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Cayo Lara y Rosa Díez eclipsan a Rubalcaba como líderes de la oposición
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RUBALCABA DECEPCIONA CON UN DISCURSO EXCESIVAMENTE BLANDO Y PACTISTA

Cayo Lara y Rosa Díez eclipsan a Rubalcaba como líderes de la oposición

Ha sido no un paquete más de reformas, sino un “paquetón” de recortes, como señalaba la portavoz del grupo socialista en el Congreso de los Diputados,

Foto: Cayo Lara y Rosa Díez eclipsan a Rubalcaba como líderes de la oposición
Cayo Lara y Rosa Díez eclipsan a Rubalcaba como líderes de la oposición

Ha sido no un paquete más de reformas, sino un “paquetón” de recortes, como señalaba la portavoz del grupo socialista en el Congreso de los Diputados, Soraya Rodríguez, en los pasillos. Subida del IVA, una paga extra menos para los empleados públicos, recortes en las prestaciones por desempleo a partir del sexto mes, reducción del número de liberados sindicales entre los funcionarios… La mañana prometía un pleno calentito entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba a tenor de los berrinches con los que los diputados socialistas iban jaleando la nueva y dolorosa letanía de recortes que el presidente del Gobierno ha anunciado desde la tribuna. Una imagen que recordaba mucho, como ha recordado la portavoz de UPyD, Rosa Díez, a ese otro pleno de mayo de 2010 en el que José Luis Rodríguez Zapatero se hizo el harakiri político. Los diputados del PP aplaudían a rabiar conforme Rajoy iba enterrando, paso a paso, todo su programa electoral, y la bancada socialista, en cambio, exclamaba al cielo del hemiciclo palabros como “¡Qué vergüenza!” o "¡Madre mía!”.

Pero en estas tomó la palabra Rubalcaba y comenzó a hablar de lo acordado en el último consejo europeo, tema con el que fue agotado sus minutos de réplica sin entrar apenas en lo mollar de los drásticos recortes. Una intervención excesivamente blanda, para desesperación de quienes dentro del PSOE piden más árnica a su secretario general, y que incluso se ha cerrado con una oferta de pacto al Gobierno para hacer frente a los “recortes sin ton ni son”. Oferta que, sobra decir, el Ejecutivo ha desdeñado de inmediato, según explicaban en los pasillos diferentes miembros del Gobierno que no creen en el fondo de la propuesta.

Rubalcaba se ha centrado después en la crisis de Bankia, un asunto del que quizá hoy no era el día, y ha reprochado al ministro Luis de Guindos que su gestión del caso “nos llevó de cabeza al rescate”. Solo cuando el presidente de la Cámara, Jesús Posada, ha advertido al líder socialista de que se le agotaba el tiempo, este ha entrado al fondo de los recortes para decir no a la subida del IVA y para preguntar por qué no se han adoptado otras medidas como más impuestos para las grandes fortunas.

En el PP sostienen que Rubalcaba ha tenido una intervención como hombre de Estado y que por eso no se ha dejado llevar por la retórica habitual, mucho más bronca, de un líder de la oposición. De hecho, el propio Rajoy ha destacado después, en su respuesta, que “el señor Rubalcaba está sustancialmente de acuerdo con las posiciones que estoy defendiendo en Europa y con algunas posiciones que yo mantengo”. En definitiva, un difícil papel de oposición en el que Rubalcaba tiene que moverse en la delgada línea roja que separa las posiciones más duras de las más constructivas cuando apenas han pasado seis meses después del mayor batacazo electoral de la historia de su partido y cuando el recuerdo de los Gobiernos de Zapatero está todavía muy presente en la memoria de los electores. Su discurso, sin embargo, ha dejado frío a todo el hemiciclo, en el que, por cierto, ya había unos cuantos diputados de vacaciones. Solo en su segunda intervención, con un tiempo acotado de cinco minutos, ha recuperado el tono combativo. "¿Qué a muchos nos hubiera gustado que Rubalcaba hubiera utilizado el tono de la segunda intervención al principio? Pues sí", reconocen diputados del PSOE. "Pero en lo sustancial, su discurso ha estado impecable".

Otros diputados socialistas han reprochado a Rubalcaba su exceso de responsabilidad y su falta de pasión. "¿Nos come la responsabilidad de exgobernantes?", ha comentado en su cuenta de Twitter el exalcalde de San Sebastián Odón Elorza, que ha añadido que le "hubiera deseado una intervención de Rubalcaba más política y apasionada contra los duros recortes". Otra diputada señalaba por su parte que Rubalcaba ha perdido en su primer turno "una gran ocasión" para lanzar un mensaje a la gente que lo pasa mal con todos estos recortes y hacer suyo el malestar ciudadano con este tipo de medidas.

