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Margallo asegura que Corinna no trabajó para el Gobierno ni cobró de los fondos reservados
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LA PRINCESA ASEGURÓ A ‘EL MUNDO’ QUE HIZO ENCARGOS DE FORMA GRATUITA

Margallo asegura que Corinna no trabajó para el Gobierno ni cobró de los fondos reservados

El nombre de su alteza serenísima la princesa Corinna Zu Sayn-Wittgenstein parece ser algo impronunciable para los miembros del Gobierno. Tanto como mentar a Bárcenas por

Foto: Margallo asegura que Corinna no trabajó para el Gobierno ni cobró de los fondos reservados
Margallo asegura que Corinna no trabajó para el Gobierno ni cobró de los fondos reservados

El nombre de su alteza serenísima la princesa Corinna Zu Sayn-Wittgenstein parece ser algo impronunciable para los miembros del Gobierno. Tanto como mentar a Bárcenas por parte del presidente del Gobierno. Ésa es al menos la impresión que esta tarde ha ofrecido el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, reconocido monárquico, quien en una alambicada respuesta al senador Iñaki Anasagasti, ha evitado en todo momento citar a la “amiga entrañable” del Rey que, supuestamente y siempre según su versión, habría realizado para el Gobierno español trabajos “delicados, confidenciales y clasificados” por los que no habría recibido “ni un solo euro de los contribuyentes españoles”, tal y como ella misma explicó al diario El Mundo.

Anasagasti ha preguntado al ministro si podía explicar la relación que tiene el Gobierno con “intermediarios internacionales que ejercen cargos de lobistas y que se jactan públicamente de ello” y, su primera impresión ha sido de sorpresa por el hecho de que el propio ministro haya accedido a dar explicaciones al respecto. Y es que Anasagasti puede ostentar, sin duda, el record del mayor número de preguntas incómodas, tanto orales como escritas, sobre la Casa Real presentadas a lo largo de su dilatada trayectoria como diputado y senador. Demasiada expectativa para los resultados que, sin embargo, ha obtenido de parte del titular de Exteriores.

Margallo ha sido parco a la hora de referirse a esos supuestos trabajos que habría desarrollado Corinna y ha optado por ofrecer una especie de clase magistral sobre el papel de los lobbyes y se ha remontado hasta 1869, a un artículo publicado en Estados Unidos en aquel año, para razonar la tradicional mala imagen que arrastran estos grupos de presión. “Escuchar a los lobbies no está mal, enriquece el conocimiento; lo que está mal es subordinar el interés general al interés particular que defiende un lobby y lo que está fatal es corromperse ante un lobby”, ha señalado. Margallo ha agotado su tiempo explicado la regulación que dichos lobbies tienen en Estados Unidos y en Europa y, en los últimos segundos, se ha limitado a aclarar que ni el Gobierno actual ni el anterior encargaron trabajos de ningún tipo a la princesa alemana.

“Sobre la última parte de la pegunta, solamente tengo que decir que tanto la vicepresidenta del Gobierno como yo mismo hemos manifestado que el Gobierno no ha hecho encargo de ninguna de esas tareas que se cita. El secretario general del Partido Socialista Obrero Español ha dicho lo mismo del Gobierno anterior. Quiero añadir que en el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación no figura partida presupuestaria alguna en relación con lo que su señoría llama intermediarios internacionales que ejercen el cargo de lobbistas o instituciones similares ni gasto alguno en relación con este tipo de actividades”, ha explicado. En cuanto a los gastos reservados, ha añadido también que “no hay la menor referencia que dé pie a una sospecha como la que usted está sembrando hoy en esta Cámara”.

Anasagasti ha dicho sentirse satisfecho con una respuesta "que le ha quitado un peso de encima" y ha bromeado con el hecho de que él sí pueda decir, al contrario de Margallo, el nombre de Corinna. "Me quita un peso de encima, sinceramente, porque usted es monárquico y vaticanista y entre creer a la señora Corinna y creerle a usted, le creo a usted", ha añadido. "Pero lo que ha ocurrido en muy importante, porque nos dice dos cosas: en primer lugar, que esta señora es muy mentirosa −y además hay que decirlo públicamente− y en segundo lugar, que se han hecho cosas anómalamente y que la Ley de transparencia que algún día se aprobará también tiene que ocuparse de la transparencia de la Casa Real, fundamentalmente para que no ocurran este tipo de cosas".

Anasagasti ha agradecido, por último, la "clase" de Margallo sobre las funciones y la regulación de los lobbies, aunque ha matizado que la política americana no tiene nada que ver con la española. "Le tengo que recordar que en Estados Unidos los senadores tienen que hacer campaña electoral y tienen que hacer uso de los lobby y no tiene nada ver que la situación de Estados Unidos con la situación española".

 

El nombre de su alteza serenísima la princesa Corinna Zu Sayn-Wittgenstein parece ser algo impronunciable para los miembros del Gobierno. Tanto como mentar a Bárcenas por parte del presidente del Gobierno. Ésa es al menos la impresión que esta tarde ha ofrecido el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, reconocido monárquico, quien en una alambicada respuesta al senador Iñaki Anasagasti, ha evitado en todo momento citar a la “amiga entrañable” del Rey que, supuestamente y siempre según su versión, habría realizado para el Gobierno español trabajos “delicados, confidenciales y clasificados” por los que no habría recibido “ni un solo euro de los contribuyentes españoles”, tal y como ella misma explicó al diario El Mundo.

José Manuel García Margallo