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El 'conserje de la coca' de Marbella: apariencia 'normal' y su gente del barrio
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SU PERFIL DESPERTÓ SOSPECHAS EN LA POLICÍA

El 'conserje de la coca' de Marbella: apariencia 'normal' y su gente del barrio

Sergio conducía un Porsche Panamera de 100.000 euros pese a ser bedel en un colegio. Le acabaron delatando su inconcebible patrimonio y sus burdos sistemas de blanqueo

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

A diferencia de otros traficantes, gustosos de imponer su jerarquía a base de músculo e intimidación, Sergio G.M., un tipo bajito, de los que la mayoría de la gente describiría como 'normal', se ganaba la fidelidad y el respeto de los suyos forjando lazos afectivos. Por eso logró que la mujer de uno de sus hombres de confianza fuese contratada para el bar de la peña madridista que presidía en Marbella. Tampoco dudó en ‘fichar’ para su organización a un viejo amigo con el que había jugado al fútbol. Ahí radicaba la fórmula de su éxito, rodearse de gente del barrio, conocidos de toda la vida, personas que no le traicionarían y permitirían a este conserje de colegio supuestamente dirigir una importante red de tráfico de cocaína que operaba en varias provincias andaluzas. Pero, imbuido en una cierta sensación de impunidad, a la que se sumaban unos métodos algo burdos para ocultar los presuntos beneficios ilícitos que lograba, acabó llamando la atención de las fuerzas de seguridad y siendo finalmente detenido en la bautizada como Operación Alcatraz.

La investigación que supuso el principio del fin de Sergio y su banda se inició a mediados del pasado año cuando los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil tuvieron conocimiento de la existencia de una red que al parecer realizaba envíos continuos de cocaína —en cantidades cercanas al kilo— a diferentes puntos de Andalucía, donde posteriormente la vendían en cantidades inferiores.

Las informaciones situaban en la cúspide del entramado a este individuo de 41 años, aunque su perfil hizo recelar de los datos recabados inicialmente. Casado, con dos hijos de 7 y 13 años, en su historial únicamente constaba un antecedente por un delito común. Presidente de la peña madridista 'La Bella', aparentemente no hacía grandes ostentaciones, salvo algún que otro viaje para ver un partido del equipo de sus amores. Un chico de barrio, muy unido a su familia, cuya única mácula era el encarcelamiento de un hermano por un asunto de tráfico de drogas. Poco que rascar… Hasta ese momento.

Foto: Avión de inspección pesquera Sancti Petri. (Ministerio de Agricultura)

Fuentes cercanas al caso explicaron a El Confidencial que las alarmas se dispararon cuando observaron al sospechoso conduciendo un Porsche Panamera, un vehículo valorado en al menos 100.000 euros, y la investigación patrimonial comenzó a revelar más bienes presuntamente ocultos que escapaban a su sueldo de conserje —unos 1.500 euros mensuales—.

“Una casa a su nombre, otra al de su esposa —que no trabajaba—, dos motos de agua cuya propiedad era de sus hijos, un barco de recreo, un amarre en el puerto deportivo marbellí y cuatro vehículos —un Volkswagen Golf GTD, un Mercedes 180, el citado Panamera y una 'scooter'—”, detallaron las citadas fuentes, que también vinculan a Sergio con el local donde se ubica la peña futbolística.

Los seguimientos confirmaron que el sospechoso se relacionaba con personas asentadas en Marbella que habían sido investigadas en temas de narcotráfico, entre ellas el considerado como su mano derecha: un vecino de Coín con un largo historial delictivo. Reuniones y traslados por lo que los agentes comenzaron a tener la certeza de que su conserje era en realidad un pez gordo.

Los agentes sabían que cualquier desconocido que se adentrara en las calles de su barrio levantaría todo tipo de sospechas

Las indagaciones concluyeron que todos formaban una organización que presuntamente se dedicaba a distribuir alijos de cocaína ocultos en vehículos caleteados. “No sabemos a ciencia cierta desde cuándo estaban operando”, pero han constatado que el incremento patrimonial de Sergio se hace evidente a partir de 2019.

La gran fortaleza del principal investigado es que tenía “muy buenos contactos” y siempre se movía “con su gente de toda la vida”. Su barrio era su ecosistema y los agentes sabían que cualquier desconocido que se adentrara en sus calles levantaría todo tipo de sospechas. Y no era plan de tirar por la borda tantos meses de trabajo.

Dos envíos interceptados

La identificación de los distintos elementos permitió a los responsables del caso conocer los roles que desempeñaban “bajo el mando y supervisión” del cabecilla. Para los transportes utilizaban vehículos que figuraban a nombre de terceras personas —los encargados de la logística de la organización—, de tal forma que no pudiera relacionarse a los autores de los traslados con los encargados de realizar, por ejemplo, las contravigilancias. Por otro lado, también pusieron a los destinatarios de la droga, quienes presuntamente se encargaban de cortar la cocaína para, posteriormente, distribuirla en cantidades inferiores a los consumidores finales. Uno de ellos, según las citadas fuentes, sería un peligroso clan familiar asentado en Granada.

Una vez desentrañados los secretos de la organización, conocido su 'modus operandi' y localizados los vehículos que empleaban, en marzo del presente año los agentes detuvieron a un individuo mientras trasladaba un kilo de cocaína desde Marbella hasta la localidad almeriense de Roquetas de Mar.

Su arraigo y que no le hayan cazado con droga ha sido clave para que la autoridad judicial le haya dejado en libertad bajo fianza

Esto provocó que el resto de integrantes intensificaran las medidas de seguridad, sin embargo, no cesaron su actividad y días después prepararon un nuevo envío que también fue interceptado. La intervención se saldó con el arresto de otro de los conductores de la organización y la intervención de más de un kilo de cocaína escondida en un compartimento o caleta, especialmente diseñado para evitar la detección de grandes cantidades de droga en un posible control policial.

Sergio G.M. y el resto de implicados cayeron posteriormente en la fase de explotación de la operación, llevada a cabo por efectivos en la Costa del Sol del GRECO, UDYCO y ECO. “Se hizo el loco y decía que no entendía por qué había sido detenido”, recordaron las citadas fuentes, que siguen dibujándolo como el muñidor de todo el entramado.

El conserje, al que el Ayuntamiento de Marbella ha suspendido de su puesto, está en libertad bajo fianza. El que no le hayan cazado con droga ha sido clave para que la autoridad judicial haya tomado esta decisión, así como su arraigo. El mismo sobre el que supuestamente edificó su organización.

A diferencia de otros traficantes, gustosos de imponer su jerarquía a base de músculo e intimidación, Sergio G.M., un tipo bajito, de los que la mayoría de la gente describiría como 'normal', se ganaba la fidelidad y el respeto de los suyos forjando lazos afectivos. Por eso logró que la mujer de uno de sus hombres de confianza fuese contratada para el bar de la peña madridista que presidía en Marbella. Tampoco dudó en ‘fichar’ para su organización a un viejo amigo con el que había jugado al fútbol. Ahí radicaba la fórmula de su éxito, rodearse de gente del barrio, conocidos de toda la vida, personas que no le traicionarían y permitirían a este conserje de colegio supuestamente dirigir una importante red de tráfico de cocaína que operaba en varias provincias andaluzas. Pero, imbuido en una cierta sensación de impunidad, a la que se sumaban unos métodos algo burdos para ocultar los presuntos beneficios ilícitos que lograba, acabó llamando la atención de las fuerzas de seguridad y siendo finalmente detenido en la bautizada como Operación Alcatraz.

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