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El 'homeless' que se ha hecho famoso repartiendo magdalenas por Madrid
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El 'homeless' que se ha hecho famoso repartiendo magdalenas por Madrid

Aunque su proyecto actual es 'Homeless Give a Cupcake', centrado en la amabilidad hacia los sin hogar, este británico quiere crear una start-up de viajes y estancias que contrate vagabundos

Foto: Liam Slattery. (J.B.)
Liam Slattery. (J.B.)

La escena se repite día tras día en las calles de Madrid: un señor con la cabeza rapada y un marcadísimo acento británico ofrece una magdalena a un viandante, para que vaya y le dé el dulce a una persona sin hogar que se encuentre cerca. Esa es la rutina de Liam Slattery (Poole, Inglaterra, 1979), un antiguo 'homeless' que ha visto en ese hecho un símbolo de amabilidad y respeto. Con su proyecto 'Homeless Give a Cupcake', con el que quiere "cambiar el mundo", este inglés ya ha cautivado alrededor de 14.000 personas, las que le siguen en Instagram. En esta red social documenta su día a día desde 2017.

Liam ha llegado a vivir durante casi un mes en las calles de Madrid y Barcelona, un hecho que le hizo reflexionar sobre cómo los sin techo estaban integrados en el imaginario colectivo. Aunque actualmente no tiene ni para pagar un café, tiene en mente distintas iniciativas que, además de la amabilidad, aporten nuevas oportunidades a los vagabundos a nivel económico. Está convencido de que en algún momento triunfará y que será en Madrid. “Puedo necesitar meses o años, no lo sé. Pero seguiré haciéndolo hasta que lo consiga”.

“El objetivo es decirles que ayuden a los ‘homeless’, no dando dinero sino dándoles amabilidad. Ahora mismo la percepción de la gente es que son alcohólicos y que no les quieren mirar”, afirma Liam..

placeholder  Slattery. (J.B.)
Slattery. (J.B.)

Liam prefiere hablar en su lengua materna, aunque asegura que a veces emplea el español para comunicarse con los paseantes. Sobrevive de pensión en pensión cada noche y no duerme en la calle desde hace más de año y medio. ¿Cómo se mantiene? El británico reconoce que pide a los transeúntes un donativo para comprar más ‘cupcakes’ y poder pagar su pensión. Para expandir esta labor de concienciación considera fundamental que esta quede recogida en redes sociales, donde quiere convertirse en un auténtico influencer para llamar la atención de más personas y poder ampliar proyecto con una nueva aventura: una start-up de viajes que contrate a las personas en exclusión social, desde vagabundos hasta vendedores ambulantes.

En España, según estimaciones realizadas por el Ministerio de Sanidad en 2015, podría haber entre 30.250-36.300 personas sin hogar. Según los últimos dos recuentos del Ayuntamiento de Madrid (2016 y 2018), el número de personas sin techo contabilizadas en la capital es de 2.809, mientras que en 2016 era de 2.059.

La idea de repartir dulces de modo simbólico comenzó en el verano de 2017, cuando coincidió con un joven alemán que había perdido su vuelo. Ambos se quedaron sin dinero para seguir pagando el hostal, así que el germano se llevó las magdalenas del desayuno y Liam creyó que era una buena idea venderlas para sufragar a su amigo los costes de un autobús. Lo consiguió y pensó en aplicar esa idea en el día a día para ayudar a otras personas vulnerables, pero pronto vio que no era viable, por lo que optó por el formato que hoy aplica.

placeholder  Camiseta que emplea en los tours de 'Feel Good'. (J.B.)
Camiseta que emplea en los tours de 'Feel Good'. (J.B.)

Llegó a Barcelona en 2013 para huir de la vida que llevaba en Reino Unido, marcada por la ansiedad durante la semana y la cocaína y la marihuana los sábados y domingos. Pero la ciudad condal terminó siendo su perdición. No solo no dejó las drogas, sino que cayó en una profunda adicción que le hizo perder su trabajo de comercial y que le echaran de su piso. Terminó en la calle.

