Sánchez preside con Marlaska la comisión contra el odio en pleno cerco de PP y Vox
El presidente preside este viernes el órgano de seguimiento de este tipo de delitos y lo hará acompañado de su ministro más cuestionado por usar de manera partidista la homofobia
La derecha ha puesto su mira en un miembro del Gobierno: Fernando Grande-Marlaska. Tras protagonizar varias polémicas en los últimos meses, el titular de Interior ha centrado buena parte de las críticas esta semana por haber tomado un perfil que PP, Vox y Ciudadanos consideran marcadamente partidista tras la agresión homófoba de Malasaña (Madrid) que luego resultó ser falsa. Piden su comparecencia y su dimisión, pero esto no ha impedido que Pedro Sánchez acuda este viernes junto a él para presidir por primera vez la comisión de seguimiento del plan de delitos de odio, a pesar del cerco sobre su ministro. Los populares cargan contra él por emplear el órgano con fines partidistas y los de Santiago Abascal entienden que no es el mejor momento para convocarlo tras una semana "ridícula" por la polémica provocada por dos denuncias falsas, la ya citada y la protagonizada por las 'influencers' Devermut.
La batalla generada entre los partidos alrededor de las agresiones con tintes homófobos denunciadas en los últimos días descarriló este miércoles después de que el Ministerio del Interior informara de que la supuesta víctima había reconocido que se lo inventó. La derecha se volcó en pedir explicaciones a una izquierda que previamente se había lanzado contra ella para capitalizar el clamor social frente a la homofobia. Es en este marco en el que las tres formaciones han centrado sus miras en el titular de Interior, cuestionando que él mismo responsabilizara a otros partidos de los hechos y tratando de acorralarlo con iniciativas parlamentarias.
Han propuesto su reprobación, que dé explicaciones en una comparecencia en el Congreso, su cese y su dimisión, y todo apunta a que la presión seguirá en aumento sobre un miembro del gabinete que ya estuvo entre las quinielas para salir en la última crisis de Gobierno. El Grupo Popular, de hecho, ha solicitado que comparezca en la comisión de Interior para que explique las informaciones que manejaba su departamento y a qué hora, pero también los correos electrónicos y documentos que se remitieron al ministro entre el 5 y 8 de septiembre, según informan fuentes del partido a este medio. El vasco se ha defendido y ha dejado claro que no renunciará a su cargo.
Los populares entienden que esta ha sido la gota que colma el vaso y que se une a la "purga" de cargos que investigaban al Gobierno en la pandemia o a la "instrumentalización" de las cartas con amenazas durante la campaña electoral madrileña. "Llueve sobre mojado. No puede seguir ni un día más", asestó el propio Pablo Casado desde Berlín, donde valoró que el presidente le está empleando "como escudo humano". El jefe de filas del PP cargó contra el Ejecutivo por "manipular informaciones como la de esta semana sobre delitos de odio, que al final no lo son" y puso directamente el foco en Marlaska, de quien su formación ha cuestionado si tenía ya datos sobre la falsedad de la denuncia antes de difundirlos.
Pero el PP tampoco ha tenido reparos en señalar al propio Sánchez, de quien cuestionó su capacidad de hacer política de Estado por convocar de esta forma la comisión contra delitos de odio. A su parecer, el presidente ha tergiversado el sentido del órgano para emplearlo en su beneficio. "Nuestro partido no entiende muy bien el uso partidista y electoralista que hace Pedro Sánchez de ella", aseveró ante los medios en referencia a la convocatoria de urgencia para este viernes y que el propio socialista presidirá en un gesto con el que intentó tomar la iniciativa en plena escalada de tensión por las agresiones homófobas.
"Quizá no sea la semana"
Casado, de hecho, aprovechó la ocasión para incidir en que dentro de los delitos de odio, y de los que analiza ese órgano, no se encuentran solo aquellos cometidos contra los colectivos LGTBI, sino que también hay otros como los ideológicos. Recordó que los jóvenes de su formación han sufrido agresiones recientemente en el País Vasco y que no ha recibido ninguna condena.
