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Margallo asume el conflicto por la expropiación a REE en lugar de Industria o Economía
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EXTERIORES ACAPARA COMPETENCIAS EN EL MUNDO DE LA EMPRESA

Margallo asume el conflicto por la expropiación a REE en lugar de Industria o Economía

Moncloa ha decidido, una vez más, que sea el Ministerio de Asuntos Exteriores el que lidie con el nuevo conflicto empresarial abierto más allá de nuestras

Foto: Margallo asume el conflicto por la expropiación a REE en lugar de Industria o Economía
Margallo asume el conflicto por la expropiación a REE en lugar de Industria o Economía

Moncloa ha decidido, una vez más, que sea el Ministerio de Asuntos Exteriores el que lidie con el nuevo conflicto empresarial abierto más allá de nuestras fronteras. Tras la reunión de urgencia celebrada el pasado martes, día en que Bolivia comunicó la expropiación de la filial de Red Eléctrica Española (REE) en aquel país, el equipo monclovita ha vuelto a confiar en José Manuel García Margallo para canalizar la acción del Gobierno en detrimento de otros ministerios como Industria o Economía, según explican fuentes oficiales.

Con esta medida, el Ejecutivo de Mariano Rajoy pretende evitar errores pasados, como los ocurridos tras la expropiación de YPF a Repsol por parte de Argentina hace dos semanas. En ese primer gran conflicto de una compañía española en el extranjero, la interlocución gubernamental cambió de manos en el transcurso de los días, situación que dio lugar a discrepancias en el contenido de los mensajes y a lanzar de cara a la opinión pública mensajes contradictorios, generándose unas expectativas que al final no se cumplieron.

Desde primera hora, el caso de REE en Bolivia ha sido asumido por García Margallo. El Gobierno español fue informado de las intenciones del presidente boliviano Evo Morales tres horas antes de que fuera anunciado de manera pública. Un mero formalismo por parte del país andino, pues se trataba de una cuestión de hechos consumados, como demostró la inmediata ocupación de las instalaciones de Transportadora de Electricidad (TDE) por parte de tropas del Ejército, sin que hubiera opción de posibles negociaciones.

Las reacciones oficiales han correspondido desde el primer momento a García Margallo. Ninguno de sus compañeros de consejo de ministros, sobre todo los de Industria o Economía, ha salido al paso. Tan sólo Luis de Guindos, con motivo de su comparecencia tras la reunión del BCE que se celebra en Barcelona estos días, se pronunció públicamente y lo hizo para repetir que Bolivia se ha comprometido a compensar a REE por los costes invertidos, aunque esa cantidad está del "justiprecio" que se fije por la expropiación.

En esta ocasión, ni José Manuel Soria ni Soraya Sáenz de Santamaría han acaparado parte del discurso gubernamental. En el conflicto por YPF, antes de que la decisión fuera oficial, las contundentes declaraciones previas de la vicepresidenta, en su comparecencia del viernes tras el consejo de ministros, y las del titular de Industria, el jueves anterior desde Varsovia, quedaron luego devaluadas por la actuación de la presidenta Cristina Kirchner y sobre todo por la posterior rebaja en el tono del Gobierno español, con Margallo a la cabeza.

Para el caso de Red Eléctrica y su filial expropiada, que representa menos de un 2% de su negocio total, el titular de Exteriores ha considerado suficiente la conversación telefónica con su homologo de Bolivia, David Choquehuanca, y no ha llamado a consultas al embajador boliviano en España, una medida más ‘agresiva’ que sí realizó con motivo de la expropiación de YPF a Repsol con el embajador de Argentina en nuestro país. Precisamente, desde el primer momento, Moncloa ha intentado evitar comparaciones y ha enfatizado cómo la petrolera española, entre otras compañías, sigue contando con la confianza de Bolivia.

Exteriores como herramienta empresarial

Desde las primeras semanas, Margallo ha demostrado al resto de compañeros del consejo de ministros su oficio (comenzó su carrera política en 1960) y su ambición ejecutiva dentro del Gobierno. El ejemplo más evidente tuvo lugar el pasado mes de enero, cuando el titular de Exteriores citó en el Palacio de Santa Cruz a la flor y nata del empresariado español (Florentino Pérez, Ignacio Sánchez Galán, César Alierta, Jorge Calvet…) para hacerse la foto y para escenificar así, marcando territorio, el apoyo de la red diplomática de España al servicio de la internacionalización de las compañías.

El veterano político madrileño ha marcado como objetivo de su Ministerio "recuperar la confianza de España" y contribuir a favorecer tanto las exportaciones y proyectos empresariales españoles en el exterior como las inversiones extranjeras en el mercado español. Una tarea que el propio Margallo es consciente que tiene que llevar a cabo “sin que haya celos de mis compañeros de gabinete”, pues algunas de las competencias que puede asumir para esta tarea llegan a chocar con parcelas de poder de otros ministerios, como los ya citados de Economía, Industria o Fomento.

Para articular su acción ministerial, Margallo ha recuperado la figura del Consejo de Política Exterior. A través de este organismo, que ya existía pero que carecía de actividad, el titular de Exteriores pretende activar la maquinaría institucional para contribuir al fomento de la marca España. Además, el ministro ha puesto en marcha un programa para que los diplomáticos sigan "cursos obligatorios en materia de comercio interior, que, naturalmente, serán tenidos en cuenta a la hora de hacerlos embajadores". Sin embargo, la agenda se la están marcando desde Latinoamérica a golpe de expropiación.

José Manuel García Margallo