La "purga" en los Mossos y una historia de poder a la sombra del independentismo

Agentes de los Mossos d’Esquadra en compañía de la Guardia Civil se presentaron el pasado 19 de octubre en las instalaciones de TV3 por orden de la Audiencia Nacional. La visita estrechaba el cerco en torno a una de las figuras más influyentes y con más poder de las últimas décadas tanto en la policía autonómica como en los medios de comunicación públicos catalanes. Su nombre es Brauli Duart y las investigaciones de los últimos años le dibujan como un poder en la sombra acostumbrado a mover los hilos bajo el paraguas del independentismo. Es un perfecto conocedor de los entresijos de un cuerpo policial sumido en luchas de poder e intentos de control político mientras sus unidades investigadoras acorralan a los poderes fácticos del secesionismo.

Braulí Duart i Llinares no es catalán, sino valenciano. Nació hace 60 años en el municipio de Sollana y siendo un veinteañero ya fue nombrado para ocupar un cargo público en la Consejería de Educación de la Generalitat. Eran los primeros años del 'pujolismo' y, desde entonces, Duart no ha dejado de encadenar puestos de responsabilidad en varias de las estructuras vertebradoras de la Cataluña que soñó el nacionalismo. A mediados de los noventa, Duart llegó por primera vez al Departamento de Interior del que dependen los Mossos d’Esquadra. Entre 1996 y 2008 pasó doce años desempeñando cargos relacionados con la seguridad.

El expresidente de la Generalitat, Quim Torra, le recuperó en 2018 como 'número dos' de la Consejería de Interior que dirigía Miquel Buch en una de sus primeras decisiones para plagar de afines los puestos de responsabilidad de la Generalitat post 155. Los Mossos d’Esquadra viven una época convulsa de constantes cambios en su cúpula. Desde el referéndum han tenido ya cinco responsables policiales. El comisario Ferrán López, persona de confianza del mayor José Luis Trapero, asumió el cargo tras el referéndum. Fue sustituido por Miquel Esquius, que solo permaneció 11 meses. Le sucedió Eduard Sallent, aupado al cargo el mismo día que le nombraron comisario.

El mandato de Sallent duró apenas 17 meses hasta que fue restituido Trapero una vez resultó absuelto de todas las acusaciones judiciales derivadas de su papel en el 1-O. Pero el mayor fue cesado de nuevo en diciembre, en este caso por un Gobierno de ERC sin que desde el mundo de la vieja Convergencia reconvertida en Junts hayan mostrado mucho inconveniente. Más bien ninguno. El actual jefe policial de los Mossos es Josep María Estela. En el mismo periodo han desfilado tres consejeros de Interior: Miquel Buch, Miquel Sàmper y Joan Ignasi Elena, actualmente en el cargo.

Las pesquisas de la operación Voloh sobre presuntos desvíos de dinero público de la Generalitat muestran a un Braulí Duart bien conectado con las altas esferas del mundo independentista y, sobre todo, su poder de maniobra en la policía catalana. El Confidencial ha accedido a una charla mantenida a las 13.07 horas del sábado 5 de septiembre de 2020. Duart charló con David Madí, una de las personas más próximas a Puigdemont e imputado en Voloh. También lleva encadenando cargos desde hace décadas, ya sea en la Generalitat o en Convergencia.

Un informe del caso acusa a Madi de intentar "obtener rédito económico de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus". Añade que "esos negocios pasaron por activar una vez más, sus contactos políticos, como el secretario de Govern, Víctor Cullell o el secretario general de Interior, Brauli Duart". En las conversaciones registradas en la causa también se aprecian las buenas conexiones de Duart con individuos de la órbita de ERC como Xavier Vendrell, investigado también en Voloh. Madí y Vendrell están considerados como cerebros del 1-O, aunque nunca llegaron a ser encausados por ello.

Madí sobre el consejero Sàmper: "Durará menos que un caramelo, en la puerta de un colegio"

Según su currículum, Madí estuvo entre 1994 y 1996 en la Consejería de Interior como jefe del Gabinete de Estudios y participó en el diseño del despliegue territorial de los Mossos. Sin embargo, en el momento de su conversación con Duart no consta que desempeñara otro puesto que el de presidente ejecutivo de la Compañía General de Aguas de Cataluña. Nada que ver con la seguridad.

Esa primera semana de septiembre, el 'president' Torra había hecho una remodelación del Govern para borrar cualquier resquicio del PDeCat. También había sacrificado a Buch, lastrado por la respuesta policial en los disturbios por la sentencia del Supremo del 'procés'. Aquellos días, los Mossos y la Policía Nacional trabajaron codo con codo en las calles contra los violentos en lo que de facto supuso cerrar las heridas abiertas entre ambos cuerpos en el 1-O. Torra nombró a Sàmper y en su conversación Brauli y Madí hablaron sobre qué hacer con el nuevo. La conversación duró ocho minutos y 19 segundos. Según el resumen de la Guardia Civil, Madí propuso quedar a cenar los tres. Brauli propuso esperar y ver ('Wait and see'). "No nos quememos", añadió.

