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Arrimadas renovará su cúpula para diseñar una nueva relación beligerante con el PP
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EL FUTURO DE CIUDADANOS

Arrimadas renovará su cúpula para diseñar una nueva relación beligerante con el PP

El cónclave arranca con dos cuestiones nucleares: los cambios en la cúpula naranja y afrontar su relación de socios con un PP que ya ha empezado la opa hostil

Foto: La líder de Cs, Inés Arrimadas, y el portavoz adjunto, Edmundo Bal. (EFE)
La líder de Cs, Inés Arrimadas, y el portavoz adjunto, Edmundo Bal. (EFE)
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El comité ejecutivo que Inés Arrimadas preside este lunes a partir de las 11:30 horas será decisivo para Ciudadanos. La presidenta, que arrastra los días más difíciles de su andadura política, persigue la supervivencia del proyecto, consciente al mismo tiempo de que el camino por el que hoy opte podría conducirlo a la extinción definitiva. Sobre la mesa, dos asuntos nucleares. El primero, diseñar una nueva relación con un PP en guerra, con el que aún comparten gobiernos autonómicos y en el que no volverán a confiar "jamás", según distintos dirigentes. El otro, los cambios que Arrimadas ultima para dar un golpe de efecto en su cúpula y calmar las críticas de pesos pesados a los que ahora hay que cuidar más que nunca. La presidenta ha ido hablando con muchos de ellos a lo largo del fin de semana.

La postura del primer círculo de la presidenta está clara a horas de que comience el cónclave: "Estaremos hasta el final. Saldremos con los pies por delante". Dicho de otra manera: el núcleo duro no contempla en ningún caso acabar en el PP y están decididos a jugárselo todo en una batalla que, claramente, para bien o para mal, será la última. También desechan la idea de que la presidenta pueda dimitir, algo que el viernes casi nadie se atrevía a descartar. Otra cosa es el ritmo que vaya tomando la reunión. "El PP nos está uniendo más que nunca", reiteran algunos cargos del partido a escasas horas de que empiece la ejecutiva.

Este fin de semana han pasado muchas cosas. La reciente incorporación de Fran Hervías, exsecretario de Organización y hombre fuerte de Albert Rivera, a las filas populares ha dado un nuevo giro de guion, incluso uniendo a dirigentes enfrentados que ahora comparten su indignación. Lo que también esperan miembros de los gobiernos de coalición es que el núcleo duro naranja no se escude en la marcha de Hervías para evitar acometer cambios que la formación "necesita ya para sobrevivir". Se da por descontado que Arrimadas ampliará la ejecutiva permanente con voces de los territorios, pero las dimisiones y los ceses siguen en el aire.

Foto: La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas. (EFE)

Las miradas siguen centradas, como ya publicó este diario, en los encargados de la estrategia: el vicesecretario general, Carlos Cuadrado, y su número dos, José María Espejo. Desde hace un mes muchos dirigentes exigían su dimisión. Algunos lo siguen haciendo, y otros consideran que no es momento de mostrar debilidad y que habría un camino intermedio: relegarlos a otras funciones y ampliar el núcleo duro con nuevas caras territoriales que se ocupen también de la estrategia. Sobre todo, porque Ciudadanos seguirá defendiendo sus motivos para la moción de censura en Murcia y reconocen que un cese fulminante no ayudaría a un relato que ya es de por sí bastante complicado.

Portavocía y Comunicación, clave

También prevén cambios estéticos e igualmente necesarios como una nueva portavocía, para la que sigue ganando puntos Edmundo Bal, que en la práctica ejerce como tal, aunque ya lo es en el Congreso como adjunto a Arrimadas. Gana enteros el portavoz en las Cortes de Aragón, Daniel Pérez, para el mismo puesto. Algunos dirigentes pensaban también en Toni Cantó, pero sus profundas críticas a Arrimadas complicaron rápidamente ese movimiento. Sigue siendo una incógnita si, finalmente, el valenciano exigirá un cambio total o incluso el impulso de un congreso. Más allá de la portavocía, otra de las grandes críticas en estos meses a la nueva dirección fue descabezar la comunicación de una secretaría política, que trabajaría en esta misma línea. Pero, en todo caso, personas como Begoña Villacís, Juan Marín o el propio Cantó suenan para integrarse en la permanente con toda seguridad.

Es cierto que Arrimadas afronta la cita con un poco de oxígeno tras lo sucedido este fin de semana: "El tiempo nos da la razón. El PP tiene un plan para dinamitar nuestro partido y van a seguir ofreciendo y comprando cargos", afirman. En realidad, la marcha Hervías es un alivio que Arrimadas buscaba desde hace año y medio. Consideran que se ha valido de sus contactos por toda España para ir "asfixiando poco a poco" al partido, a la par que tejía "una red de posibles desertores" para marcharse con los populares. Por eso, el temor real no es su partida, sino lo que podría arrastrar consigo. Lo avanzó él mismo en una entrevista en el diario 'El Mundo': "Mucha gente baraja la posibilidad de irse también".

