Cospedal exhibe su calma en Marbella ante su cita crucial por el caso Bárcenas

María Dolores de Cospedal lleva desde el viernes dos de agosto en Guadalmina, junto a su marido IgnacioLópez del Hierro. Allí se ha dejado ver repetidas veces en atuendo de tenista, coleta recogida y móvil en mano, en una cafetería de un concurrido centro comercial. Tampoco ha escatimado su visita a El Ancla, el mismo lugar donde José María Aznar cena con amigos. Los que la han visto todos estos días insisten en su “total tranquilidad”, algunos hablan incluso de “interés en que la vean junto a su marido”. Como si la cita de este miércoles no fuera más que un trámite ante el juez.

Lo cierto es que la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha ha seguido una estrategia muy clara ante el desafío del extesorero, Luis Bárcenas: dar la cara, aunque se la partan a veces como el día de la desafortunada “indemnización en diferido”. No ha querido hacer uso de su prerrogativa de hacerlo en su despacho y este miércoles hará el ‘paseíllo’ para testificar ante el juez Ruz.

En fuentes de Génova 13 aseguran que la secretaria general “está deseando” acudir a testificar. “Todo el mundo sabe lo que piensa de Bárcenas –aseguran- y cree que la única manera de demostrar sus mentiras es ante el juez. Está muy tranquila y no es extraño que se esté dejando ver estos días para trasmitir esa tranquilidad a todo el mundo. Otros no se pueden dejar ver porque están en la cárcel, ella no tiene nada que esconder y así lo dejará claro el miércoles”, insiste esta fuente.

En el partido, además, aseguran que las ‘bombas atómicas’ que dice tener el extesorero y que son publicitadas por determinados periodistas cercanos al mismo medio, “son la misma munición una y otra vez. La nómina –que ayer públicaba en portada el diario El Mundo- viene a demostrar lo que ya se sabía: que el partido le siguió pagando todo el año pasado. Eso ya salió. Y el que quiera, que repase el vídeo de lo que dijo el presidente Mariano Rajoy en el Senado: que Bárcenas no era militante ni directivo… No dijo nada de que no cobrara”.

Arenas y Cascos

Si la secretaria general quiere dar imagen de seguridad y no se oculta estos días ante la cita del miércoles, el que no aparece por ningún lado desde hace tiempo es el exsecretario general y, al parecer, examigo de Bárcenas, Javier Arenas. Entre rumores cada vez más insistentes de que ha pedido a Rajoy un buen puesto en las listas de las europeas para “quitarse de en medio” –lo de ser ministro, parece imposible ya-, Arenas está citado a declarar ante Ruz en una fecha que para un andaluz como él no le augura nada bueno: martes y trece.

Arenas lleva tiempo alejado de los focos –no en vano, era el que más amistad tenía con Bárcenas- y ni por Andalucía –donde ha dejado el patio del PP hecho unos zorros y sin un líder, tras su renuncia a seguir al frente de la oposición- ni por los pasillos de Génova –al menos para la prensa- se le ve desde hace semanas. En la dirección del partido se muestran confiados y seguros “en Javier”, aunque “él es un veterano de otros tiempos y va más por libre”.

La verdadera incógnita para el PP es qué dirá ante el juez Francisco Álvarez Cascos. El ‘general secretario’ de los tiempos de José María Aznar acabó muy mal con el partido y con Mariano Rajoy–siempre esperó de su excompañero una llamada que nunca llegó para evitar la ruptura en Asturias y la creación de FAC-. Aún así, un antiguo dirigente del PP hoy alejado de la política, asegura que “Paco no querrá hacer daño. En el fondo, él sabe mucho del partido, pero también el partido sabe todo de él”.