Sánchez pide que Gobierno y diputados se suban el sueldo como los jubilados, un 0,25%

Si tan digna es la subida del 0,25% a los pensionistas, que Mariano Rajoy y sus ministros se la apliquen. Que el Gobierno, diputados y senadores se aprieten el cinturón y en los nuevos Presupuestos accedan solo a ese pequeño aumento de salario, y nada más. Ese es el mensaje-provocación de Pedro Sánchez. Un guiño a las miles de personas que ayer sábado salieron a las calles de todo el país para reivindicar unas pensiones dignas. El corolario de una campaña que los socialistas llevan desplegando desde hace meses y que saben que les conecta con su electorado. Porque ese malestar social contra el Gobierno y la única "voz" de "las derechas", la "insolidaridad", puede impulsarles en el próximo ciclo electoral. Y el secretario general siente que el PSOE está "tocando con la punta de los dedos" convertirse en primera fuerza del país.

Ambas ideas, pensiones y elecciones, fueron las dos ideas fuerza del discurso de Sánchez [aquí en PDF] en la clausura de la escuela de buen gobierno que el partido inauguró el jueves. Unas jornadas muy deslucidas por la ausencia de referentes y de tres de los siete presidentes autonómicos —entre ellos, Susana Díaz—​, y por la escasa concurrencia. De hecho, algunas imágenes del cierre no podían ser más desoladoras. Decenas de sillas vacías en la parte posterior del atrio de La N@ve Boetticher, el lugar revestido de sede de esta escuela de buen gobierno Jaime Vera, y que mostraban la falta de músculo orgánico y de capacidad de movilización menos de un año después de las primarias. Sánchez tropezó con un pinchazo de aforo en uno de los que se habían vendido como grandes mítines de su segundo mandato. En total, aclamaron al líder en torno a 800 militantes y simpatizantes, del aproximado millar holgado de butacas disponibles (1.500, según la organización). En primera fila, José Luis Rodríguez Zapatero y Joaquín Almunia, y también el extremeño Guillermo Fernández Vara como único representante de los presidentes regionales.

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"Le advierto al Gobierno de que, si continúa sin escuchar a los jubilados en sus movilizaciones para que se levante la dictadura de 0,25%, al debate de los Presupuestos Generales del Estado los socialistas vamos a llevar que el Consejo de Ministros, los diputados y los senadores también liguen la evolución de su sueldo al 0,25%, en coherencia y solidaridad", sostuvo, en uno de los pasajes de su intervención. El Ejecutivo de Rajoy aprobará el proyecto de ley de Presupuestos de 2018 el 27 de marzo, y los llevará a la Cámara una semana más tarde para que comience su tramitación, pero los apoyos no los tiene para nada asegurados. El presidente se comprometió el pasado miércoles a una mejora de las pensiones mínimas y de viudedad, sin concretar cuánto, aunque sí juzgó "razonable" subir estas prestaciones más bajas conforme al IPC, pero no las máximas.

"Lacito morado" para quitarse peso

El secretario general enhebró otros dos "compromisos personales", en consonancia con su subrayado de que el PSOE sí "escucha" a los jubilados. Uno, que en cuanto llegue al Gobierno procederá a una subida de pensiones según el IPC, el coste de la vida. Y dos, que promoverá el "blindaje" en la Constitución y en la ley de la inversión en educación, dependencia, sanidad y pensiones, "para que nadie transforme en mercancías lo que son derechos". Sánchez ironizó con que el "mejor puesto de trabajo" es el de Rajoy, que "cobra por no hacer nada", y su 0,25% no deja de ser un "desprecio a los que hicieron posible la España del 78".

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Hubo más reproches al jefe del Ejecutivo, por estar "anegado de corrupción" y no haber querido atajar la brecha salarial, por mucho que el pasado 8 de marzo se pusiera "un lacito morado para quitarse cargos de conciencia". También se preguntó dónde están sus promesas electorales, pero su problema, azuzó, es que la mitad de las cosas que afirma "no son verdad y la otra mitad son mentira". Frente a esa "derecha de dos caras", el PSOE se alza como "rompeolas", con un proyecto regenerador, europeísta y modernizador, que responde a las preguntas de cómo se crece, cómo se distribuye ese crecimiento y cómo se limpia la vida institucional.

