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Guerra de propaganda entre Sánchez y Macron por atribuirse el pacto del Aquarius
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FRANCIA Y MALTA OBVIARON EL PAPEL ESPAÑOL

Guerra de propaganda entre Sánchez y Macron por atribuirse el pacto del Aquarius

El acuerdo alcanzado entre varios países de la UE para dar solución al Aquarius se vio 'empañado' por el cruce de tuits de varios mandatarios y el ofrecimiento de Quim Torra

Foto: Pedro Sánchez recibe a Macron en Moncloa. (Cordon Press)
Pedro Sánchez recibe a Macron en Moncloa. (Cordon Press)

Fueron 48 horas de negociaciones "intensas" y en un ambiente de "total discreción". De ahí, que el Gobierno de España no diera ninguna explicación sobre qué destino esperaba al Aquarius, el buque humanitario con 141 personas a bordo rescatadas por SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras, que llevaba días reclamando ayuda a los puertos europeos para poder atracar y poner a salvo a sus pasajeros, entre ellos, 73 menores de edad. Ante el silencio generalizado, fuentes de Moncloa advirtieron a última hora del lunes y primera del martes de que el acuerdo estaba cerca. Insistían en que habría una respuesta "conjunta" y "coordinada" con el resto de países europeos.

Las críticas se hacían inevitables ante lo que parecía un cambio de postura con respecto a la decisión tomada el pasado junio, cuando el Ejecutivo de Pedro Sánchez acogió sin titubeos la primera llamada del Aquarius con 629 inmigrantes y refugiados a bordo, que finalmente llegó al puerto de Valencia. El Gobierno descartó que hubiera un cambio en su criterio: insistía en que el escenario era distinto, "no tenía la urgencia absoluta" del buque anterior—confirmaría la vicepresidenta, Carmen Calvo, un día después— y España no era el "puerto más seguro" debido a su lejanía.

En realidad, la postura de prudencia y contención del Gobierno llegaba apenas un día después de la reunión de trabajo que el presidente mantuvo con la canciller alemana, Angela Merkel, en Doñana, con el conflicto migratorio como uno de los principales asuntos a tratar. Y el acuerdo era ese: la respuesta al Aquarius y a los flujos migratorios es una cuestión europea y no la deben tomar los estados de forma individual como, por otra parte, hizo España el pasado junio.

placeholder Angela Merkel y Pedro Sánchez durante el pasado fin de semana de trabajo. (EFE)
Angela Merkel y Pedro Sánchez durante el pasado fin de semana de trabajo. (EFE)

El martes por la mañana se producía una nueva 'incursión' en la cuestión del Aquarius mientras la opinión pública presionaba al Ejecutivo sobre la solución que se daría a los 141 inmigrantes. El 'president' de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, anunciaba que ponía a disposición del buque tres puertos catalanes: el de Palamós (Girona), el de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) y el de Sant Carles de la Rápita (Tarragona), pidiendo que se permitiera el desembarco "bajo la autoridad" del Govern y sin intervención por parte del Estado. El ofrecimiento se produjo, en todo caso, a sabiendas de que la Generalitat no tiene competencia en extranjería o fronteras, y es el Ministerio de Fomento a través de Puertos del Estado el que debe dar el visto bueno a las embarcaciones que entran en aguas españolas. Moncloa no respondió.

Muy poco tiempo después llegaba el anuncio del acuerdo internacional alcanzado. Un total de siete países europeos —la participación de Italia se conoció más tarde, aunque no está clara la cuota que asumirá— acordaron el reparto de los inmigrantes en los distintos territorios y que el Aquarius atracaría en Malta, el puerto más cercano a su localización. El propio Sánchez confirmaba en un tuit que España acogerá a 60 de las personas que viajan en el buque, asegurando que nuestro país "ha coordinado un acuerdo pionero, gracias al camino que emprendimos en junio impulsando una salida común y solidaria a los flujos migratorios".

Una afirmación que no coincidió con la primera valoración que hicieron los gobiernos de Malta y Francia en un primer momento. En concreto, el primer ministro maltés, Joseph Muscat, dio las gracias públicamente a Emmanuel Macron, su homólogo francés, por haber impulsado junto al gobierno de la isla el acuerdo, al tiempo que agradecía a la Comisión Europea y a su presidente, Jean-Claude Juncker, "el trabajo desarrollado conjuntamente". Ni una sola palabra sobre la labor de Sánchez y el gobierno español.

