Iglesias deja a su núcleo duro de guardia en Madrid para volver a contactar con Sánchez

Cuanto más cierra el PSOE la puerta a renegociar un Gobierno de coalición, decantándose ahora por subir la presión a PP y Ciudadanos, más se centra Unidas Podemos en volver a sentarse a la mesa de negociación aduciendo que se trata de la única alternativa viable para evitar nuevas elecciones. Pablo Iglesias ha pedido a su equipo más cercano quedarse de guardia durante el mes de agosto en Madrid ante un eventual reinicio de las negociaciones y, de darse las condiciones, acudir a una hipotética segunda ronda de consultas del Rey. Si bien desde su entorno reconocen que no se ha producido contacto alguno entre el presidente en funciones y el líder de Unidas Podemos, se confía en que se produzcan movimientos durante las próximas semanas. De momento, la ministra María Jesús Montero sí ha avanzado que Pedro Sánchez tiene previsto mantener contactos "discretos" con los líderes de los principales partidos.

Desde Unidas Podemos comienzan a asumir que septiembre será demasiado tarde —el 23 de septiembre se agota el plazo para un segundo intento de investidura—, al no tener garantizado el apoyo de otras formaciones como ERC a un pacto de progreso, debido a un previsible otoño caliente marcado por la Diada y la sentencia a los presos del 'procés'. Lo fían todo a agosto. Así lo trasladaban ya miembros de la dirección del grupo confederal tras la investidura fallida, con el objetivo de llegar a estas fechas con los deberes hechos.

Si Pedro Sánchez no tomase la iniciativa, los morados no descartan realizar algún movimiento durante este mes de agosto. El responsable de las negociaciones de Unidas Podemos, Pablo Echenique, explicaba esta semana a los medios en los pasillos del Congreso que estaban esperando a que "el partido mayoritario haga lo que se supone que tiene que hacer", esto es, concluía, "buscar apoyos y tomar la iniciativa".

Ante la posibilidad de que desde Moncloa no volviesen a descolgar el teléfono, Echenique aseguraba que "estudiaremos la situación", sin descartan así volver a lanzar una oferta, de cara a entablar conversaciones "serias" y hacerlo "pronto". Sin embargo, este miércoles, desde el Ejecutivo insistían en que Sánchez "tomará la iniciativa" y será él quien descuelgue el teléfono. "Y no se para en ningún momento, porque tanto esta semana como la próxima mantendrá agenda, institucional y de partido. No habrá parón", añadían estas mismas fuentes.

Aunque los socialistas sigan exigiendo a partes iguales la abstención de PP y Ciudadanos así como el apoyo de Unidas Podemos, cerrando la puerta a un pacto de coalición, desde el partido liderado por Pablo Iglesias piden "rectificar" esta senda porque "eso no es lo que quiere la mayoría" de votantes de ambas formaciones. El acuerdo de coalición en Aragón entre PSOE, Podemos, PAR y CHA se volvía a poner como ejemplo este miércoles tras la investidura de Javier Lambán, junto al resto de pactos autonómicos en la Comunidad Valenciana, Baleares, Navarra y Canarias.

"Las Cortes de Aragón son un ejemplo de pluralidad política y este acuerdo una muestra de lo que espera la ciudadanía de los diferentes partidos políticos cuando no hay mayoría absoluta: la capacidad de sentarse y ponerse a trabajar para que la gente tenga una vida mejor", explicaba Echenique. Eso sí, añadía que para ello no se habían puesto "vetos encima de la mesa, de manera que todas las fuerzas políticas tengan un papel relevante en la gobernabilidad".

Al mismo tiempo, crecen las voces dentro del grupo confederal de Unidas Podemos que reclaman seguir la vía portuguesa si el PSOE se sigue cerrando a un acuerdo de coalición para evitar una repetición electoral. Esto es, apoyar desde fuera una investidura de Pedro Sánchez con base en un acuerdo programático de legislatura. Concretamente, la comisión colegiada de Izquierda Unida reclamaba a sus socios aceptar un pacto programático, "aun en el supuesto de que no existiera acuerdo para constituir un Gobierno de coalición con el PSOE, con el fin de evitar una nueva repetición electoral". Otras fuerzas aliadas dentro del grupo confederal han reclamado "autocrítica" y repensar la hoja de ruta.

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Este lunes, era el portavoz de los 'comuns', Joan Mena, quien reconocía que la investidura fallida suponía "un fracaso colectivo del conjunto de las izquierdas", y mandaba un mensaje velado a la dirección de Podemos: "No podemos agotar la paciencia de la ciudadanía, tenemos la responsabilidad de ponernos de acuerdo". Sobre la vía portuguesa, Sánchez también explicaba en una carta dirigida a la militancia que tenía previsto reunirse con sindicatos y colectivos sociales para empujar a Unidas Podemos hacia la vía portuguesa. Lo mismo que hizo Pablo Iglesias durante el mes de junio, pero a la inversa.

Entonces, el líder de CCOO, Unai Sordo, demandó la formación de un "Gobierno estable", afirmando asimismo que "no se puede demonizar la hipótesis de un Gobierno de coalición". El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, pidió por su parte celeridad para que echase a andar un Ejecutivo progresista, sosteniendo además que "para la UGT el papel de Unidas Podemos es crucial". Asimismo, desde Juezas y Jueces para la Democracia se posicionaron a favor de "un Gobierno con amplio apoyo social", esto es, un Ejecutivo "de conformación plural" como el que reflejaría "el resultado electoral".