Rajoy traslada a Sánchez su apoyo a su propuesta de revisión del modelo territorial

Los socialistas veían "mimbres" para que su propuesta de comisión monográfica sobre el modelo territorial salga adelante. Los hay. El presidente del Gobierno está dispuesto a apoyar la medida, aunque todavía queden flecos por cerrar.

Es el primer gran acuerdo en materia de política autonómica entre los dos grandes partidos en un contexto de máxima tensión con Cataluña. Y ha llegado en apenas unas horas. Este lunes por la mañana Pedro Sánchez anunciaba la propuesta estrella aprobada por el plenario de su ejecutiva, la solicitud de creación de una comisión de estudio encargada de evaluar y "modernizar" la arquitectura territorial de España. El secretario general del PSOE prometió trasladar esa iniciativa a Mariano Rajoy antes que a ningún otro líder político. Y la respuesta fue positiva.

Según informaron fuentes de Ferraz, Sánchez y el jefe del Ejecutivo mantuvieron una conversación en la que el secretario socialista le contó su plan. Rajoy considera "primordial la cohesión entre los dos partidos defensores de la Constitución", la unidad de acción de PP y el PSOE ante el desafío soberanista del 1 de octubre. El presidente recibió "positivamente" la medida planteada por el jefe de Ferraz, "abriendo la puerta a la creación de la mencionada comisión", tal y como indicaba el breve comunicado lanzado a los medios. Fuentes de La Moncloa confirmaron a El Confidencial los términos de la nota distribuida por Ferraz.

Ambos dirigentes, no obstante, seguirán "dialogando" en los próximos días. Porque no está claro aún cuándo se pondrá en marcha. Si antes o después del 1-O. Y esto es importante. Sánchez comentaba este lunes que no le importaba esperar a que pase el anunciado referéndum soberanista si con eso tenía "garantías" de que su propuesta prosperaba. Le estaba lanzando un mensaje claro al PP, la señal de que no sería exigente con las fechas si con eso conseguía el acuerdo. Sería "generoso" y antepondría "lo fundamental", que era el sí a su iniciativa. Pues ya la tiene.

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El PSOE ya esperaba esa respuesta en verde del Ejecutivo. El indicio era público: la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ya había asegurado en una entrevista en la SER que tras el 1-O hay "muchos debates" posibles. No se negaba así a abrir el melón constitucional. Finalmente, la dirección de Sánchez no llega a tanto: se queda en el paso anterior, en la creación de una comisión de estudio para revisar las deficiencias del Estado autonómico y proponer soluciones. No lanza, de entrada, la carta mayor, una subcomisión de modificación de la Carta Magna, que habría suscitado más resistencias por parte del PP. Opta entonces por una fórmula más modesta pero que cree que puede ser más útil para abrir los cauces del diálogo. Además, en una comisión de estudio están representados proporcionalmente todas las formaciones con representación en la Cámara Baja, por lo que no se quedaría fuera el PDeCAT, un partido más dentro del Mixto.

La duda que sigue planeando es cuándo se dará vida a esa comisión de estudio. No hay concreción aún. Rajoy y Sánchez seguirán "dialogando"

Con el apoyo del PP, si finalmente cristaliza, la iniciativa del PSOE tendría la garantía de superar el primer trámite: necesita el visto bueno de la Mesa —en la que los populares tienen tres sillas, por las dos de socialistas, Ciudadanos y Unidos Podemos—, oída la Junta de Portavoces. No hace falta el plácet del pleno, porque se trataría de una comisión no permanente en el Congreso.

En todo caso, el grupo de Pablo Iglesias no pondría obstáculos a ese foro de encuentro en la Cámara —aunque allí abogaría por el derecho a decidir y el referéndum pactado—, y tampoco es previsible que se oponga Albert Rivera, aunque fuentes de su partido advierten: "Primero Pedro Sánchez tiene que aclararse y explicarnos exactamente lo que quiere, porque si lo que quiere es hablar en serio de una modernización de la Constitución estaríamos dispuestos a verlo, pero para hablar de ocurrencias y frivolidades que no cuente con nosotros". Desde el PDeCAT, su coordinadora general, Marta Pascal, adelantó que su formación acudiría a esa mesa de diálogo, pero para defender "de forma clara y contundente" el 1-O. ERC, en cambio, se descolgó de forma clara, tal y como subrayó en Twitter Joan Tardà, el portavoz republicano en el Congreso.

La dirección de Sánchez ha venido recalcando la misma idea desde hace meses, que no es suficiente con detener el pulso soberanista acudiendo a los tribunales. "Sin la ley no hay salida, pero sin diálogo tampoco", sintetizó el secretario general este lunes para enfatizar que hay que abrir cauces de interlocución con Cataluña para desbloquear el conflicto.

El Gobierno, por su parte, insiste en que lo importante en este momento es exhibir la unidad de los partidos constitucionalistas frente a Junts pel Sí y la CUP. Sánchez garantizó que, en la defensa de la "legalidad", el respaldo del PSOE es "duradero", porque "en democracia las vías unilaterales no existen". Así que explicitó su "apoyo al Estado y por extensión al Gobierno" de Rajoy ante el 1-O. "Sabemos de la importancia de la unidad del Estado y la vamos a defender y practicar". Los socialistas no quieren pronunciarse sobre "hipótesis", sobre la eventual aplicación de medidas coercitivas para impedir el referéndum. Ya llegará el momento de hablar, señaló Sánchez. Eso sí, como en otras ocasiones pidió al presidente "mesura" y "proporcionalidad".

La comunicación de Rajoy y Sánchez es fluida. El presidente sí ha avanzado las recetas que baraja para parar el 1-O. Unas gustan y otras no en el PSOE

El secretario general, según fuentes de su entorno, sí está informado por Rajoy de qué escenarios maneja el Ejecutivo y qué respuestas pretende dar, aunque no quiere decir palabra por prudencia. ¿Esas recetas gustan en Ferraz? "Unas sí y otras no", respondían lacónicamente desde el círculo más cercano de Sánchez. En el PSOE no convencía el despliegue del artículo 155 de la Carta Magna, el que prevé la intervención de ciertas competencias, pero por ahora se inclina por no avanzar posibilidades.