencia a los trabajos de la Alianza en educación, juventud, migración y medios de comunicación” y “se explique mejor a la ciudadanía sus actividades y proyectos”.

Para el Gobierno de Mariano Rajoy, la Alianza debe implicarse más “en los procesos árabes de transición democrática”. Con este objetivo, Margallo ha propuesto adaptar la Estrategia Regional de la Alianza para el Mediterráneo y su Plan de Acción al nuevo escenario surgido tras la “Primavera árabe”. Como ha reiterado el ministro en su viaje diplomático a Túnez, en donde ha conocido de primera mano el proceso de transición del país, el hambre y la pobreza económica es la principal fuente de la que se abastece el islamismo radical y el salafismo y es, por tanto, un ámbito clave en el que

Exteriores intentará que los próximos esfuerzos y recurso destinados a la Alianza sean más útiles y eficaces y que no se queden en declaraciones vaporosas. En este sentido, España tratará de centrar el contenido de la Alianza en los cambios políticos que se están sucediendo en el norte de África, una región clave para la política exterior de nuestro país y donde se puede canalizar en un futuro la inversión de las empresas españolas. Margallo ya ha anunciado, en este sentido, un próximo viaje a Libia junto al ministro de Industria, José Manuel Soria, para explorar nuevos acuerdos en materia energética.