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Podemos aparca su tendencia republicana antes de entrar en el Gobierno
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EL CAMBIO DE MODELO YA NO ES PRIORITARIO

Podemos aparca su tendencia republicana antes de entrar en el Gobierno

Los equilibrios se mantienen y pese a que Iglesias ha trasladado a los suyos que se ponga el foco en otras prioridades, desde el partido se trasladarán mensajes menos amables con Felipe VI

Foto: Felipe VI recibe en audiencia al líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias (i), en el marco de la ronda de consultas para la investidura. (EFE)
Felipe VI recibe en audiencia al líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias (i), en el marco de la ronda de consultas para la investidura. (EFE)

"La monarquía no está en crisis, y esto lo dice un republicano". La afirmación de Pablo Iglesias hace escasos días en el Congreso sorprendía a propios y extraños, asumiendo un giro gobernista y posibilista coincidiendo con la entrada de la formación morada en el Gobierno, de salir adelante la investidura. O en palabras del propio Iglesias dirigidas a sus bases advirtiendo sobre las carencias de encontrarse en minoría en el Consejo de Ministros: "Nos encontraremos muchos límites y contradicciones, y en el que tendremos que ceder en muchas cosas". La república ya no parece ser una prioridad para los morados, y por si quedasen dudas, el líder de Unidas Podemos elogiaba en la misma intervención el discurso de la infanta Leonor durante la entrega de los premios Princesa de Girona porque " sentó bien en Cataluña, aunque no todos lo reconozcan, escuchar a Leonor, que aspira a ser jefa del Estado, hablando en perfecto catalán".

Cuando se vislumbra el primer Gobierno de coalición progresista desde la II República, la paradoja es que no tendrá ni mucho menos entre sus prioridades superar el actual sistema político de monarquía parlamentaria. La relación del secretario general de Podemos con los reyes ha sido siempre mordaz, desde que evitó plantar a Felipe VI en el Parlamento Europeo como sí hicieron otros miembros de su grupo, y en su lugar acudió a saludarlo pero saltándose el protocolo para regalarle tanto al monarca como a los medios de comunicación los DVD de la serie 'Juego de tronos'. Desde entonces se han modulado los ataques políticos con los elogios personales en un difícil equilibrio político.

Foto: El rey Felipe VI dirige a los españoles el tradicional mensaje de Navidad, el sexto de su reinado, desde el Palacio de La Zarzuela. (EFE) Opinión

En un libro sobre ‘Crisis constitucional e impulso constituyente' publicado por el think tank del partido, Iglesias confesaba que el Rey emérito "es probablemente una de las condiciones de posibilidad de la Transición tal y como esta se hizo", y llega a concluir que, "con independencia de que gustara o no, existía en España una monarquía con un papel político incuestionable". Las buenas palabras continúan al asegurar que el Rey emérito "es probablemente una de las condiciones de posibilidad de la Transición tal y como esta se hizo", y llega a concluir que, "con independencia de que gustara o no, existía en España una monarquía con un papel político incuestionable".

A Felipe VI lo elogiaba por ser "un hombre culto, muy preparado políticamente, con el que es agradable conversar" y anteponía su primer discurso de Nochebuena, primer discurso de Nochebuena, pues "los discursos posteriores fueron mucho más conservadores y provocaron el rechazo de cada vez más formaciones". Sí critica abiertamente el discurso del 3 de octubre tras al referéndum ilegalizado en Cataluña aunque posteriormente le reconoció "aciertos" y celebró un supuesto "cambio de tono respecto a la cuestión territorial". Ya en el resumen político del pasado año que realizó en su programa de debate, Iglesias rebajaba el tono para asegurar que "quien le dijo a Felipe VI que el 3-O podría convertirse en su 23-F, le dio el peor consejo que le podía dar" porque "en ese momento el Jefe de Estado se hace Rey solo de una mitad del país".

Foto: El rey Felipe VI dirige a los españoles el tradicional mensaje de Navidad, el sexto de su reinado, desde el Palacio de La Zarzuela. (EFE)

Antes de ese supuesto cambio de tono, la formación había centrado esfuerzos en poner en cuestión el actual modelo de Estado. Primero, exigiendo abrir una comisión de investigación en el Congreso sobre las "irregularidades económicas" del rey Juan Carlos, basadas principalmente en los audios del denominado caso Corinna, y segundo, apoyando reprobaciones a la monarquía presentadas por IU en diferentes ayuntamientos o una Proposición de Ley para eliminar del Código Penal los delitos relativos a las injurias a la Corona.

Las tensiones y los equilibrios se mantienen, y pese a que un autodenominado republicano ha trasladado a los suyos que se ponga el foco en otras prioridades porque "la monarquía no está en crisis", desde el partido se trasladarán mensajes más matizados y menos amables. La idea es establecer contrapesos entre partido y Gobierno y para eso se busca adaptar los diferentes ritmos, manteniendo posiciones más rupturistas y pegadas a la calle desde la organización y otras más gobernistas y posibilistas con la correlación de fuerzas de los morados en el Consejo de Ministros.

Este giro coincide también con el explícito abrazo a la Constitución del 78 que Iglesias ha querido trasladar públicamente tras firmar el preacuerdo de Gobierno con Pedro Sánchez. Lo hizo en su primer acto público tras el acuerdo, donde aseguró que "la Constitución del 78, con todos sus defectos, contiene artículos que son la mejor vacuna para defender a las mayorías sociales del auge de la extrema derecha". Iglesias reconocía que a su formación, que nació precisamente impugnando el denominado 'régimen del 78' y proponiendo un proceso constituyente, le hubiese costado asumir estas posiciones hasta no hace mucho. "Ahora, sin embargo, tenemos la sensación de que cuando hay un reforzamiento de las fuerzas reaccionarias" no sería el momento del rupturismo sino del posibilismo. En su segunda intervención pública volvió sobre esta idea para ratificar que "esta próxima legislatura tiene que ser de reivindicación de los artículos sociales de la Constitución".

"La monarquía no está en crisis, y esto lo dice un republicano". La afirmación de Pablo Iglesias hace escasos días en el Congreso sorprendía a propios y extraños, asumiendo un giro gobernista y posibilista coincidiendo con la entrada de la formación morada en el Gobierno, de salir adelante la investidura. O en palabras del propio Iglesias dirigidas a sus bases advirtiendo sobre las carencias de encontrarse en minoría en el Consejo de Ministros: "Nos encontraremos muchos límites y contradicciones, y en el que tendremos que ceder en muchas cosas". La república ya no parece ser una prioridad para los morados, y por si quedasen dudas, el líder de Unidas Podemos elogiaba en la misma intervención el discurso de la infanta Leonor durante la entrega de los premios Princesa de Girona porque " sentó bien en Cataluña, aunque no todos lo reconozcan, escuchar a Leonor, que aspira a ser jefa del Estado, hablando en perfecto catalán".

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