Podemos busca extender los tripartitos a Euskadi y Galicia para afianzar la legislatura

De los gobiernos monocolor a una cultura de la coalición bajo la cual las izquierdas y los nacionalismos e independentistas parecen prestarse a convivir, con Unidas Podemos haciendo de bisagra entre ambos polos. A volver a entenderse una década después, explorando una segunda oportunidad tras las experiencias, con resultados dispares y algunos recuerdos infaustos, del bipartito gallego entre PSOE y BNG (2005-2009), del tripartit entre PSC, ERC e ICV (2003-2010) y del Gobierno de coalición de Ibarretxe entre PNV, EA e Izquierda Unida-Ezker Batua (2001-2009). Coaliciones amplias que vuelven a la primera línea política como efecto del Ejecutivo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos y porque hay mimbres para estos pactos postelectorales en Galicia y Euskadi, donde se celebrarán elecciones en septiembre, pero también en Cataluña, donde previsiblemente habrá comicios en las mismas fechas.

Un 'superotoño' electoral en tres territorios donde podría descansar la estabilidad de la legislatura a través de pactos cruzados que den forma el denominado "bloque de la investidura". Estabilidad de ida y vuelta, tanto en los ejecutivos autonómicos como en el estatal. Si Cataluña es el principal nudo gordiano de la política española, y la vuelta al eje izquierda-derecha afianzaría las posibilidades de reeditar un bipartito entre republicanos y comunes con el apoyo externo de los socialistas para intercambiar soportes con el Gobierno de coalición, el PNV también tiene un rol determinante para facilitar a Pedro Sánchez llegar al final de la legislatura.

A ERC y PNV se sumaría también el BNG en caso de que alcanzase con los socialistas gallegos y Unidas Podemos los números para desbancar a Alberto Núñez Feijóo de la Xunta de Galicia. Y es que uno de los principales puntos de encuentro entre las izquierdas españolas y los nacionalistas e independentistas de diferentes territorios es situarse como dique de contención frente a las derechas, como ocurrió en la investidura de Sánchez. Esta fórmula de interdependencia de los ejecutivos autonómicos y estatal sumaría 175 escaños en el Congreso, que en principio irían acompañados de los tres de Más País y Compromís hasta alcanzar la mayoría holgada de 178. Los posconvergentes quedarían fuera de juego, también del tablero de la gobernabilidad en Cataluña, si finalmente se produce este escenario.

A ERC y PNV se sumaría también el BNG en caso de que alcanzase con los socialistas gallegos y Podemos los números para desbancar a Feijóo

Los 'comuns' llevan casi desde sus inicios alentando la necesidad de romper los bloques en Cataluña, se acercaron a conseguirlo en el Ayuntamiento de Barcelona y ahora el choque entre los socios del Govern ha servido en bandeja este escenario. El procesismo ha tocado a su fin y, precisamente, la legislatura catalana ha puesto en marcha su cuenta atrás con el objetivo de convocar elecciones tras aprobar unos presupuestos que, precisamente, han pactado los 'comuns' con los republicanos. La actual fórmula del Govern entre JxCat y ERC parece imposible de reeditar e incluso supondría para los republicanos una derrota política. Las tesis que han defendido Joan Tardà desde ERC y Xavier Domènech desde Catalunya en Comú se imponen.

Esta insistencia de los 'comuns' coincide con el papel de bisagra que ya ha empezado a jugar Unidas Podemos en Euskadi. La formación que lidera en este territorio Lander Martínez sorprendía antes de Navidad pactando con el PNV los Presupuestos vascos para 2020, después de que el PP se negase a volver a apoyarlos y como consecuencia se comenzase a asumir desde la Lehendakaritza un adelanto electoral a primavera, medio año antes del fin de la legislatura. Unos planes que cambiaron por el giro repentino de los morados pero que respondía a una meditada estrategia estatal. Esta misma semana, el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, volvía a rechazar que el lehendakari contemple a día de hoy anticipar la fecha de los comicios.

Desde la izquierda abertzale ya han agitado la posibilidad de que este entendimiento entre Podemos y el Gobierno de PNV y PSE-EE se extienda tras las elecciones vascas, en forma de tripartito. No en vano, estos movimientos de Podemos Euskadi fueron seguidos de cerca desde Madrid, mientras la dirección insistía en la necesidad de fortalecer el bloque de la moción de censura.

"El bloque de la moción de censura está llamado a asumir la responsabilidad de la dirección del Estado", aseguraba Pablo Iglesias unos días antes desde el Congreso. Desde el grupo confederal, Jaume Asens se sinceraba yendo un paso más allá: "España no puede avanzar si no resuelve el conflicto territorial y eso, traducido en términos presupuestarios, quiere decir que los tres presupuestos, sobre todo los de la Generalitat y los del Gobierno de España, están interrelacionados". Esta misma semana Asens, hombre puente con ERC, era nombrado presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos en sustitución de Pablo Iglesias.

Los 'comuns' siguen ganando así peso dentro del grupo confederal de Unidas Podemos y, por tanto, la apuesta por el diálogo con las formaciones independentistas para encauzar una legislatura estable y duradera. De hecho, Asens ya fue elegido cabeza de lista de los 'comuns' para las generales con el mandato de "trabajar para construir puentes de diálogo y alianzas con el resto de la izquierda y las fuerzas del cambio del Estado".