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Un guardia civil, sancionado por negarse a arriesgar su vida
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EN LA OPERACIÓN SALIDA DE SEMANA SANTA DE 2011

Un guardia civil, sancionado por negarse a arriesgar su vida

¿Qué es más importante? ¿Proteger tu propia integridad física o acatar una orden, por arriesgada que sea? El Tribunal Militar Central acaba de dar respuesta a

Foto: Un guardia civil, sancionado por negarse a arriesgar su vida
Un guardia civil, sancionado por negarse a arriesgar su vida

¿Qué es más importante? ¿Proteger tu propia integridad física o acatar una orden, por arriesgada que sea? El Tribunal Militar Central acaba de dar respuesta a esta pregunta sin entrar en el fondo de la cuestión al condenar a un guardia civil de Tráfico que se negó a plantarse en un carril de la A5 para regular el tráfico en plena Operación Salida de la Semana Santa del 2011 por miedo a ser arrollado y prefirió hacerlo desde el arcén. Para el jurado militar, se trata de una falta grave de subordinación que no tiene justificación porque solo se puede rechazar una orden si esta implica cometer un delito.

La historia se remonta a la tarde del 20 de abril de 2011, en la A5 dirección Extremadura. El Confidencial ha tenido acceso a los vídeos grabados por las cámaras de al DGT que documentan el caso por el que este agente de Tráfico ha sido llevado ante los tribunales por su superior, el capitán Juan Pérez Manzanares, ya jubilado.

Aquel día, como se puede ver en las imágenes, ante la densidad del tráfico de la propia Operación Salida, el citado capitán ordenó la apertura de un bypass en la carretera para abrir un carril adicional para descongestionar el tráfico. El capitán, entonces capitán jefe interino del Subsector de Tráfico de Madrid, ordenó repetidas veces a su subalterno, un agente con casi 20 años de experiencia en la materia, que invadiese el tercer carril de la carretera para regular el desvío de los vehículos, orden que el guardia civil se negó a acatar en esos términos por entender que ponía en riesgo su propia integridad física y porque, además, suponía introducir un obstáculo innecesario en la calzada que podría generar mayores problemas para el tráfico.


Así lo argumenta el abogado del agente, Juan Carlos Fernández Monteagudo, que ha recurrido esta condena ante el Tribunal Supremo al entender que se ha vulnerado, entre otros, el artículo 15 de la Constitución sobre el derecho a la integridad física. Argumenta también que el agente no incumplió la orden, puesto que continuó regulando el tráfico, pero desde el arcén. “Entendemos que no hay un incumplimiento de la norma, sino que hay una inexactitud en cómo se ha cumplido”, explica. “El Tribunal no nos da la razón porque aseguran que solo se puede incumplir una orden si esta es un delito y no entrar a valorar el fondo de este asunto”.

Según relata el abogado, durante el juicio todos los compañeros del agente sancionado, un cabo y tres guardias civiles, declararon a su favor en el sentido de que la orden no era el proceder habitual en estos casos y suponía un riesgo innecesario para el agente. “Todos, algunos con 20 años de experiencia en Tráfico, dijeron que nunca se había desviado el tráfico en un bypass como lo estaba haciendo el capitán. En el vídeo, de hecho, hemos contado hasta 10 momentos peligrosos que se producen entre las 16.16 horas de ese día hasta las 16.24 pm”, añade.

La sanción, de momento, acarrea la pérdida de doce días de haberes por una falta grave de subordinación, tal y como está previsto en el artículo 8 del Régimen Disciplinario de la Guardia Civil.

¿Qué es más importante? ¿Proteger tu propia integridad física o acatar una orden, por arriesgada que sea? El Tribunal Militar Central acaba de dar respuesta a esta pregunta sin entrar en el fondo de la cuestión al condenar a un guardia civil de Tráfico que se negó a plantarse en un carril de la A5 para regular el tráfico en plena Operación Salida de la Semana Santa del 2011 por miedo a ser arrollado y prefirió hacerlo desde el arcén. Para el jurado militar, se trata de una falta grave de subordinación que no tiene justificación porque solo se puede rechazar una orden si esta implica cometer un delito.

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