El PP desplegará interventores y apoderados de toda España el 21-D al estilo del País Vasco

El Partido Popular contará el 21 de diciembre con apoderados e interventores en la práctica totalidad del territorio de Cataluña hasta cubrir un número de mesas que alcanza al 90 por ciento del censo. Es el objetivo que se ha fijado el PP catalán y que ya da por conseguido ante el apoyo de la dirección nacional, desbordada estos días por las llamadas de militantes y simpatizantes de toda España que se ofrecen para desplegarse ese día por las cuatro provincias catalanas. En fuentes de la sede de Génova apuntan que es un grado de movilización y solidaridad que no conocían desde los peores tiempos del acoso nacionalista (y de ETA) a sus cargos y representantes cuando había comicios autonómicos y municipales en el País Vasco.

Diputados, senadores, 'fontaneros' de Génova y altos cargos ya se han apuntado al plan de apoyo al PP catalán para estar el 21-D en los colegios que les van asignando, desde Barcelona capital y su área metropolitana a los principales núcleos urbanos de cada comarca. Solo las zonas rurales y los pueblos más pequeños de las zonas controladas por los partidos independentistas (sobre todo en Girona y en Lleida) quedarán al margen del esfuerzo de los populares.

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Ante un censo de 5,5 millones de electores convocados, en el PP aseguran que podrán vigilar directamente el proceso de la votación y recuento en la mayoría de los 2.700 colegios y 8.200 mesas encargadas de registrar las papeletas que depositen los catalanes en las urnas. Pero concentrarán sus esfuerzos en la totalidad de las capitales, ciudades y poblaciones con más habitantes, que es donde se concentra el voto a los partidos constitucionalistas.

Antes de la jornada de los comicios, la campaña de los populares también se concentrará en las zonas con más población: Barcelona y las ciudades limítrofes como Badalona (ciudad de la que fue alcalde Xavier García Albiol) u Hospitalet, las localidades donde tienen más votantes como Castelldefels y las capitales de provincia. Consideran que son las zonas donde se pueden mover más los trasvases de voto y donde optan a subir escaños. Allí habrá incluso doble reparto de papeletas y propaganda por correo.

En las zonas de hegemonía absoluta de los independentistas, como la Cataluña rural, la presencia de los populares será "la justa", admiten en su dirección. En esos mismos pueblos, ERC y los promotores de la nueva candidatura de Carles Puigdemont han empezado una novedosa pugna en las redes para reclutar apoderados e interventores después de años de ir en coalición o colaborar en el golpe independentista, tanto en los comicios como en las consultas ilegales del 9-N y del 1-O.

El PP, pese a los malos resultados de las anteriores elecciones (de 19 diputados a 11 en 2015) y los malos presagios de las encuestas, afronta el 21-D con optimismo. Con los primeros preparativos se han encontrado con una movilización interna y de ciudadanos sin adscripción política, tanto dentro como fuera de Cataluña, que no se esperaban. Se declaran desbordados por las llamadas de voluntarios que les llegan para ofrecerse como apoderados o interventores, desde militantes de Canarias a simpatizantes de las regiones limítrofes con el Principado, como Zaragoza o Castellón, hasta de provincias más alejadas, como Madrid o Badajoz.

Una vez asignados colegios electorales a diputados, senadores y altos cargos, en la sede de Génova estudian ahora las peticiones concretas de apoyo dando por hecho que tienen reservas sobradas de personal y que el principal problema será organizar y acoplar a los voluntarios. "A muchos les vamos a tener que decir que no", apuntan en fuentes de la dirección del PP empeñados ahora en rentabilizar en forma de votos la decisión de Rajoy de aplicar el artículo 155 de la Constitución en Cataluña para recuperar el orden constitucional en la Generalitat.