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La Policía detiene a un anestesista por la muerte de un bebé en La Milagrosa
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la traumatóloga también bajo sospecha

La Policía detiene a un anestesista por la muerte de un bebé en La Milagrosa

El pequeño fue intervenido de un pie zambo y salió del quirófano con crisis respiratoria y sangrando por las vías; los médicos retrasaron su traslado a otro hospital y finalmente falleció

Foto: Hospital La Milagrosa.
Hospital La Milagrosa.

El bebé venía con un pie zambo. Así lo diagnosticaron los médicos ya antes incluso de que naciera. No era nada importante, pues se trata de un defecto que los especialistas rectifican con una pequeña intervención. El niño, de hecho, nació sin problemas. Su madre —María— le abrazó, le dio el pecho y le puso de nombre Álvaro. No había prisa en operarle de la extremidad inferior, pues se puede hacer incluso años después. La traumatóloga, sin embargo, propuso a la familia hacerlo cuanto antes. Los padres accedieron y el pasado 3 de julio a las 14 horas, cuando apenas contaba un mes de vida, fue intervenido.

La operación duró una hora. Al terminar, la traumatóloga le comunicó a la familia que había sido un éxito, una actuación muy sencilla que consistía en una pequeña incisión y todo había salido según lo previsto. A los pocos minutos, el personal sanitario les entregó el bebé a sus padres. En ese momento, el anestesista le indicó a la madre que el pequeño estaba muy nervioso y que sería bueno que le diera el pecho para tranquilizarle. Al mismo tiempo, el facultativo empujó ligeramente al niño con su mano hacia el cuerpo de María.

Foto: Vista del vehículo que causó el accidente, depositado en un taller de la localidad. (EFE)

La mujer intentó hacer lo que le había sugerido el médico, pero el bebé no quería comer. La madre le notó muy raro, como decaído, y observó que su pequeño Álvaro tenía sangre en la boca y que incluso le había manchado el pecho. Fue entonces cuando avisó a la enfermera, que le dijo que era algo normal después de una intervención y le dio una gasa para limpiarse. María se tranquilizó, pero solo momentáneamente, ya que su pequeño Álvaro no mejoraba con el tiempo. A las 16.30 horas pasaron al bebé a planta y 15 minutos después los padres recibieron la visita del anestesista y de la traumatóloga.

Ambos insistieron en ese momento en que todo había ido bien y aseguraron que si el niño tenía algún problema habría sido como consecuencia de haber aspirado leche materna. María, sin embargo, respondió que eso era imposible, porque su hijo no había mamado nada desde que terminó la intervención. Los dos médicos observaron entonces al pequeño y vieron que no respiraba bien. "Sin embargo, lejos de indagar en las causas que motivaban esa insuficiencia respiratoria, ambos evitaron tomar medidas", asegura el abogado Álvaro Sardinero, de la Asociación Defensor del Paciente, y representante legal de la familia.

Foto: Miguel Ángel, junto a su hermana Blanca, en una foto de archivo cedida por la familia.

Los médicos sí ordenaron hacer una radiografía de tórax al bebé, pero nada más. A juicio de Sardinero, que denunció los hechos ante los juzgados de plaza de Castilla, los responsables sanitarios deberían haber derivado al pequeño inmediatamente a una unidad de cuidados intensivos pediátrica externa, ya que La Milagrosa no cuenta con un área de este tipo. Tanto la traumatóloga como el anestesista decidieron esperar a ver si el niño se recuperaba solo. Fuentes de la clínica privada aclaran que "ninguno de los dos profesionales es personal del hospital", sino que se trata de dos personas que "puntualmente" realizan intervenciones en las instalaciones del centro.

Álvaro, sin embargo, no se recuperó. Comenzó a ponerse de color azulado, un claro síntoma de que cada vez llegaba menos oxígeno a sus órganos. Los labios, los dedos... sus extremidades se tornaron pálidas. El pulsómetro confirmó que la insuficiencia respiratoria era evidente. "Estaba entre cianótico y pálido", describe el letrado de la familia, que apunta además que todos sus signos externos eran de malestar general. "Tenían que haberle llevado urgentemente a otro hospital que sí tuviera UCI", repite Sardinero. "Pero no se hizo", insiste.

