Aznar: la prima de riesgo disparada es “culpa de la crisis de la nación”

En el oratorio de San Felipe Neri, en el sitio exacto de Cádiz donde nació la primera Constitución y la idea moderna de nación española, José María Aznar ha pedido “política nacional con mayúsculas” y un “impulso reformista” para que España vuelva a ser “una de las mejores democracias del mundo”.  El ex presidente del Gobierno presentaba un informe de Faes sobre las libertades en Iberoamérica, junto con sus ex ministros de Exteriores y el actual, José Manuel García Margallo, pero se refería también al futuro de la nación después del profundo daño “interno y externo” sufrido en los años del zapaterismo.

“Nos sobran las políticas minúsculas”, dijo Aznar en sus genéricas alusiones al momento que vive España ante un público entre los que se sentaban representantes de la disidencia cubana y miembros de la oposición venezolana a Hugo Chávez. Luego, después del acto oficial de presentación del informe de su Fundación y a la tercera pregunta sobre la actualidad entró en el problema de la primera de riesgo. “Es consecuencia de la nación”, se limitó a contestar.

Por lo escuchado en el discurso previo y su denuncia durante los últimos años sobre el problema de la unidad nacional y el hecho de que el Estado se convirtiera con Zapatero en algo “residual” en España, o que el sistema autonómico se hubiera demostrado “insostenible”, el ex presidente del Gobierno parecía referirse al despilfarro instalado en la administración regional, el envite nacionalista y la rebelión de autonomías como la andaluza ante las exigencias de austeridad. Son los factores que lastran el crédito de España en las instancias europeas y en los mercados.

Con el jefe de la diplomacia en el atril de al lado y Josep Piqué, Ana Palacio, Abel Matutes y José Pedro Pérez Llorca sentados en primera fila, el ex jefe del Ejecutivo presumió del éxito de sus políticas entre 1996 y 2004, “que generaron empleo, crecimiento, oportunidades para todos y que convirtieron a España en el segundo inversor del mundo y el primero de Europa en América Latina a las empresas españolas en un ejemplo de inversión y eficacia”.

Aznar citaba ese logro como el tercer gran activo de los españoles en Iberoamérica después del proceso de Transición democrática que fue reconocido como modélico e inspirador en muchos países del continente. En ese punto hizo un paréntesis para recordar la figura crucial de la historia contemporánea de nuestro país: Adolfo Suárez. El otro activo era la integración de España en la Unión Europea por lo que había supuesto para fortalecer el vínculo atlántico.

Según el ex presidente del Gobierno, desde 2004 se abandonaron las políticas de proyección exterior de España hacia Iberoamérica igual que empezaba una involución interna y ha llegado la hora de la reconstrucción desde los mismos cimientos de la nación alumbrada en 1812. “España necesita una gran política nacional. Una política concebida, escrita e interpretada en mayúsculas y no en minúsculas. Un proyecto de ambiciones, esperanzas y esfuerzos comunes. Un impulso nuevo, renovador y reformista, heredero de los principios de Cádiz y fundamentado en tres pilares básicos: la Nación, la Constitución y la libertad”, insistió Aznar.

El presidente de honor del Partido Popular añadió en defensa de esos principios constitucionales luego recuperados y actualizados en 1978 que “la soberanía de una Nación no se diluye, ni se divide, ni se resigna ni se rinde” y que esa es “la grandeza de una Constitución que nos une y nos iguala; la libertad de unos ciudadanos que, conscientes de ser parte de una de las grandes naciones que la historia ha creado, quieren y aspiran a ser, otra vez, una de las mejores democracias del mundo”.