España es más tolerante de lo que crees y tiene poco que envidiar a Suecia
Los españoles superan el promedio europeo en aceptación de los inmigrantes, la homosexualidad, la cohabitación o el divorcio
En cuestones como la aceptación de la diversidad familiar o la integración de ciudadanos extranjeros, España puede mirarse cara a cara con cualquier otro país avanzado del mundo. La cuarta nación que legalizó el matrimonio homosexual —julio de 2005, con Zapatero en Moncloa— es, de hecho, más tolerante con el divorcio o los hijos extramatrimoniales que Suecia, Estados Unidos o Alemania.
Así se desprende del último número de la revista 'Panorama Social', publicación editada por el 'think tank' de investigación económica y social Funcas, que recopila artículos de varios expertos sobre educación, sanidad o inmigración.
Los españoles valoramos la llegada de extranjeros en función del contexto y la cobertura mediática del momento. Señalar a los extranjeros como uno de los problemas del país es un hecho muy sensible a los cambios en la agenda informativa, según expone el texto de la socióloga Berta Álvarez-Miranda, que ha analizado la evolución de las respuestas recogidas por el barómetro del CIS.
"Los momentos de mayores menciones a la inmigración están relacionados con las movilizaciones contra la reforma de la ley en 2001 (29,5%) y con la crisis de los cayucos en 2006 (59%), con el máximo de la serie histórica, superando al desempleo", explica a El Confidencial. "De hecho, la visibilidad y el tratamiento de estos asuntos suelen importar más que la propia experiencia vital de cada uno", añade. Por el contrario, esta cuestión se ve relegada a porcentajes bastante menores durante la crisis que arrancó en 2008, cuando a los españoles (y a los periódicos, radios y televisiones) les preocupaba, principalmente, el paro.
También se desprende de su estudio una cierta brecha generacional sobre este asunto: llama la atención que los más jóvenes, entre 18 y 25 años, apenas incluyen la llegada de migrantes en los tres primeros problemas del país: solo un 6,5% la menciona. Por el contrario, preocupa más a las personas de edades intermedias, hasta a un 10% de entre quienes tienen entre 36 y 55 años.
Esto se debe, explica Álvarez-Miranda, a que "los de menor edad han convivido desde la infancia con inmigrantes; han ido al colegio con sus hijos, por ejemplo, por lo que sienten menos extrañeza". También influye el nivel educativo: las generaciones más jóvenes, y también las más preparadas, sienten un menor rechazo hacia el extranjero. En conjunto, España está por encima de la media europea en lo que a aceptación de los inmigrantes se refiere. "Ni siquiera durante la crisis que arrancó en 2008, y que azotó a España de forma contundente, consideramos a los inmigrantes como parte del problema más que promedio del continente", añade la socióloga.
En 2012, los Estados que más aceptaban el divorcio eran España (83%), Alemania (71%) y Chile (63%). La cohabitación (parejas que viven juntos sin casarse) era tolerada en nuestro país por un porcentaje de ciudadanos mayor que los que se mostraban favorables a ella en Suecia: 86% vs. 84%, según expone el artículo firmado por Luis Ayuso para 'Panorama Social'.
Sucedía lo mismo con los hijos extramatrimoniales, lo que nos colocaba a un nivel similar al de Suecia: solo un 31% de la población española frente al 27% de la sueca se mostraba en contra de este modelo familiar en 2012.
En cuestones como la aceptación de la diversidad familiar o la integración de ciudadanos extranjeros, España puede mirarse cara a cara con cualquier otro país avanzado del mundo. La cuarta nación que legalizó el matrimonio homosexual —julio de 2005, con Zapatero en Moncloa— es, de hecho, más tolerante con el divorcio o los hijos extramatrimoniales que Suecia, Estados Unidos o Alemania.