Rifirrafe en el Gobierno por la presencia en Gibraltar de un submarino nuclear británico

El pasado miércoles, casi a la misma hora en que la reina Isabel II prometía en la Cámara de los Lores que el Reino Unido defendería la soberanía de Gibraltar, el submarino nuclear británico Talent atracaba en el puerto del Peñón. Hacía cinco años que un sumergible de propulsión nuclear de la Royal Navy no llegaba a la colonia, y casi 12 desde que el Tireless, varado durante más de un año en la Roca por una avería en su reactor, provocó un grave conflicto diplomático entre Londres y Madrid. Pero ni el Ministerio de Asuntos Exteriores ni el de Defensa supieron precisar ayer si el Talent está en Gibraltar para ser reparado o se trata de una escala técnica.

Defensa y Exteriores sólo acertaron a pasarse la patata caliente por la presencia del submarino en aguas de la bahía de Algeciras, atribuyéndose mutuamente la responsabilidad a la hora de asumir qué departamento debía dar la cara y ofrecer explicaciones. "Es el Ministerio de Asuntos Exteriores el que tiene que responder a esta cuestión", aseguró un portavoz oficial de Defensa. "En caso contrario estaríamos invadiendo competencias que no son nuestras", añadió.

El mismo portavoz, sin ocultar su malestar, recordó que en 2001, cuando el Tireless abandonó el Peñón tras su polémica reparación en el puerto de la colonia británica, fue el departamento entonces dirigido por Josep Piqué el que llevó el peso de las negociaciones con Londres para tratar de acelerar la salida del sumergible.

Sin embargo, el ministerio que encabeza José Manuel García Margallo aseguró ayer desconocer qué tipo de armamento lleva a bordo el Talent, si está atracado en el Peñón por una avería o se trata sólo de una escala técnica, y si el Gobierno británico ha informado al Ejecutivo español de la llegada del submarino a Gibraltar. "Todas esas preguntas debe contestarlas el Ministerio de Defensa", afirmó tajante un portavoz de la Oficina de Información Diplomática (OID) consultado por El Confidencial.

Una "provocación"

En mayo de 2001, un año después de que el Tireless atracara en el Peñón por una avería en el sistema de refrigeración de su reactor nuclear, el Gobierno de José María Aznar respiró aliviado cuando el submarino abandonó la colonia, tras sufrir un notable desgaste por las furibundas críticas del PSOE e IU, movimientos ecologistas, la Junta de Andalucía y los municipios del Campo de Gibraltar, además de un fuerte choque diplomático con Londres .

El entonces ministro de Exteriores británico, Robin Cook -ya fallecido-, prometió a su homólogo Piqué que el Reino Unido jamás volvería a reparar submarinos nucleares en la Roca. Pero fue un compromiso verbal, en el transcurso de una conversación privada entre los dos cancilleres, que no obligaba a nada. De hecho, en julio de 2004 el Tireless regresó a Gibraltar, ya con José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno. Su ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, calificó de "provocación" esa nueva escala.

Ahora, 12 años después, es el sumergible Talent, un submarino nuclear hermano de aquél -pertenece, como el Tireless, a la clase Trafalgar- el que ha recalado en Gibraltar. Un portavoz oficial de la Royal Navy -la Armada británica- consultado ayer por este diario rehusó precisar cuál es el motivo de la presencia del Talent en el Peñón y cuánto tiempo durará su escala. "Jamás comentamos los movimientos ni los procedimientos de nuestros buques", se limitó a señalar.

El Ejecutivo gibraltareño que preside Fabian Picardo se felicitó por la presencia del submarino en la colonia. "Todos los buques de la Royal Navy son siempre bienvenidos en las aguas territoriales británicas de la Roca", aseguró el pasado miércoles en un comunicado. España jamás ha reconocido la soberanía del Reino Unido sobre esas aguas, que reclama como propias.