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La novia del descuartizador de Valdemoro: "Yo no debería estar en prisión"
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"Sin mi ayuda, no se habría descubierto esto"

La novia del descuartizador de Valdemoro: "Yo no debería estar en prisión"

Es su primera vez en la cárcel, pero no tiene problemas para relacionarse con el resto de internas y le da su versión a quien quiera oírla."No he hecho nada", repite

Foto: El supuesto descuartizador
El supuesto descuartizador

Celia, la novia del descuartizador de Valdemoro, no termina de acostumbrarse a su vida en la cárcel. La española, de 26 años, se queja de forma insistente: "Yo no debería estar en prisión. No he hecho nada. ¿Estamos locos? Fui a denunciar que Leonardo había asesinado a una joven, y van y me meten en una celda. ¡Que fui yo quien se chivó de todo! ¡Que no he dejado de colaborar con las autoridades! Sin mi ayuda quizá no habrían descubierto el asesinato". Un pensamiento, por otro lado, nada descabellado.

Es su primera vez en la cárcel, pero no tiene problemas para relacionarse con el resto de internas y le da su versión a quien quiera oírla. Su caso es famoso, ha salido en televisión, y muchas quieren saber, entre otras cosas porque en prisión la prisa es un concepto desdibujado y sin definición: "El día antes del crimen fui con mi madre al puesto de la Guardia Civil, no para comprar pipas", dice irónica. "Acudí a denunciar a Leonardo. Yo tenía miedo. Mucho. Tanto que les dije que me iba a matar". Una sospecha que, a la luz de lo que luego sucedió, tampoco parece descabellada ni infundada. La novia del descuartizador explica una y otra vez lo mismo: "Si tenía pánico a que me estrangulara o apuñalara es porque, sin que él lo supiera me había reunido con Belén, una antigua novia suya que le había acusado de violencia de género, tenía una orden de alejamiento vigente y un juicio próximo. Ella y yo intercambiamos información, hablamos y yo le conté cosas de Leonardo malas, como que me había violado una vez. Él lo hubiese considerado una traición. Por eso me asusté cuando Belén me confesó que en el juicio iba a utilizar el contenido de mis mensajes, de las cosas que le había contado a sus espaldas. Le supliqué que no lo hiciera, porque si Leonardo se enteraba, me mataba, pero ella pensaba en lo suyo".

Del carácter violento de Leonardo nadie duda. De hecho, el calendario judicial del carnicero tatuador tiene un par de fechas reservadas los próximos meses. Una para la violencia de género; otra, un procedimiento en el que el fiscal solicita para él cuatro años de cárcel por acuchillar a un individuo durante una pelea. Su contrario le mordió la cara y le arrancó un pedazo de piel.

A sus compañeras de la prisión de Alcalá Meco, Celia les cuenta también que Leonardo no era buena gente, que consumía drogas, cocaína, que había convertido el chalé de Valdemoro en un punto de venta de drogas. Es cierto que cuando le preguntan por qué si era tan malo habían sido novios, la joven se queda sin palabras. Balbucea y no sabe muy bien qué contestar, quizá porque padece un trastorno límite de la personalidad, diagnosticado y tratado, pero que hace que su comportamiento no se rija por los estándares habituales de comportamiento.

Foto: El supuesto descuartizador, detenido este viernes.

Ella no se escuda en su enfermedad para justificar el noviazgo ni su errático comportamiento después de enterarse del crimen, porque también le preguntan por eso. Nadie entiende por qué no salió corriendo cuando le confesó que había matado a una joven y que la estaba descuartizando. Ella responde segura: "Cuando me lo contó no me lo creí, pensé que me estaba poniendo a prueba. Además deslizó comentarios como 'podrías ser la próxima'. Me debatía entre el miedo y la incredulidad". Pero es que Celia además les desvela un dato hasta ahora desconocido que de alguna manera respalda su versión: "Cuando llegamos al chalé y él se bajó al sótano donde decía que tenía el cadáver, es cierto que yo vi sangre y trozos de carne" pero no me lo podía creer. De verdad. Estando allí, incluso llamé a mi mejor amigo, Miguel Ángel, y le conté todo. Él me respondió: 'Tiene que tratarse de una broma de Halloween. Tiene que estar tomándote el pelo, pero si quieres voy a buscarte ahora mismo'. Le dije que no, que ni se le ocurriese. Que si aparecía por allí y era una prueba de confianza, me mataba". Lo cierto es que Miguel Ángel corroboró ante Su Señoría esta versión. "Hasta que descubrí una parte reconocible de la chica. Fue horroroso darse cuenta. Le hice una foto para demostrarlo y me fui corriendo", explica a sus compañeras.

A pesar de que se mantiene el secreto de sumario, Carlos López Campillo, el abogado de Celia, lo tiene claro y confirma a El Confidencial lo siguiente: "Sí, es verdad que a principios de esta semana presenté un escrito solicitando su inmediata puesta en libertad. Me resulta incomprensible que sin haber participado en el crimen y habiendo colaborado con la justicia en el esclarecimiento de un brutal asesinato esté metida en una celda. No me cabe en la cabeza. Es todo lo que le puedo decir", anuncia antes de colgar el teléfono.

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Celia, la novia del descuartizador de Valdemoro, no termina de acostumbrarse a su vida en la cárcel. La española, de 26 años, se queja de forma insistente: "Yo no debería estar en prisión. No he hecho nada. ¿Estamos locos? Fui a denunciar que Leonardo había asesinado a una joven, y van y me meten en una celda. ¡Que fui yo quien se chivó de todo! ¡Que no he dejado de colaborar con las autoridades! Sin mi ayuda quizá no habrían descubierto el asesinato". Un pensamiento, por otro lado, nada descabellado.

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