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El PSOE se aleja del centro político a la espera de que Francia gire a la izquierda
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RUBALCABA CONFÍA EN QUE HOLLANDE CAMBIE LAS REGLAS

El PSOE se aleja del centro político a la espera de que Francia gire a la izquierda

El PSOE sufrió el jueves una amarga derrota parlamentaria que le aleja del centro político al quedar fuera de la ley de estabilidad. No se trata

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El PSOE se aleja del centro político a la espera de que Francia gire a la izquierda

El PSOE sufrió el jueves una amarga derrota parlamentaria que le aleja del centro político al quedar fuera de la ley de estabilidad. No se trata de una votación más perdida a consecuencia de la mayoría absoluta del PP, sino de su exclusión del pacto constitucional sobre el déficit. El apoyo de CiU y UPyD al proyecto del Ejecutivo, junto con la abstención de PNV, situó a los socialistas junto al resto de la izquierda parlamentaria, cuando su objetivo es precisamente diferenciarse y aparecer como una alternativa de Gobierno. Pero Alfredo Pérez Rubalcaba y su equipo no previeron a tiempo el cambio de posición del resto de grupos, y pese a un intento de negociación a última hora, eligieron preservar su línea ideológica contraria al déficit cero antes que dar su brazo a torcer.

El último pacto de Estado que salta por los aires se tornó así en una trampa para el PSOE. La dirección socialista optó por pedir al PP que cumpliera estrictamente el acuerdo del pasado verano, que deja un margen del 0,4% al déficit. Sin embargo, el aumento de la exigencia del nuevo Gobierno, estrechamente vigilado por Bruselas, se convirtió en un cambio inaceptable para Rubalcaba, quien basa buena parte de su discurso en reclamar un mayor margen para los estímulos a la inversión y al crecimiento.

El jefe de la oposición ya fue renuente, como candidato a la Moncloa, a que José Luis Rodríguez Zapatero pactara el cambio constitucional con Mariano Rajoy y, desde entonces, viene demandando al Gobierno y a Europa una mayor flexibilidad para cumplir con los objetivos de déficit. De esta forma, el PSOE responsabiliza al Ejecutivo de la asfixia de la economía española y del aumento del desempleo que se está registrando este año. A cambio, Rubalcaba pretende que su partido represente una salida alternativa a la crisis, con un calendario más suave para cumplir con el horizonte de estabilidad, y con más inyecciones para reanimar la economía y el empleo.

En caso de haber votado a favor del déficit cero que ha fijado el Gobierno, su discurso habría quedado invalidado. No obstante, su rechazo también conlleva importantes consecuencias políticas, como su alejamiento del centro político, la ruptura del último consenso con el PP y el enfriamiento de las relaciones con Rajoy. La fotografía de la gobernabilidad la protagonizaron esta semana populares, nacionalistas catalanes y vascos, así como UPyD, mientras que el PSOE, como también sucedía con el PP en la oposición, fue incapaz de mostrar a la ciudadanía su voluntad de “arrimar el hombro”.   

La esperanza de los socialistas pasa a corto plazo por que se produzca un giro en Europa de la mano de líderes como François Hollande. El candidato del Partido Socialista francés está en condiciones de vencer esta primavera a Nicolas Sarkozy y convertirse en el contrapeso de Angela Merkel. Este es el deseo de la cúpula del PSOE, que necesita de un mandatario de peso en la UE que defienda sus mismas políticas, y que, como expresa habitualmente Felipe González, “diga ‘no’ a Merkel cuando haya que hacerlo”.

Margen de maniobra para la Junta de Andalucía

Pero mientras ese momento llega, los socialistas también están obligados a mantener su giro a la izquierda en Andalucía y Asturias para conformar gobiernos en alianza con Izquierda Unida. Asimismo, anhelan recuperar la Junta de Extremadura también con un cambio de postura de IU. Como gusta recordar a Rubalcaba y a la dirección socialistas, las escasas comunidades que, como la andaluza, sigan en manos del PSOE, deben representar una forma de gestión diferente a la de Rajoy, preservando las diferencias con el PP en materias como la sanidad, la educación o la dependencia. Y es que la ley prevé un mayor control sobre las cuentas de las regiones, lo que reducirá la capacidad de maniobra de José Antonio Griñán o Javier Fernández.

Esta es la apuesta política de Rubalcaba a largo plazo, aunque, en el enfrentamiento inmediato con el Gobierno, los socialistas no han medido bien sus fuerzas, mientras que el PP sí ha podido exhibir una victoria con el respaldo a su ley de varios grupos parlamentarios.

El PSOE sufrió el jueves una amarga derrota parlamentaria que le aleja del centro político al quedar fuera de la ley de estabilidad. No se trata de una votación más perdida a consecuencia de la mayoría absoluta del PP, sino de su exclusión del pacto constitucional sobre el déficit. El apoyo de CiU y UPyD al proyecto del Ejecutivo, junto con la abstención de PNV, situó a los socialistas junto al resto de la izquierda parlamentaria, cuando su objetivo es precisamente diferenciarse y aparecer como una alternativa de Gobierno. Pero Alfredo Pérez Rubalcaba y su equipo no previeron a tiempo el cambio de posición del resto de grupos, y pese a un intento de negociación a última hora, eligieron preservar su línea ideológica contraria al déficit cero antes que dar su brazo a torcer.

Izquierda Unida