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"¿Por qué fotografiáis a mi padre muerto?": carta de una víctima de la funeraria
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DOLOR E INDIGNACIÓN en valladolid

"¿Por qué fotografiáis a mi padre muerto?": carta de una víctima de la funeraria

Algunos trabajadores de la Funeraria El Salvador de Valladolid sacaban los cadáveres de los féretros. Lo hacían para robar al muerto el ataúd y venderlo una y otra vez

Foto: Tanatorio El Salvador de Valladolid. (EFE)
Tanatorio El Salvador de Valladolid. (EFE)

Mientras que en la sala contigua los familiares del fallecido lloraban desconsolados, algunos trabajadores de la Funeraria El Salvador de Valladolid sacaban los cadáveres de los féretros. Lo hacían para robar al muerto el ataúd y venderlo una y otra vez. El negocio era sideral. Es una de las múltiples acusaciones que penden contra los dueños y empleados, pero hay más: se hacía fotografías a los fallecidos sin permiso, se entregaban cenizas que no correspondían con las de su familiar, robaban los dientes de oro del óbito, maquillaban la contabilidad… Prácticas delictivas cuya única finalidad era lucrarse, ganar dinero en un momento terrible para las familias.

Foto: La Policía registra el tanario. (EFE)

Ese instante en que están con la guardia baja, despidiéndose de un ser amado. Cuando uno sólo está para llorar, secarse las lágrimas, y aceptar el pésame de familiares y amigos. La hija de uno de esos fallecidos, desde que ha trascendido el escándalo, lleva rumiando su dolor en solitario. Sin embargo, tras conocer todos los detalles a través de la Plataforma de Afectados de la Funeraria El Salvador ha decidido escribir una carta a 'El Confidencial' en la que se refleja rabia, dolor y pena. Esta es:

El tanatorio de los horrores

"Esta carta va dirigida a todos aquellos que de alguna manera han contribuido a silenciar lo que sucedía en aquel horrible lugar y quizás les remuerda la conciencia toda su vida o quizás no. 23 de junio. Mi padre fallece acompañado y querido junto a toda su familia. Dejó escrito su deseo de ser incinerado y así dispusimos todo para cumplir su voluntad.

Después del funeral nos dirigimos al tanatorio para su cremación y maldigo ese día en el que os entregamos el féretro con los restos de nuestro padre. Su féretro llevaba en su interior la fotografía de un nieto que fue como un hijo para él y quisimos que simbólicamente le acompañase en su nuevo viaje.

Nos despedimos de nuestro padre y su féretro desapareció para pasar al cuarto de los horrores. Le habéis sacado de su caja, elegida por la familia, se la robasteis, le hicisteis fotografías con un cartel en el pecho con sus datos personales. ¿Con que derecho fotografiáis a mi padre muerto? ¡No tenéis alma, no tenéis vergüenza!

placeholder La Policía a las puertas de la funeraria. (EFE)
La Policía a las puertas de la funeraria. (EFE)

Supuestamente le separasteis y robasteis del recuerdo que introdujimos en su féretro. Le dejasteis desvalido del todo y lo peor de todo que su familia estaba ajena a todo esto y solo nos separaba de nuestro padre una puerta.

¡No pudimos ayudarte papa! Qué dolor tan grande tengo.

Supuestamente le sacasteis del tanatorio sin el conocimiento ni autorización de la familia, eso se llama secuestro señores.

Supuestamente nos habéis entregado una urna con las cenizas de nuestro padre, nunca sabremos a quién pertenecen los restos que descansan en el panteón familiar. A él le robasteis todo, a esta hija la habéis robado un padre.

¿Podéis imaginar el vacío y el dolor que habéis causado? Difícilmente ya que no habéis sido capaces de dar un trato digno a los difuntos. Las personas tenemos derechos incluso muertas. Habéis tratado a los difuntos peor que si fueran animales.

Nos habéis entregado una urna con las cenizas de nuestro padre, nunca sabremos a quién pertenecen los restos que descansan en el panteón familiar

No tengo consuelo para este horror, me tortura el pensar el trato indigno que habéis podido dar a nuestro padre, no teníais derecho a tratarlo así. Pido perdón a los lectores por el tono elegido si es que esta carta se llega a publicar.

Hablo con dolor, indignación, rabia e impotencia pero soy una hija que no tengo consuelo.

No perdono a los que han cometido esta atrocidad.

M.S.S.

placeholder Este es el ejemplo de un texto alternativo

Mientras que en la sala contigua los familiares del fallecido lloraban desconsolados, algunos trabajadores de la Funeraria El Salvador de Valladolid sacaban los cadáveres de los féretros. Lo hacían para robar al muerto el ataúd y venderlo una y otra vez. El negocio era sideral. Es una de las múltiples acusaciones que penden contra los dueños y empleados, pero hay más: se hacía fotografías a los fallecidos sin permiso, se entregaban cenizas que no correspondían con las de su familiar, robaban los dientes de oro del óbito, maquillaban la contabilidad… Prácticas delictivas cuya única finalidad era lucrarse, ganar dinero en un momento terrible para las familias.

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