Inmediatamente después, el primer ministro francés aseguraba en la misma red social que el "acuerdo de cooperación" había llegado de la mano de "la iniciativa franco-maltesa", y agradecía a Malta su "gesto humanitario" y su "solidaridad" con Francia. Macron zanjaba: "No hay alternativa a la cooperación", sin hacer tampoco ninguna referencia a la labor española.

Casi dos horas más tarde y con una falta de sintonía evidente sobre cómo se produjo realmente la coordinación del acuerdo, el primer ministro maltés escribió un nuevo tuit en el que sí citó al Gobierno español. "Seguiremos trabajando con el señor Sánchez en materia de inmigración y otras muchas cosas, y le agradecemos su labor en la situación del Aquarius", aseguró. Al mismo mensaje contestó el presidente del Gobierno, en la misma línea, valorando "su apoyo en la respuesta coordinada sobre el Aquarius" e insistiendo en que "juntos podemos encontrar respuestas europeas a desafíos globales como la inmigración". Varios tuits cruzados, pero con distintos puntos de vista.

A media tarde compareció desde Córdoba la vicepresidenta, Carmen Calvo, para dar los detalles del acuerdo. Y no dudó en destacar el papel desempeñado por Sánchez en la negociación, "un líder que en muy poco tiempo es escuchado en Europa", afirmó, asegurando que "el Gobierno de España ha abierto mucho camino" en el marco de este acuerdo, devolviendo el problema migratorio a la agenda europea más urgente. En todo caso, Calvo no logró despejar las dudas surgidas a raíz de los tuits entre mandatarios europeos. La número dos de Sánchez puso el foco en el último mensaje del primer ministro maltés en el que se dirigía al presidente español, obviando los acontecimientos anteriores.

Calvo aseguró que la coordinación del acuerdo fue "una combinación del esfuerzo de llamar, coordinar, de proponer y recibir respuestas positivas de Francia y España", sin especificar a quién se atribuye formalmente el éxito del acuerdo y por qué las discrepancias mostradas en un principio. La vicepresidenta aseguró que España fue la que lideró con Francia una respuesta "coherente, responsable, solidaria y segura", y volvió a poner en valor el papel del Gobierno socialista, "que ha puesto la defensa insoslayable de los derechos humanos en el corazón de la reflexión europea".

Cataluña recibirá a 60 de los 141 migrantes

De forma paralela, la vicepresidenta también confirmaba la respuesta al ofrecimiento de Cataluña de los puertos, "sobre los que no tiene competencia", anunciando que el Govern se había mostrado "dispuesto" a acoger a los 60 migrantes toda vez que España coordine su llegada desde Malta. La vicepresidenta recordó las limitaciones competenciales, tras lo que reveló los contactos mantenidos con la Generalitat al mediodía del martes tras hacer público el acuerdo internacional y en los que se habría acordado que las 60 personas del Aquarius sean acogidas por esta comunidad autónoma.

Las cifras totales del acuerdo entre los socios europeos, que incluye la acogida de más de 200 migrantes —los 141 que salvó el Aquarius frente a las costas de Libia el pasado viernes y otras 114 personas rescatadas por las autoridades maltesas— también fueron desgranadas por Calvo: 60 migrantes llegarán a España, otros 60 irán a Francia, mientras que Alemania y Malta acogerán a 50 respectivamente. Portugal acogerá a 30 personas; Luxemburgo, a 5; y aún está por determinar el número de migrantes que acogerá Italia tras la tragedia sufrida en Génova este mismo martes, que se saldó con una treintena de víctimas mortales.

Fueron 48 horas de negociaciones "intensas" y en un ambiente de "total discreción". De ahí, que el Gobierno de España no diera ninguna explicación sobre qué destino esperaba al Aquarius, el buque humanitario con 141 personas a bordo rescatadas por SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras, que llevaba días reclamando ayuda a los puertos europeos para poder atracar y poner a salvo a sus pasajeros, entre ellos, 73 menores de edad. Ante el silencio generalizado, fuentes de Moncloa advirtieron a última hora del lunes y primera del martes de que el acuerdo estaba cerca. Insistían en que habría una respuesta "conjunta" y "coordinada" con el resto de países europeos.

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