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El Gobierno y el PP escenifican en Ceuta y en Murcia un nuevo ambiente de distensión
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RETORNOS MIGRATORIOS Y MAR MENOR

El Gobierno y el PP escenifican en Ceuta y en Murcia un nuevo ambiente de distensión

El acuerdo entre Sánchez y Vivas sobre el retorno de los menores marroquíes y el compromiso del presidente de Murcia y de la vicepresidenta Ribera para solucionar los vertidos ilustran un nuevo clima de acercamiento

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe en el Palacio de la Moncloa al presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe en el Palacio de la Moncloa al presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas. (EFE)

Las vacaciones de verano están terminando con una meteorología política inusual, tanto que está por ver si es un ciclo transitorio o el principio de una larga época de estabilidad. La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, agradeció este pasado martes el tono de "sentido de Estado" de Pablo Casado, quien lleva cuatro días manifestando su apoyo a Pedro Sánchez en la gestión de las evacuaciones de Afganistán y callando sobre lo que está sucediendo en Ceuta con los menores migrantes, retornados a Marruecos de manera claramente ilegal, según los tribunales. El líder del PP, por su parte, se está caracterizando por una dialéctica más amable, incluso en cuestiones como la contaminación del Mar Menor, que afecta de lleno a un barón de su partido, el presidente murciano. En medio de este ambiente agradable y por fin constructivo, el Gobierno y el Partido Popular han alcanzado un acuerdo y han protagonizado un acercamiento a otro.

Ceuta y Murcia han sido los escenarios. En la ciudad autónoma para que los menores migrantes vuelvan a su país de origen conforme a todas las disposiciones legales, en concreto la Ley de Extranjería. Y en la región murciana para que cesen los vertidos al Mar Menor, en el que han aparecido toneladas de peces muertos porque los vertidos de nitratos de cultivos próximos y adyacentes han aniquilado la fauna de la laguna salada. El malestar social es notorio.

Ambos acuerdos han podido visibilizarse en sendas ruedas de prensa, una de ellas conjunta, en Murcia, entre Fernando López Miras, el presidente autonómico, y Teresa Ribera, la vicepresidenta de Transición Ecológica, lo que ha contribuido a ilustrar este ambiente de renovada concordia. Además, que el máximo mandatario de Ceuta, Juan Jesús Vivas, haya comparecido en Moncloa tampoco es baladí. Es lo que hacen los representantes autonómicos tras reuniones de relevancia con el jefe del Gobierno. La de este miércoles lo ha sido, tanto por la convocatoria como por la puesta en escena y el despliegue de medios de la Secretaría de Estado de Comunicación. Tras el varapalo de la justicia ceutí a las devoluciones de los menores, paralizadas desde hace días de forma cautelar, a Sánchez le urgía encontrar una solución, y lo ha hecho de la mano de quien con más ahínco ha defendido el procedimiento: el propio Vivas.

Menores en Ceuta

El PP apenas ha subido la voz por el asunto de los menores migrantes que arribaron a la ciudad autónoma en mayo, en mitad de un conflicto diplomático entre España y Marruecos que parece que empieza a remitir. El escándalo, sin embargo, ha sido mayúsculo. El Gobierno, en coordinación con sus homólogos marroquíes, aplicó el acuerdo bilateral para proceder a la devolución de los menores sin cumplir los preceptos legislativos, tal y como denunciaron las organizaciones civiles que trabajan sobre el terreno en la atención a estos menores. Ni informes individualizados ni garantías de integración social una vez retornados. Ni siquiera la Fiscalía estaba informada a pesar de que la norma establece que ha de estarlo. Los reveses han sido una constante, incluido el auto de la Justicia ceutí conocido este martes, que reprueba la actuación del Gobierno con dureza: no se ha cumplido ningún trámite legal, sostuvo.

Sánchez y Vivas han acordado que los retornos de los menores continúen, pero conforme a los preceptos que establece la Ley de Extranjería y siempre según el criterio máximo del interés superior del menor. De acuerdo con la versión de Vivas en la rueda de prensa, el presidente del Gobierno se ha comprometido a movilizar los recursos que sean menester para tales regresos y siempre ajustándose al reglamento de la Ley de Extranjería. "Las decisiones judiciales se acatan, se respetan y se aplican", ha subrayado el mandatario ceutí. No habrá reparto por otros centros asistenciales españoles, ha insistido, porque el objetivo es que vuelvan a Marruecos.

Cumplir la Ley de Extranjería supone, en resumen, que al menor le atenderán, de inicio, los servicios sociales de la Administración autonómica y la Fiscalía del Menor. Harán el informe correspondiente sobre la situación social en el país de origen y recabarán el criterio del menor si tiene "suficiente juicio". Su veredicto determinará la repatriación o no.

La sintonía entre Sánchez y Vivas ha sido tal que hasta el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha quedado eximido de responsabilidades, ha dicho el mandatario ceutí a pesar de que el clamor contra la gestión del exjuez ha sido notorio. Cs, por ejemplo, ha pedido su dimisión. Vivas, con todo, le ha dado la razón por haber dicho que no le concernía el auto de la Justicia. Él "no ha sido personalmente el que ha activado el acuerdo", han sido sus palabras.

Fuentes de la dirección nacional han señalado a El Confidencial que Pablo Casado ha estado informado puntualmente. Fue informado sobre las pretensiones del presidente de Ceuta ante la reunión con Sánchez y fue informado después de dicha reunión. De hecho, ha destacado que no hay "ninguna contradicción" entre su discurso y el del Partido Popular en Madrid.

placeholder Teresa Ribera y Fernando López Miras. (EFE)
Teresa Ribera y Fernando López Miras. (EFE)

Más coordinación en Murcia

Las mismas fuentes han subrayado que, a diferencia del resultado de la reunión en Moncloa, la de Ribera y López Miras en Murcia no puede equipararse, ya que la creación de la comisión de técnicos de ambas administraciones con el fin de acabar con los vertidos que están provocando el desastre ecológico tuvo que producirse antes. "No es un acuerdo", zanjan. Que los dos mandatarios ahonden en el refuerzo del diálogo no puede considerarse un pacto. Acaso un acercamiento tras constatar las diferencias.

Pero el lenguaje de los dos ha sido revelador: "Si algo nos ha demostrado la situación actual del Mar Menor, es que los reproches no sirven para nada. La confrontación y el pasado no van a solucionar la situación. Hoy nos hemos sentado, hemos puesto criterios en común y, a pesar de distanciamientos, está el compromiso de trabajar juntos", ha afirmado el presidente murciano.

Ribera, por su parte, ha destacado: "Estoy de acuerdo con esta inspiración constructiva; es importante aprender de las cosas que no han funcionado y es importante ver las dificultades. Este compromiso de seguir hablando es muy importante".

Las vacaciones de verano están terminando con una meteorología política inusual, tanto que está por ver si es un ciclo transitorio o el principio de una larga época de estabilidad. La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, agradeció este pasado martes el tono de "sentido de Estado" de Pablo Casado, quien lleva cuatro días manifestando su apoyo a Pedro Sánchez en la gestión de las evacuaciones de Afganistán y callando sobre lo que está sucediendo en Ceuta con los menores migrantes, retornados a Marruecos de manera claramente ilegal, según los tribunales. El líder del PP, por su parte, se está caracterizando por una dialéctica más amable, incluso en cuestiones como la contaminación del Mar Menor, que afecta de lleno a un barón de su partido, el presidente murciano. En medio de este ambiente agradable y por fin constructivo, el Gobierno y el Partido Popular han alcanzado un acuerdo y han protagonizado un acercamiento a otro.

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