"Lo peor está por llegar"

En Ciudadanos lo dan por descontado y Arrimadas pedirá a los suyos este lunes que se preparen. "Lo peor está por llegar, eso hay que tenerlo claro", avanzan en la formación, previendo un goteo de bajas a partir de los próximos días, entre concejales y diputados autonómicos, además de militantes, fieles al exdirigente que en su día los impulsó dentro del partido, y que ahora podría prometerles cobijo dentro del PP.

Foto: Fran Hervías y Melisa Rodríguez. (EFE)

En este contexto, el partido afronta una nueva hoja de ruta, la más complicada hasta el momento, porque tendrá que reconfigurar su relación con el PP cuando ya no existe lealtad. Los populares insisten en que Ciudadanos inició la guerra planteando la moción, mientras que los naranjas sostienen que estaban "más que avisados" de lo que venía sucediendo (en Murcia y en otros lugares) e hicieron oídos sordos, centrándose en "la opa hostil que se está viendo".

El plan del PP para captar a dirigentes naranjas (con ofrecimientos directos, como publicó este diario) ha tirado por tierra, insisten colaboradores estrechos de Arrimadas, el entendimiento. Y ese será uno de los grandes debates de fondo hoy.

Muchos dirigentes comparten el profundo malestar que ha provocado el PP y reconocen que la desconfianza imperará a partir de ahora. Pero también hay otros integrantes relevantes del partido que no comprenden la hoja de ruta emprendida para llegar a acuerdos con el PSOE o que, entienden, como mínimo, que se tendría que haber debatido más a fondo para trasladar con claridad a la opinión pública la estrategia. A eso se suman los gobiernos que funcionan bien como el de Castilla y León o Andalucía, donde populares y naranjas manifiestan su voluntad de continuar juntos el resto de legislatura. La pregunta ahora es cómo podrán convivir todos estos elementos dos años más.

placeholder Alfonso Fernández Mañueco conversa con Inés Arrimadas. (EFE)
Alfonso Fernández Mañueco conversa con Inés Arrimadas. (EFE)

También Arrimadas tiene una buena relación con los dos presidentes de estas regiones. Con el andaluz Juanma Moreno habló por teléfono la pasada semana y mantienen un contacto continuo. Con Alfonso Fernández Mañueco incluso se vio en persona este jueves durante un acto que conmemoraba a las víctimas del 11-M y la relación es igualmente fluida. Tenían previsto verse pronto en esa comunidad autónoma, como ya hizo con Moreno hace unas semanas. A los dos les garantizó que los ejecutivos autonómicos no corrían ningún peligro a pesar de la moción de censura en Murcia. Pero después todo estalló.

Ciudadanos continúa desangrándose. El fracaso murciano, tras constatar que el PP se aseguraba frenar en seco la moción planteada por el partido naranja para gobernar con el PSOE, dio la estocada final a una cúpula cuestionada desde hace meses. Ninguno de los dirigentes consultados por este diario tiene conocimiento directo de lo que está pensando Arrimadas, aunque cuentan con que "aguantará".

Foto: Fernando López Miras junto a Isabel Franco. (EFE)

Dirigentes leales con la presidenta en todo momento insisten a este diario en que el partido "se tiene que abrir definitivamente", "escuchar a las voces territoriales" y afrontar una renovación que no se puede postergar más. Los más nostálgicos siguen señalando la ejecutiva del 15 de febrero, tras la debacle de las catalanas, como el principio del fin.

Por primera vez muchos cargos levantaron la voz, pero no hubo consecuencias. También hay dirigentes que piensan que aquella ocasión era la idónea para abordar la situación en Murcia, porque podrían haber empezado a preparar el relato de lo que terminó en una moción de censura incomprensible para la mayoría. Reprochan que Isabel Franco no diera el paso de mostrar su desacuerdo con los planes que iban tejiendo para aupar a Ana Martínez Vidal. "Demasiado malestar. Demasiado rencor sin resolver", apuntan ahora.

El comité ejecutivo que Inés Arrimadas preside este lunes a partir de las 11:30 horas será decisivo para Ciudadanos. La presidenta, que arrastra los días más difíciles de su andadura política, persigue la supervivencia del proyecto, consciente al mismo tiempo de que el camino por el que hoy opte podría conducirlo a la extinción definitiva. Sobre la mesa, dos asuntos nucleares. El primero, diseñar una nueva relación con un PP en guerra, con el que aún comparten gobiernos autonómicos y en el que no volverán a confiar "jamás", según distintos dirigentes. El otro, los cambios que Arrimadas ultima para dar un golpe de efecto en su cúpula y calmar las críticas de pesos pesados a los que ahora hay que cuidar más que nunca. La presidenta ha ido hablando con muchos de ellos a lo largo del fin de semana.

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