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En primera persona: "Estamos trabajando 16 horas al día y en la televisión nos insultan"
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LOS FUNERARIOS LAMENTAN SU MALA FAMA

En primera persona: "Estamos trabajando 16 horas al día y en la televisión nos insultan"

La difícil situación de los servicios funerarios: apenas pueden dar abasto estos días mientras se les acusa de inflar precios y aprovecharse de la situación

Foto: Joaquín Blanco, funerario, en su casa.
Joaquín Blanco, funerario, en su casa.

Me llamo Joaquín Blanco, tengo 50 años y hace 30 que trabajo en el sector funerario, los últimos 22 en la misma empresa, D&B Complutense, en Alcalá de Henares. Ayer, en el programa de Risto Mejide, en Telecinco, se insultó a todo mi sector. De nosotros se dijo que éramos unos sinvergüenzas, unos buitres o que subíamos los precios aprovechando la situación de crisis en la que vivimos. Me veo en la necesidad de contestar a Telecinco y a Mejide, para qué entiendan no solo cómo funciona el sector funerario, sino cómo estamos viviendo estos días, que les adelanto no están siendo fáciles.

El reportaje se sustenta en llamadas telefónicas que hace el programa a dos funerarias preguntando por las tarifas. Risto sabe bien lo que hace, y llama a Mémora en Barcelona que, efectivamente, es conocido por todo el sector que son unos sinvergüenzas. Esto no es una novedad, había salido ya en los medios de comunicación, no es un descubrimiento del programa. Además, que en este sector nos conocemos, y me consta de que el equipo de Mejide hizo bastantes más llamadas a otras funerarias que finalmente no salen en el reportaje. ¿Por qué? ¿Porque en la mayor parte de los casos te trataron con profesionalidad y eso no da audiencia? Vende más sacar el caso negativo y generar alarma en torno a un sector que se está dejando la piel y se la está jugando estos días para recoger a nuestros fallecidos. Lo que hace Risto Mejide es aprovechar a los muertos para conseguir espectadores.

El 70% del gasto funerario va para el ayuntamiento, aunque esté en una misma factura

También nos acusa Telecinco de cobrar 5.000 euros a las familias por enterrar a su fallecido. Esto puede ser así, o incluso más caro, depende. Hay cajas (ataúdes) desde 1.200 euros hasta más de 13.000. Si quieres, encuentras una funeraria que te cobre 20.000 euros, pero eso no significa que sean todas las del sector. En las funerarias hay una competencia atroz y los precios varían mucho entre cada una. Unas solo trabajan con cajas baratas y otras, como las del norte de Madrid, ni siquiera las incluyen en sus catálogos porque desmerecen. Otras tiran los precios y unas pocas, como la mía, solo hacemos grandes rebajas a familias sin recursos económicos. Si tú no tienes dinero para entrerrar a un familiar, yo lo hago por 1.800 euros.

Hay que tener en cuenta, y cualquiera que haya tenido un fallecimiento en la familia lo sabe, que no serán 1.800 euros de precio final, sino más de 4.000 euros. Esto es así porque el 70% de los gastos de una muerte son para el ayuntamiento. La mayor parte de las funerarias lo incorporamos en nuestra factura y se lo ingresamos al ayuntamiento después... por ayudar. Para que las familias no tengan que meterse en más papeleos de los necesarios en ese momento. Un fallecido implica 13 folios de expediente que rellenar. Ayer, seis personas de la funeraria y yo estuvimos haciendo papeleo hasta las 4:20 de la mañana. Pero este no es un servicio obigatorio, de modo que, si no se comprende, nos obligarán a hacer lo mímino, que es poner el ataúd y trasladar el cuerpo. Cobramos lo nuestro y, lo demás, que lo gestionen con el ayuntamiento.

En cualquier caso, por las tarifas de las funerarias no ha de preocuparse nadie: tenemos la obligación de publicarlas en los ayuntamientos de las ciudades en las que operamos. De ahí no se mueve nadie y, el que lo haga, es un sinvergüenza.

Cadáveres en camiones de congelados

Y motivos tenemos para subir precios: la mayoría de las funerarias han tenido que duplicar su plantilla en las últimas semanas. En los últimos días, en mi funeraria, hemos tenido que incorporar a 8 trabajadores. Tenemos 4 contagiados y ha habido que mandar a casa a otros tantos, porque tenían condiciones de riesgo como asma o problemas cardiovasculares. Todavía tenemos que darnos con un canto en los dientes, porque la funeraria que tenemos al lado, propiedad de Funespaña, ha tenido que cerrar porque estaban todos contagiados.

