Delgado se defiende: "No voy a dimitir y no voy a aceptar el chantaje de nadie"

El PP no va a soltar su nueva presa. Dolores Delgado. Por haber "mentido" sobre sus relaciones con el comisario José Manuel Villarejo. Porque ya es una "zombi" y es una "rémora". "Es culpable, no siga llenando de oprobio la democracia y váyase". Más presión aún tras la reprobación aprobada ayer en el Senado gracias a su mayoría absoluta en la Cámara. Pero ella no se irá. "No voy a dimitir" y "no voy a aceptar el chantaje de nadie", proclamó.

La ministra de Justicia se esperó hasta el segundo embate de los populares en la sesión de control de este miércoles en el Congreso. Aguardó hasta la interpelación de la diputada popular María Jesús Bonilla para insistir en que nadie le va a doblegar. "No puedo entender cómo sigue manteniéndose" en su puesto, por el "enorme daño" que está provocando "a la Justicia española y a nuestro país", justificó la parlamentaria, que le reclamó su marcha del Gabinete "por dignidad". "Ya le adelanto que no voy a dimitir. No voy a dimitir por muchas razones pero fundamentalmente porque después de seis años de parálisis política este Gobierno está trabajando por la ciudadanía", replicó, taxativa, respaldada por su grupo, cuya líder, Adriana Lastra, la había recibido por la mañana con un abrazo de apoyo.

La ministra subrayó que igual que antes, en sus 25 años como fiscal, buscaron vencerla y no pudieron, tampoco podrán con ella ahora. "No me he achantado con los narcotraficantes, con los terroristas, con los corruptos y desde luego con los violadores de derechos humanos, y me he mantenido firme. Voy a defender el servicio público hasta sus últimas consecuencias. Ni este Gobierno ni esta ministra va a aceptar el chantaje de nadie", reivindicó, entre el caluroso aplauso de la bancada socialista.

Delgado recordó que ha solicitado ya comparecer en el Congreso para dar cuenta de un caso que tiene más que ver, a su juicio, con aspectos de la política "de comunicación que de otros temas" —era una forma indirecta de reconocer que ha errado ella misma en la gestión de la crisis—. "Hablaremos y hablaré. Y repito: a este Gobierno que trabaja por la ciudadanía, a esta ministra que presta un servicio público desde el ministerio y defendemos la Justicia, nadie, nadie, nos va a chantajear". La ministra concluyó así su réplica a la interpelación, y automáticamente los diputados socialistas saltaron como un resorte de sus escaños y comenzaron a aplaudirla puestos en pie. A ellos se sumaba la titular de Hacienda, María Jesús Montero. Después fuentes parlamentarias confirmaron que acudirá a la Comisión de Justicia el próximo 10 de octubre a las seis de la tarde.

La ministra enviaba señales de fortaleza (y también el partido) frente al acorralamiento parlamentario, especialmente del PP. Este miércoles, quien comenzó el hostigamiento fue un diputado bregado en sacar el látigo contra sus señorías, Rafael Hernando. El exportavoz popular quemó toda la pólvora nada más tomar la palabra y formular su pregunta, previa a la interpelación de Bonilla: "Mentir no es de justicia. Es una vergüenza y mancilla esta Cámara".

Delgado no contestó a Hernando por el caso que la cerca en los últimos días, y se limitó a responder, tanto en su primera réplica como en el cierre, a la cuestión que figuraba en el orden del día, si iba a "ordenar a la Fiscalía" que cambie su postura en la causa del 'procés'. "El Gobierno, nunca jamás, este Gobierno socialista jamás ordena a la Fiscalía porque respeta su autonomía", a diferencia del anterior, criticó.

El PP le pide que se vaya por "dignidad". "No me he achantado ante narcos, corruptos, violadores de derechos humanos, y me he mantenido firme"

Hernando retomó el ataque en su réplica, y ahí volvió a citar el caso Villarejo. "La ministra es la notaria mayor del Reino y se le tienen que exigir mayores dosis de compromiso con la verdad y la transparencia, cosa que no ha hecho ni hace", es el "paradigma de la mentira", "no dice la verdad ni cuando rectifica" y "cada comunicado es una nueva mentira", subrayó, haciendo hincapié, por tanto, en el vaivén de declaraciones públicas lanzadas por ella misma y su departamento desde hace días, primero cuando El Confidencial adelantó que la Audiencia Nacional la investigaba por una presunta cita secreta con el comisario jubilado, hoy en prisión, y después cuando se divulgaron los audios de una comida de 2009 en la que se sentaron a la mesa ella misma y Villarejo, junto con Baltasar Garzón —inhabilitado como juez por el Supremo en 2012— y otros mandos policiales.

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"Ni usted ni el doctor [Pedro] Sánchez —continuó, mofándose del presidente por su tesis— están a la altura del Gobierno decente que España necesita". El primero porque "ha decidido mantenerse en el poder" apoyándose en "comunistas, filoetarras e independentistas". Y ella, porque es "rehén de sus peligrosas amistades y sus relaciones con las cloacas" del Estado, resolvió, en clara alusión al comisario encarcelado. "Es una zombi de un Gobierno al que ni el CIS le va a arreglar la cara", azuzó.

"Mentir no es de justicia. Es una vergüenza y mancilla esta Cámara", subraya el exportavoz del PP nada más tomar la palabra en el hemiciclo

Hernando combinó durante su pregunta tanto el caso Villarejo como las presuntas órdenes que el Ejecutivo está dando a la Fiscalía para que alivie la presión sobre los cabecillas del 'procés'. De hecho, le afeó que hubiera nombrado una "nueva fiscal [general] dócil", María José Segarra, para que le hiciera "el trabajo sucio", pese a que los fiscales de Cataluña "no están dispuestos a renunciar a la defensa del Estado de derecho frente al golpe de Estado de los independentistas".

El diputado popular, en el tramo final de su pregunta, continuó combinando ambos aspectos. "Le hubiera ido mejor si en vez de dedicarse a franquiciar su ministerio con exjueces prevaricadores [en alusión a Baltasar Garzón] hubiera defendido a los jueces que defienden la Constitución, como hace [el magistrado del Tribunal Supremo Pablo] Llarena". Al final se descolgó con la petición de dimisión: "Usted es una rémora para cualquier Gobierno. No es una víctima, es culpable. La opinión pública ya la ha condenado. No siga llenando de oprobio la democracia y váyase".

Delgado replicó a Hernando despojándose del tono vehemente y sobreactuado de ayer en el pleno del Senado. "Comprendo que le cueste entender lo que es la autonomía del Ministerio Fiscal, que le cueste entender la independencia judicial". Tras recalcar que los jueces y fiscales en Cataluña cuentan con su apoyo, recordó que las polémicas que rodearon al Gobierno del PP, el "tiempo negro" en el que sí se "daban instrucciones" al Ministerio Público. Rememoró las "presiones" que sufrió Eduardo Torres-Dulce cuando era fiscal general del Estado y pidió prisión para el extesorero del PP Luis Bárcenas. También cómo el Ejecutivo de Mariano Rajoy no renovó a su sucesora, Consuelo Madrigal, porque se oponía a nombrar al fiscal anticorrupción que querían los populares, o las "instrucciones para no perseguir al expresidente de la Región de Murcia" Pedro Antonio Sánchez.

"Están acostumbrados a manejar políticamente la Justicia y eso ahora se ha acabado", remachó. A la interpelación de Bonilla fue cuando Delgado contestó. Cuando proclamó alto y claro que no se marchará.