Agradecimiento a presidentes y alcaldes

Por parte del líder no hubo llamamientos explícitos a la unidad —sí los hizo este domingo el expresidente del Parlamento Europeo Enrique Barón, uno de los tres premiados con el galardón Manuel Marín, entregado durante la clausura—, pero sí trenzó un "agradecimiento" a los presidentes autonómicos y alcaldes socialistas y a todos los que trabajan "al frente de las instituciones", porque "unen aquello que la derecha siempre separa cuando gobierna". "Unís educación y equidad, unís, Guillermo —dijo, dirigiéndose a Fernández Vara—, sanidad y calidad, unís política y ejemplaridad, unís futuro y esperanza".

Y decía todo esto, señaló, porque solo queda un año para las elecciones municipales, autonómicas y europeas de 2019. "Os diré una cosa, estamos tocando con la punta de los dedos ser la primera fuerza política de este país —clamó, entre los aplausos de sus fieles—. Podemos ser la primera fuerza política en este país, y lo que os pido es que todos trabajemos duro para recuperar esa confianza. No por nosotros, sino por los ciudadanos", para "reconstruir el Estado del bienestar y combatir las marginalidades".

Si ganamos las elecciones, cuando sean, da igual los gritos que den: quien gana las municipales gana las generales

Lo cierto es que el PSOE no aparece como primera formación en ninguna encuesta. Más aún, los sondeos colocan a los socialistas en la segunda posición —como el PanelConfidencial— o incluso en la tercera.

Luego lanzó un vaticinio: "Porque si ganamos las elecciones en mayo o en junio, cuando sean, da igual los gritos que den, porque quien gana las municipales gana las generales". Una afirmación que puede convertirse en un arma de doble filo contra él, puesto que si el PSOE no vence en los comicios del año próximo, puede que los críticos se abalancen contra el secretario general para tirarle a la cara el compromiso férreo adquirido en la clausura de esta escuela de buen gobierno.

Ovación a Demetrio Madrid

Las jornadas no han sido al final un trago fácil para la dirección federal y para su jefe, que se empeñó en venderlas hace un mes como "la visualización de la unidad recompuesta". Pero al final han estado atravesadas por las sucesivas ausencias y la estocada final de Díaz, al anunciar el plante cuando las sesiones ya habían comenzado. Y también han sido sonados los reproches de algunos referentes, como el exministro Javier Solana, que no tuvo reparo en reconocer su descontento con el rumbo del PSOE. "No hay que dar consejos de vieja guardia, lo que hay que hacer de cara a los que están en primera línea es ayudarles y colaborar", subrayó Barón al recoger su premio Manuel Marín a la mejor trayectoria europea. "¡Pedro, si me necesitas, llámame!", gritó el exeurodiputado, en un gesto de complicidad claro con el secretario general.

Enrique Barón echa un capote: "No hay que dar consejos de vieja guardia, a los que están en primera línea hay que ayudarles y colaborar"

Barón no fue el único telonero. Le precedieron los otros dos premiados por la ejecutiva federal, la exalcaldesa de Santa Coloma de Gramenet Manuela de Madre (mejor trayectoria municipal) y el único presidente socialista que ha tenido Castilla y León, Demetrio Madrid, que dimitió de su cargo en 1986 cuando fue procesado pero que luego acabó siendo absuelto. Las estatuillas fueron entregadas por Zapatero, Almunia y la presidenta del PSOE, la exministra Cristina Narbona. Madrid, mejor carrera autonómica, puso al auditorio en pie cuando bramó a Sánchez: "¡Tienes el respaldo que ningún otro secretario general ha tenido!". Un reconocimiento que si cabe resultaba más cálida vista la estampa global del atrio de La N@ve, con buena parte de la parroquia socialista próxima al escenario pero con calvas bien visibles en la parte trasera, junto a las mesas donde estaban sentados los informadores. "¡No vuelvas a dimitir nunca hasta que estés tres legislatura como presidente del Gobierno!", le cumplimentó.

De Madre recordó los vínculos de PSOE y PSC. "¿Cuándo fue sencillo, divertido o guay ser socialista? [...] No somos una canción, somos el pentagrama y sobre el pentagrama se construye la música, no se puede hacer música sin el pentagrama. No se puede construir música sin contar con el PSOE, con mi casa madre, que es esta, sin contar con el PSC, que está pasando momentos de mucha dificultad". También llegó calor de la grada.

Pero el momento más emotivo fue tal vez el reconocimiento al propio Manuel Marín, expresidente del Congreso y negociador de la entrada de España en la UE, fallecido el pasado diciembre de cáncer. Sánchez entregó a su viuda, Carmen Ortiz, 'Carmenchu', y a sus hijas, Paloma y Alejandra, el galardón honorífico de los premios que llevan su nombre. Los socialistas se volcaron con las tres, con el recuerdo de un hombre imprescindible en la política española y al que el partido rendirá homenaje anualmente a partir de ahora.