Una máquina de 600.000 € para 'pinchar' móviles: las gestiones de Villarejo para BBVA

El comisario Villarejo utilizó todos los recursos que tenía a su alcance en la operación Trampa, la investigación que realizó a petición de BBVA, entre noviembre de 2004 y febrero de 2005, para desactivar la ofensiva que lanzaron el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la constructora Sacyr para tomar el control del banco. El presunto cerebro de la operación Tándem anotó gestiones para la compra de una máquina de interceptación de llamadas de teléfonos móviles junto al número personal del entonces jefe de la Oficina Económica de Moncloa, el exministro Miguel Sebastián, uno de los dirigentes socialistas más implicados en el asalto a la entidad financiera.

El documento figura junto a otros papeles de la operación Trampa a los que ha tenido acceso El Confidencial en una investigación conjunta con 'Moncloa.com'. En concreto, se trata de un folio en que aparecen nombres, direcciones y teléfonos de varios de los integrantes del llamado Grupo Hostil, la fórmula que se inventaron Villarejo y BBVA para referirse al círculo de empresarios, políticos y periodistas que presuntamente se coaligaron para desplazar de la presidencia del banco a Francisco González.

Los teléfonos del Grupo Hostil

Los nombres apuntados son los de Luis del Rivero, que era presidente de Sacyr y rostro visible de la operación de entrada en el consejo de la entidad; Vicente Benedito, en aquel momento director financiero de la constructora; el industrial Juan Abelló, entonces consejero de Sacyr y del banco Santander; el nombre y los apellidos de la mujer de este último junto a la dirección de la vivienda del matrimonio; el consejero de la constructora Juan María Aguirre Gonzalo; el abogado de cabecera de Prisa, Matías Cortés, y Carlos Arenillas, vicepresidente de la CNMV en esa etapa y conocido por su cercanía al PSOE. En medio de esas identidades, el comisario apuntó la de Miguel Sebastián, un teléfono fijo, su móvil y también los datos de su antigua secretaria, así como el teléfono de Intermoney, la agencia de valores en la que trabajó antes de dar el salto a la política.

El agente encubierto consideró necesario para sus pesquisas averiguar la “posibilidad de teléfonos” y “sociedades en Andorra, Suiza...” que podían tener todos esos objetivos. A continuación, anotó otros nombres que supuestamente formaban parte del bando que pagaba la investigación: un consejero de BBVA fiel a Francisco González, Carlos Loring Martínez de Irujo, y una sociedad del ya expresidente del banco y nuevo presidente de honor, Tedital.

300 metros de radio

Con todo, las anotaciones más relevantes se encuentran al final de este documento de la operación Trampa. Junto al móvil de Sebastián y varios telefónos fijos, Villarejo mencionó gestiones sobre una “máquina”, así como el nombre de una empresa de telecomunicaciones (junto a las siglas TC) y la frase “también la opción israelí”. Según fuentes cercanas a las pesquisas y otras próximas a la investigación encargada por BBVA, se trata de apuntes relacionados con la adquisición de un dispositivo para la interceptación de comunicaciones a través de teléfonos móviles. En aquella época, solo había dos modelos en el mercado que ofrecieron buenos resultados. Uno lo fabricaba la empresa americana Verint y costaba 600.000 euros. Obligaba a estar en un radio de 300 metros del teléfono que se quería pinchar. Era una máquina de gran tamaño y era necesario formarse en el extranjero para saber usarla. La otra máquina, de calidad superior, costaba en torno a un millón de euros y la vendía una compañía precisamente israelí. Su tamaño era menor y disponía de un radio de acción más amplio, por lo que no era necesario aproximarse tanto al objetivo.

El documento al que ha tenido acceso este diario revela las gestiones del comisario para tratar de conseguir una de esas máquinas. También, para averiguar si el bando del Grupo Hostil estaba utilizando un dispositivo de ese tipo para tratar de predecir sus propios movimientos y los de Francisco González. Villarejo sospechaba que Sacyr había contratado los servicios de la agencia de investigación Kroll, una multinacional estadounidense especializada en la búsqueda de información empresarial. El nombre de esa agencia aparece igualmente al final del folio.

El papel tiene fecha del 2 de enero de 2005, aunque hay otras versiones de fechas anteriores. Solo unos días después, Villarejo habría empezado a controlar a petición de BBVA los teléfonos clave del Grupo Hostil. En solo unas semanas, consiguió información vital sobre 15.000 llamadas en las que participaron 4.000 números de teléfono distintos, tanto fijos como móviles. Varias de esas llamadas tuvieron como origen o destino los ministerios de Presidencia, Asuntos Exteriores y Economía, el Congreso de los Diputados, la sede del PSOE en la calle Ferraz, la Agencia EFE, varios medios del Grupo Prisa, Intereconomía, Hispanidad, despachos de abogados como Garrigues, la CNMV e incluso la mayor competencia de BBVA, el banco Santander. Toda esa información fue facilitada por el comisario a la segunda entidad financiera de España, con conocimiento de su máximo responsable, como confirma la grabación desvelada hoy por este diario.

Se desconoce si en el momento de realizar el control de esas 15.000 llamadas, Villarejo ya disponía de la capacidad técnica necesaria para escuchar su contenido. Con todo, entre la documentación de la operación Trampa también hay transcripciones de conversaciones, entre ellas, una en la que supuestamente habrían participado el propio Sebastián y la entonces vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y en la que ambos dan un apoyo explícito a la operación de Sacyr para desembarcar en BBVA.

"Ocho equipos de personal especializado"

El presunto cabecilla de la operación Tándem dejó anotados en otros informes que en la investigación Trampa habrían intervenido hasta “ocho equipos de personal especializado, actuando con arreglo a un diseño de operación, gestado sobre la base del oportuno estudio de campo”. Los equipos estaban compuestos por “operativos 'in situ' según los estudios de campo y diseño de actuaciones”; “responsables de infraestructura y medios técnicos”; “responsables de recepción y mantenimiento de canales de información”; “equipos de vigilancia y control directo (más contravigilancia en su caso)”; “equipo de infiltración”; “colaboradores oriundos de los países donde se investiga”; “asesores externos especializados en las distintas materias a analizar”; “analistas y técnicos de tratamiento de la información obtenida”, y “staff' directivo coordinador de los profesionales anteriores”.

En cuanto a los medios técnicos, el comisario aseguró haber utilizado “ocho dispositivos para la captación” de información; “ocho dispositivos de comunicaciones”; “cuatro dispositivos de contramedidas”; “tres bases estáticas y una externa de apoyo de emergencia”; “12 coches y cinco motos para vigilancia/transporte”; “tres vehículos base para comunicaciones”; “elementos varios de transmisión dúplex”; “software' y 'hardware' para acceder a determinados bancos de datos”; “infraestructura de análisis y muestreo de soportes para detectar falsificaciones”; “procedimientos de contraste utilizados en reproducción de documentos”; “equipos de audio para grabaciones convencionales”; “equipos de captación de audio en ambientes hostiles”; “equipos ópticos varios fotografía/vídeo”, y “equipos ópticos captadores de imágenes en situaciones adversas”.