CiU intenta regatear con Rajoy mientras PNV descarta apoyar las cuentas

Si la negociación comienza cuando el otro dice ‘no’, CiU inició ayer su tira y afloja con el Gobierno de Mariano Rajoy para decidir su voto a los Presupuestos Generales del Estado. La coalición nacionalista arremetió con dureza contra el proyecto, pero dejó la puerta abierta al diálogo, consciente del valor político que el PP otorga a su apoyo en el Congreso. Por su parte, el PNV, grupo al que los populares también desearían sumar al acuerdo para presumir de un amplio respaldo, se distanció de las cuentas del Ejecutivo, descartando casi por completo un voto favorable.

Con su estilo habitual, tanto los portavoces de CiU en Madrid, como de la Generalitat, supieron compaginar las críticas implacables al Gobierno con la invitación a negociar más transferencias económicas a Cataluña. A Rajoy le gustaría demostrar a Europa y al electorado español que sus 186 diputados no están solos, y que sus Presupuestos han sido refrendados por una gran y variada mayoría. Con el PSOE preparando una enmienda a la totalidad, los 16 parlamentarios de CiU son la prioridad del Grupo Popular, aunque estos no piensan regalar su apoyo.

Josep Sánchez Llibre, portavoz económico de la coalición, tachó los Presupuestos de “poco rigurosos, poco serios y poco solventes”. “El Estado no reconoce las deudas que tiene con Cataluña respecto a la disposición adicional tercera del año 2009, de 217 millones, y 2008, de 759 millones, que ascienden a un volumen global de 1.076 millones de euros”, criticó. Además de esta “morosidad”, los nacionalistas catalanes echan en falta más recursos para el Corredor Mediterráneo, para el fomento del empleo, pero, sobre todo, para su comunidad autónoma. “La inversión real regionalizada en Cataluña para este año es del 11,1%, concretamente, 7,7 puntos por debajo del 18,8% que dicta el Estatut”, afirmó el portavoz adjunto Pere Macias.

No obstante, CiU no ha fijado todavía la orientación de su voto y Macias recordó que su formación siempre es partidaria de la negociación. En este sentido, el portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, tras mostrar su disgusto por las cuentas, se apresuró a recordar que “la partida no está cerrada” y que quedan “dos meses de margen”. A su juicio, sería una “insensatez” no tender la mano a los populares para intentar llegar a un acuerdo.

El PP tiene a su favor su posición determinante en el Parlament, donde ha respaldado a CiU, al igual que en el Ayuntamiento de Barcelona. En contra de lo que suele ser habitual, el Gobierno de Rajoy disfruta de mayoría absoluta en Madrid, lo que disminuye notablemente la influencia de los nacionalistas catalanes, mientras que en Cataluña CiU sí necesita el apoyo del PP para gobernar. Por ello, Homs desvinculó ayer la crítica a los Presupuestos de las relaciones que mantienen ambas formaciones en la comunidad autónoma. Sin embargo, los populares son conscientes de esta ventaja y esperan que dé sus frutos durante el trámite parlamentario de las cuentas públicas.  

El PNV se aleja del acuerdo

En cambio, el PNV ya marcó distancias con el Gobierno de Rajoy en la votación sobre la reforma laboral, donde votó en contra junto al PSOE, los grupos de izquierda o UPyD. A diferencia de CiU, la prioridad de los jeltzale es recuperar su poder autonómico, para lo que no necesitan aparecer como compañero parlamentario del PP. “Estamos en una posición absolutamente lejana de los planteamientos que inspiran los PGE, y no creo que el Gobierno esté en disposición de incluir cambios relevantes en su contenido”, aseguró su portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka.

“Se nos ha dicho que es un Presupuesto para convencer, pero tenemos la convicción de que será para vencer, sin convencer; se nos ha dicho que son austeros, pero creemos que son cicateros”, prosiguió Erkoreka, quien lamentó que “las inversiones públicas se reducen en más de un 30%”, a la vez que se produce un “frenazo ostensible” en las inversiones de I+D+i. En estas circunstancias, solo un gran cambio en los recursos destinados al País Vasco, que el PNV pudiera apuntarse como un tanto, podría modificar la orientación de su voto.