Una frialdad que ha quedado patente también en que ni siquiera los parlamentarios socialistas se haya prodigado en los habituales corrillos con periodistas para alabar el papel de su líder y criticar el nuevo 'tijeretazo'. Una táctica que suele entrar en el guión habitual de todo partido de oposición y que hoy, sin embargo, se ha echado en falta en un grupo parlamentario que todavía camina algo desorientado. 

Incluso la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha dado a entender en los pasillos que la intervención de Rubalcaba le ha dejado completamente indiferente. "No he visto a Rubalcaba peor nunca -reconocía otro destacadao diputado del PP-. Ni siquiera los suyos le han aplaudido con entusiasmo cuando ha terminado su primera intervención".

El líder del PSOE, sin embargo, ha retomado algo de fuerza en su segunda intervención desde la tribuna en la que, en pocos minutos, sí que ha conseguido arrancar alguna otra ovación de su bancada. Ha criticado que se responsabilice a pensionistas, funcionarios y concejales con las mayores cargas de los nuevos recortes mientras que "los únicos que no parecen culpables son los defraudadores de Hacienda" y ha señalado que, a diferencia de lo que hizo el PP en su día, "ningún diputado del PSOE se ha acercado a Coalición Canaria para decirles que dejen caer a España que ya la levantaremos". Una alusión directa al comentario que, en mayo de 2010, le hizo el actual ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, le hizo a la diputada Ana Oramas antes de la votación del 'tijeretazo' aprobado por el Gobierno de Zapatero en mayo de 2010.

Lara y Díez salen reforzados

En esta tesitura destemplada, el líder de Izquierda Unida, Cayo Lara, y la portavoz de UPyD, Rosa Díez, han sido los portavoces que mejor han capitalizado el posicionamiento en contra de estas amargas medicinas que Rajoy ha presentado como inevitables si no se quiere renunciar a todo lo que conocemos. Ambos portavoces, de hecho, han despertado acto seguido una oleada de adhesiones en Twitter, un indicador que mide, como menos, la afección o desafección de los ciudadanos. Lara se ha convertido, en cuestión de minutos, en uno de los trending toppics del día, mientras que el término “PPPSOE”, es decir,  ese bipartidismo que tanto critica Díez en cada una de sus intervenciones, también ha hecho furor en la red social.

"Allá cada cual con la posición política que adopte", ha explicado Lara a El Confidencial en alusión a la intervención de Rubalcaba. "Nosotros consideramos que unas medidas como estas requieren un referendum, que es lo que le hemos pedido al presidente del Gobierno". El coordinador general de Izquierda Unida, que ha vestido una camiseta negra de apoyo a los mineros, ha alertado desde la tribuna de que los nuevos recortes suponen más “gasolina para las calles”, tomadas este miércoles por los mineros del norte de España que se han dejado sentir también, con pítidos y abucheos, en las inmdiaciones del palacio de la Carrera de San Jerónimo. Lara, además, ha calificado la subida del IVA como el “sablazo” del mal gobernante que hace un año dijo, literalmente, estar completamente en contra de la medida. 

Díez, por su parte, ha criticado a Rajoy que se escude, al igual que Zapatero hizo en su día, en que no existe otro camino para salir del túnel. En este sentido, la portavoz de UPyD le ha recordado que la política está “para hacer lo necesario, no lo inevitable”. “Usted ha dicho que no tiene libertad. Les está diciendo a los españoles que no tienen libertad. Eso es muy serio; es contrario a la democracia”, ha afirmado. Otro de sus dardos, sin embargo, ha ido dirigido al anuncio de que Rajoy recortará las prestaciones por desempleo a partir del sexto mes para incentivar la búsqueda de trabajo por parte de los parados. “¿Cree usted que no encuentran trabajo porque son unos vagos?”, le ha preguntado a Rajoy.

Ha sido no un paquete más de reformas, sino un “paquetón” de recortes, como señalaba la portavoz del grupo socialista en el Congreso de los Diputados, Soraya Rodríguez, en los pasillos. Subida del IVA, una paga extra menos para los empleados públicos, recortes en las prestaciones por desempleo a partir del sexto mes, reducción del número de liberados sindicales entre los funcionarios… La mañana prometía un pleno calentito entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba a tenor de los berrinches con los que los diputados socialistas iban jaleando la nueva y dolorosa letanía de recortes que el presidente del Gobierno ha anunciado desde la tribuna. Una imagen que recordaba mucho, como ha recordado la portavoz de UPyD, Rosa Díez, a ese otro pleno de mayo de 2010 en el que José Luis Rodríguez Zapatero se hizo el harakiri político. Los diputados del PP aplaudían a rabiar conforme Rajoy iba enterrando, paso a paso, todo su programa electoral, y la bancada socialista, en cambio, exclamaba al cielo del hemiciclo palabros como “¡Qué vergüenza!” o "¡Madre mía!”.

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