Una línea similar empleó Vox, que considera que el marco actual no es el más idóneo. "Es una semana un poco ridícula. Es una semana en la que se nos culpa de un crimen atroz que luego resulta que no existía. Quizá no sea la semana. Hay que tener el pulso tomado sobre la violencia que hay en la calle", enfatizó Iván Espinosa de los Monteros durante una entrevista este jueves en Radio Nacional. El portavoz de la formación en el Congreso también insistió, como el líder del PP, en poner el foco en las agresiones con motivaciones ideológicas, que también están amparadas en la comisión convocada para este viernes y que viven miembros de su partido. Volvió además a acusar al Ejecutivo de ponerlos en la diana al vincularles con las agresiones.
Sánchez no ha rectificado ni mucho menos su mensaje de comienzos de semana, ha mantenido la comisión pese a la disputa política y las críticas e incluso ha remarcado sus consignas. "Ayer supimos que la agresión de Malasaña era una denuncia falsa, pero este hecho no puede impedirnos describir lo que es verdad, la realidad que sufren por desgracia personas de distintas orientaciones sexuales por el hecho de ser como son. Por eso es importante transmitir esa empatía del Gobierno y el compromiso de seguir poniendo herramientas encima de la mesa. Los delitos de odio se han incrementado hacia las personas LGTBI", zanjó este jueves desde Gijón.
Ayer supimos que la agresión de Malasaña, Madrid, era una denuncia falsa. Esto no puede impedirnos ver la realidad. Los delitos de odio hacia las personas LGTBI se han incrementado. Quiero trasladar mi cariño al colectivo y el compromiso del Gobierno en la defensa de sus derechos pic.twitter.com/s8R9oxbjwa
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) September 9, 2021
El presidente del Gobierno se desplazará este viernes a la sede del Ministerio del Interior para encabezar una comisión para prevenir delitos de odio que normalmente suele presidir el propio Grande-Marlaska y en la que están presentes, entre otros, la Policía Nacional, la Guardia Civil y asociaciones de los grupos de población que pueden ser víctima de estos delitos. No rehuirá, por tanto, la foto con el titular del ramo en un momento en que todos los focos se giran sobre él.
Ante el cerco diseñado por los tres partidos de la derecha, que amenaza con incrementarse en los próximos días, Marlaska ha salido al paso del aguacero rechazando haber manejado cualquier tipo de información sobre la denuncia falsa de Malasaña y habérsela reservado para su uso partidista. "La Policía no había dado sospechas. Me enteré ayer a la tarde cuando declara el denunciante sobre los hechos y modifica su declaración", se escudó el ministro, que se negó a dimitir y enfatizó que él no ha culpado a Vox: "Yo no he señalado a ningún partido".
La derecha ha puesto su mira en un miembro del Gobierno: Fernando Grande-Marlaska. Tras protagonizar varias polémicas en los últimos meses, el titular de Interior ha centrado buena parte de las críticas esta semana por haber tomado un perfil que PP, Vox y Ciudadanos consideran marcadamente partidista tras la agresión homófoba de Malasaña (Madrid) que luego resultó ser falsa. Piden su comparecencia y su dimisión, pero esto no ha impedido que Pedro Sánchez acuda este viernes junto a él para presidir por primera vez la comisión de seguimiento del plan de delitos de odio, a pesar del cerco sobre su ministro. Los populares cargan contra él por emplear el órgano con fines partidistas y los de Santiago Abascal entienden que no es el mejor momento para convocarlo tras una semana "ridícula" por la polémica provocada por dos denuncias falsas, la ya citada y la protagonizada por las 'influencers' Devermut.
- La falsa denuncia y el oportunismo político empantanan la lucha contra la homofobia Javier Bocanegra
- La izquierda acusa a Vox y al "blanqueo" del PP del repunte de la violencia homófoba I. Gil A. M. R.
- Sobre Madrid capital de la homofobia y la imposibilidad de vivir en un eterno valle de lágrimas Ángeles Caballero