Esto es así porque hasta hace poco hemos trabajado completamente desprotegidos. En las funerarias siempre hay un retén de mascarillas, guantes y EPI, porque a veces hay fallecidos infecciosos. Pasa de cuando en cuando, pero pasa. Cuando se decretó el estado de alarma, se presentaron unas personas del ministerio de Sanidad y nos incautaron todo el material. No nos dejaron nada para hacer nuestro trabajo. Por fin, y a través de la Comunidad de Madrid, hace unos días logramos que nos desbloquearan lo mínimo para no caer todos infectados, porque este trabajo tiene que hacerlo alguien.

placeholder Cadáveres siendo transportados en cadáveres de congelados
Cadáveres siendo transportados en cadáveres de congelados

La gente no puede hacerse a la idea de lo que estamos viendo y sufriendo los funerarios estos días. Hay tantos fallecimientos que se dejan cuerpos debajo de las camillas, en el suelo, en las morgues de los hospitales. Hay que apartar cadáveres para acceder a los del fondo. Y no están aislados: hace días que se acabaron los sacos estancos, los que utilizamos los funerarios para cubrir los cuerpos, y ahora se usan dos sudarios, uno por encima y otro debajo del cadáver. El descontrol es tal que hace unos minutos me ha llamado una enfermera del hospital para decirme que uno de los fallecidos ha empezado a sangrar por la cabeza y se ha hecho un charco en la morgue. No sabe qué hacer. Yo tampoco, esto nunca sucedía con las bolsas estanco.

Mi funeraria suele registrar entre 6 y 8 fallecidos a la semana; ayer retiramos 78 cadáveres del hospital Príncipe Felipe de Alcalá de Henares. En dos semanas, más de 400. Nos falta material y nos faltan horas del día para hacer frente a esta situación. Estamos trabajando 16 horas diarias. Hay conductores que se han pasado tres días sin dormir nada. Se están empleando camiones de congelados para trasladar ataúdes y se están usando las salas de tanatorio como frigoríficos gigantes. Los funerarios tenemos que tratar con las familias, que no comprenden por qué no pueden ver a su familiar, y pedirles perdón porque los cuerpos lleguen una media de dos horas tarde a sus velatorios. Esa es la situación con la que nos encontramos cada día.

Nos la jugamos tanto como los sanitarios, pero no hay una palabra de ánimo para nosotros

A los funerarios nadie nos ayuda. Los hospitales solo quieren de nosotros que les liberemos de cadáveres la zona de velatorio y, para que no vean la que hay allí montada, mandan a los familiares a su casa sin bajar a la morgue, que es donde los funerarios nos ponemos en contacto con ellos. Perdemos mucho tiempo buscando a familiares y sus teléfonos en gruesas listas de fallecidos. Y algo parecido sucede con la UME (Unión Militar de Urgencias), que se activó la semana pasada por la acumulación de cuerpos, y se los lleva al Palacio de Justicia sin avisar a nadie.

Estamos desbordados y nadie se preocupa por echarnos una mano. Los funerarios somos los últimos del escalafón. Me encanta que se anime a los sanitarios, porque trabajo junto a ellos todos los días y se lo merecen todo, pero nosotros también nos la estamos jugando, quizá más que nadie, día tras día. Y no pido aplausos para nosotros, tan solo que no se nos dediquen este tipo de reportajes en televisión en un momento tan difícil. No se puede generalizar con todo el sector porque somos diferentes. Yo, Risto Mejide, que me criticas desde tu sillón, no te he cobrado nada de más en la vida, y nunca lo voy a hacer. Ahora, ¿podrías preguntarle a tus jefes, a Mediaset, por qué no me devuelven los 35 euros que les pago mensualmente por ver un deporte que no están emitiendo?

Me llamo Joaquín Blanco, tengo 50 años y hace 30 que trabajo en el sector funerario, los últimos 22 en la misma empresa, D&B Complutense, en Alcalá de Henares. Ayer, en el programa de Risto Mejide, en Telecinco, se insultó a todo mi sector. De nosotros se dijo que éramos unos sinvergüenzas, unos buitres o que subíamos los precios aprovechando la situación de crisis en la que vivimos. Me veo en la necesidad de contestar a Telecinco y a Mejide, para qué entiendan no solo cómo funciona el sector funerario, sino cómo estamos viviendo estos días, que les adelanto no están siendo fáciles.

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