Las ideas que hoy esboza comenzaron a concretarse en Marbella, su segundo destino en España. Liam tenía claro los fundamentos de su plan, pero desconocía la mejor forma de llevarlo a cabo. Buscó la asesoría de una adivina, que conoció en la localidad malagueña y que le dijo que se fuera a Madrid. Y a la capital que se fue, con dinero para dos noches. Durante la conversación, el sin techo saca un recorte de periódico con anotaciones, realizadas por un segundo consejero espiritual, que indicó la fortuna que podría llegar a lograr: en torno a 93 millones de libras, una inscripción que guarda en su cartera como si fuera un talismán.

A final de 2017, decidió volver unos meses a su país para trabajar de teleoperador, pero pronto se dio cuenta de que no era lo que quería hacer y regresó a España pese a su experiencia previa.

placeholder Anotaciones del adivino madrileño. (J.B.)
Anotaciones del adivino madrileño. (J.B.)

Con una infancia y juventud marcada por el acoso psicológico, se tensa cuando habla de que llegó a plantearse el suicidio en sus peores momentos. Ahora, sin embargo, dice estar ilusionado, aunque reconoce que está cansado de ir dando magdalenas todos los días y de encontrarse con el rechazo de algunos.

Liam, que ha ejercido de relaciones públicas durante años, comenta que su objetivo es que la sociedad entienda que los sin hogar terminan en esa situación por alguna razón, que no lo hacen porque ellos quieran, aunque luego algunos decidan mantener esa vida. En su caso, la depresión que arrastra por los abusos verbales y por la muerte de su padre cuando tenía 18 años, unida a las drogas, fue determinante. Por eso insiste en buscar métodos para que la gente conozca las historias y reforzar la empatía en el tejido social.

Un 'airbnb' que contrate 'homeless'

Pero, además de esta labor de visibilización, Liam quiere poner en marcha un proyecto que termine convirtiéndose en una red internacional. Se trataría de una plataforma a medio camino entre Airbnb y TripAdvisor que aúne estancias, experiencias y eventos en cada ciudad del mundo y que recoja recomendaciones de la gente local. Su idea es que esta empresa encuentre un encaje a las personas sin hogar en función de su perfil para que puedan ser empleadas de la compañía.

Para ejecutar esa idea, admite, “voy a necesitar mucho dinero, mucha gente y mucho apoyo. Necesitaré trabajar junto a los gobiernos”. "Espero que la gente me ayude. No es un simple negocio, es convertir el mundo en un lugar más social. No puedo hacerlo solo”, incide Liam, que reconoce que no ha buscado activamente apoyo de instituciones ni de ONG. Él afirma que tiene trabajo asegurado en Reino Unido, pero que no vuelve porque no quiere vivir para trabajar sin una motivación moral. “No me gusta el sistema”.

placeholder Slattery. (J.B.)
Slattery. (J.B.)

Por ahora, se ha asociado con Tony, un irlandés que interpretaba a Charlie Chaplin a pie de calle y que ahora ejerce de guía turístico. Liam, con camiseta negra y paraguas estampados con el nombre de la ‘empresa’, se dedica a captar a la gente, mientras que Tony se encarga de realizar los recorridos. Luego se reparten los beneficios para poder pasar una noche más bajo techo. Al ser preguntado por si tienen formación para atender a los turistas contesta que “Tony lleva viviendo en Madrid 18 años”.

La escena se repite día tras día en las calles de Madrid: un señor con la cabeza rapada y un marcadísimo acento británico ofrece una magdalena a un viandante, para que vaya y le dé el dulce a una persona sin hogar que se encuentre cerca. Esa es la rutina de Liam Slattery (Poole, Inglaterra, 1979), un antiguo 'homeless' que ha visto en ese hecho un símbolo de amabilidad y respeto. Con su proyecto 'Homeless Give a Cupcake', con el que quiere "cambiar el mundo", este inglés ya ha cautivado alrededor de 14.000 personas, las que le siguen en Instagram. En esta red social documenta su día a día desde 2017.

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