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Los diputados 'se retratan' y rechazan sustituir los cuadros por fotografías
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LA PROPOSICIÓN DE IU PRETENDÍA ACABAR CON ESTA TRADICIÓN CENTENARIA

Los diputados 'se retratan' y rechazan sustituir los cuadros por fotografías

La música de la propuesta suena bien -no podía ser de otra manera en época de vacas flacas-, pero en la sintonía de los detalles llegan

Foto: Los diputados 'se retratan' y rechazan sustituir los cuadros por fotografías
Los diputados 'se retratan' y rechazan sustituir los cuadros por fotografías

La música de la propuesta suena bien -no podía ser de otra manera en época de vacas flacas-, pero en la sintonía de los detalles llegan las discrepancias. El Congreso de los Diputados debatió en la tarde de este miércoles, por primera vez en su historia, acabar con una tradición centenaria como la de retratar con pincel y de forma oficial a todos los presidentes que se suceden al frente del hemiciclo. Una práctica que mezcla a partes iguales el deseo de inmortalizar para la posteridad un pedacito de la historia política española y, también, henchir un poco el orgullo de quienes posan para el retratista oficial. De momento, sin embargo, nada nuevo bajo el sol. No habrá cambios relevantes, aunque todos los grupos reconocen que ya no son tolerables algunas facturas del pasado.

Y es que los nombres de Francisco Álvarez Cascos, cuyo retrato como exministro de Fomento, obra del reputado artista Antonio López, llegó a costar al erario hasta 190.000 euros, o el del expresidente de la Cámara, José Bono, cuya inmortalización tuvo un coste de 82.000 euros, sobrevolaron a lo largo del debate mantenido en la Comisión de Cultura del Congreso a propuesta de la Izquierda Plural.

En una proposición no de ley, el grupo que dirige Cayo Lara había instado al resto de los grupos de la Cámara a acabar con “gastos suntuarios” como los de estos cuadros y proponía que estos retratos, que cuelgan de una galería de la primera planta del hemiciclo, sean sustituidos en el futuro por imágenes oficiales de mucho menor coste. “La fotografía no les robará el alma, pueden estar tranquilos”, ironizó la diputada Ascensión de las Heras en la defensa de su iniciativa. “No pedimos más de lo que dicta la razón y el sentido común”, añadió.

IU entiende que es difícil pedir a los ciudadanos más sacrificios y esfuerzos en plena crisis y, por otro lado, seguir tolerando lo que considera un exceso que “se podría hacer más barato con otros métodos más eficientes y modernos”. Pero las costumbres son las costumbres y, de momento, el Congreso no está por la labor de acabar con la tradición.

La diputada Pilar Marcos, del Partido Popular, aduce que eso sería, simple y llanamente, “un retroceso que acabaría con una tradición de siglos”. El socialista José Andrés Torres Mora arguye que la existencia de nuevas técnicas como la fotografía no tiene por qué suponer el fin de los cuadros oficiales. “¿Te parecería razonable que porque existe el cine se suprimiera el teatro?”, se preguntó.

Ambos partidos entienden, eso sí, que ahora no hay dinero para grandes lujos, tampoco para este apartado, en el que algunos datos revelados recientemente (como el coste del retrato de Bono) han indignado a ciertos sectores de la población.

De hecho, el propio Torres Mora, que no quiso enjuiciar el pasado porque entonces nadie cuestionaba estas prácticas, llegó a ironizar con que él no estaría dispuesto a pagar 82.000 euros por el cuadro de un compañero como Bono. Pero eso es una cuestión y otra muy distinta es fijar por escrito que no se podrá usar otro método que no sea el de la fotografía. Método que, por cierto, en el caso del expresidente Manuel Marín -el único que la ha utilizado hasta la fecha para retratarse de forma oficial- tampoco ha resultado ser más económico. El artista que lo inmortalizó al finalizar su mandato cobró 23.000 euros por la instantánea.

Marcos y Torres Mora recordaron también que los poderes públicos han ejercido siempre una labor de mecenazgo sobre los artistas con obras como estas, que sirven para “recorrer la historia de dos siglos de parlamentarismo español”, según recordó la diputada popular.

La Izquierda Plural no aceptó las enmiendas del PP, que abogaba simplemente por una moderación del gasto público en partidas como esta. El PSOE, por su parte, apoyó con salvedades el texto de IU, que finalmente no tuvo apoyos suficientes, pero, en otra enmienda, acordó que el Estado siga apoyando las artes plásticas.

La música de la propuesta suena bien -no podía ser de otra manera en época de vacas flacas-, pero en la sintonía de los detalles llegan las discrepancias. El Congreso de los Diputados debatió en la tarde de este miércoles, por primera vez en su historia, acabar con una tradición centenaria como la de retratar con pincel y de forma oficial a todos los presidentes que se suceden al frente del hemiciclo. Una práctica que mezcla a partes iguales el deseo de inmortalizar para la posteridad un pedacito de la historia política española y, también, henchir un poco el orgullo de quienes posan para el retratista oficial. De momento, sin embargo, nada nuevo bajo el sol. No habrá cambios relevantes, aunque todos los grupos reconocen que ya no son tolerables algunas facturas del pasado.