Los médicos esperaron hasta las 20.30 horas para trasladarlo. Lo llevaron al hospital Nisa, que como la mayoría de centros sí cuenta con departamentos especializados. Los informes de alta de La Milagrosa y de ingreso del nuevo centro, sin embargo, mostraban grandes diferencias de diagnóstico. El primero, explica el abogado de la familia, señalaba que el enfermo tenía insuficiencia respiratoria pero se encontraba estabilizado. El segundo, por contra, reflejaba el mal estado del niño, un pronóstico pésimo e incluso un elevado riesgo vital. Apenas había 20 minutos de diferencia entre uno y otro documento, el tiempo que tardó la ambulancia en ir de un hospital a otro.

Foto: Ángeles Zurera. (Foto cedida por la familia)

Una vez en su nueva 'casa', de hecho, el bebé empeoró otra vez. Entró en parada, lo remontaron, pero volvió a ir perdiendo fuerzas progresivamente hasta que murió. La autopsia, cuenta el abogado, concluyó que "el fallecimiento estaba relacionado con la intervención quirúrgica y que había sido provocado por un daño pulmonar". "O le intubaron agresivamente, porque tiene una erosión en la traquea, o le anestesiaron mal", especula el letrado, quien sin embargo no centra en este aspecto sus quejas.

Sardinero ha interpuesto una denuncia ante los juzgados de plaza de Castilla por la negligencia médica. "El reproche no es tanto por lo que causó el daño pulmonar, sino por la ausencia de medidas puestas por el personal cuando supo que el niño tenía insuficiencia respiratoria; estuvieron cinco horas sin tomar medidas", censura el abogado. "Si en un primer momento coges y llevas al niño a otro hospital, lo hubieran sacado adelante; si dejas que los pulmones y el cerebro sufran, el pronóstico se vuelve muy malo", añade el letrado, quien también critica que en el preoperatorio no se le hiciera una prueba de coagulación.

"El anestesista decidió no hacerla y esto es una salvajada, porque supone asumir un riesgo innecesario; sobre todo habiendo medios para evitarlo; si la prueba hubiera salido mal, se podría haber retrasado la intervención, porque no había ninguna prisa para hacerla, hasta que hubiera arrojado mejores resultados", apunta Sardinero, que insiste en que "cuando no se hacen las cosas bien, ocurren este tipo de tragedias".

Foto: Imagen de archivo de una concentración de familiares y amigos de Paco. (Canalsur)

La denuncia del letrado recayó en el Juzgado de Instrucción número 44 de Madrid, que encomendó la investigación a la Unidad Adscrita a los Juzgados de la Policía Nacional. Agentes de este departamento detuvieron el pasado miércoles al anestesista por un delito de homicidio imprudente, lo pusieron a disposición judicial y la magistrada María Luis Lázaro, titular del juzgado, decidió dejarle en libertad provisional con cargos.

Los funcionarios investigaron los hechos durante tres meses y concluyeron que el bebé entró en quirófano completamente sano y salió con una crisis respiratoria muy grave y sangrando. Según los investigadores, esta última fue originada por el anestesista en el momento en el que el facultativo retiró la intubación. La Policía censuró asimismo que igualmente criticable es la decisión de la traumatóloga de no derivar al paciente a otro hospital con mejores medios.

Este es el tercer homicidio que resuelven los agentes de la Unidad Adscrita a los Juzgados de la Policía Nacional desde que el Ministerio del Interior impulsara este departamento y duplicara su personal a mediados de 2017. La detención del hombre que mató a su exmujer en París en 1995, que arrojó en cadáver al Sena en un ataúd y se escondió en Utrera (Sevilla) amparado por sus hijos, y la de Juan Manuel Valentín Tejero, el asesino de la niña de nueve años Olga Sangrador.

El bebé venía con un pie zambo. Así lo diagnosticaron los médicos ya antes incluso de que naciera. No era nada importante, pues se trata de un defecto que los especialistas rectifican con una pequeña intervención. El niño, de hecho, nació sin problemas. Su madre —María— le abrazó, le dio el pecho y le puso de nombre Álvaro. No había prisa en operarle de la extremidad inferior, pues se puede hacer incluso años después. La traumatóloga, sin embargo, propuso a la familia hacerlo cuanto antes. Los padres accedieron y el pasado 3 de julio a las 14 horas, cuando apenas contaba un mes de vida, fue intervenido.

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