Madí le indicó a Duart que le dijese a Sàmper que "si por lo que sea pierde, la red está histórica, estará solo delante del peligro y durará menos que un caramelo, en la puerta de un colegio". Duart relató que en una primera conversación que habían tenido, Sàmper le preguntó si David Madí estaba al corriente. "Madí comenta que lo tiene amenazado", según dice el informe de la Guardia Civil que reproduce íntegro esta información.

A la Consejería de Interior "a morir"

Ambos conversaron acerca de quién había sido la persona que había apostado por Sàmper en Interior. Madí sostuvo que era "un hombre de Carles" y destacó su nulo conocimiento del departamento: "A este le viene de golpe y no tiene ni puta idea. Su experiencia política es como regidor de Terrasa, en la oposición comiendo moscas". Duart le comentó que él mismo le había dicho que "venía por la tradición política". Según relató, Sàmper le replicó que había ido "a morir" teniendo en cuenta la experiencia de sus antecesores. Entre las risas de Madí, Duart recontó los cinco últimos consejeros. "Si fuera en Francia sería presidente", apuntó.

Pero de las primeras decisiones que tomó el nuevo fue precisamente destituir a Brauli Duart como secretario general de Interior. En las conversaciones del caso Voloh se aprecia el enfado de Madí por el cese de "la persona que controlaba todo". A su juicio, Torra cometió un error y por ello le calificó como "subnormal directo, ignorante y un imbécil". Algunas crónicas describieron al cesado como el "todopoderoso Duart" fruto de años de mando en un segundo plano. Todas coincidían en su influencia entre bambalinas. Pero tal y como vaticinaron Madí y Duart en su conversación telefónica, Sàmper no duró mucho en el cargo, apenas nueve meses.

Otra de las decisiones del efímero Sàmper fue devolver a Trapero el mando de los Mossos apartando a Sallent, considerado un protegido de Duart. Trapero solo duró unos meses más que el consejero. Algunas fuentes consultadas usan la palabra "purga" para describir lo que ha pasado las últimas semanas en los Mossos y los mandos afines a Trapero, cargos de libre confianza y sujetos a los vaivenes en la dirección. Una de las tesis es que fue el cobro de una vieja venganza. No se olvida la defensa judicial de Trapero en la que marcó distancias con el independentismo.

Pero otras voces apuntan también a las investigaciones de los Mossos que afectaban a poderes fácticos y que inquietaban en las filas independentistas. El trabajo de la policía autonómica ha servido a la Fiscalía para pedir la condena de seis años de cárcel y 27 años de inhabilitación para el exconsejero Miquel Buch por supuestamente facilitar servicio de escolta a Puigdemont en Bélgica. La investigación de los Mossos también ha sido clave para imputar por corrupción a la presidenta del Parlament y persona de confianza de Puigdemont, Laura Borrás. Se le acusa de beneficiar económicamente a un amigo durante su gestión al frente de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC).

El cese de Trapero ha ido acompañado de otras salidas relevantes como la del intendente Toni Rodríguez, destituido al frente de la Comisaría General de Investigación Criminal de los Mossos. En consecuencia, el responsable de la unidad anticorrupción, José María Lazo, presentó su dimisión. Según las fuentes consultadas por este periódico, algunos de sus colaboradores del ámbito judicial le pidieron que lo reconsiderara, pero no hizo caso. En la nueva cúpula de los Mossos ha vuelto Eduard Sallent, considerado en el cuerpo como un hombre de confianza de Brauli Duart y de Junts.

El ya cesado Toni Rodríguez, desvinculado de intrigas políticas, era la persona al frente de las investigaciones que inquietaban a las altas esferas nacionalistas como la que el 19 de octubre llevó a sus agentes a las puertas de la misma TV3. En este último episodio aparece de nuevo la sombra de Brauli Duart. Entre sus dos periodos en Interior, este valenciano criado políticamente al calor del 'pujolismo', había presidido el Consejo de Gobierno de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) de la que dependen la televisión y la radio pública de Cataluña.

Brauli Duart: "¿Qué modelo de televisión, si debe ser ideologizada o neutral? No hay nada que no tenga carga ideológica"

El 21 de enero de 2008, Duart compareció en el Parlament para defender su candidatura a integrar este organismo. Dejó reflexiones como esta que quedó registrada en el diario de sesiones de la cámara autonómica: "¿Sobre qué modelo de televisión, si debe ser ideologizada o neutral? En cualquier sector de la vida, no hay nada que no tenga carga ideológica, nada. Y, evidentemente, es una evidencia que no sé si vale la pena extenderme; hay mucho escrito sobre el tema". Convenció al Parlamento y permaneció hasta 2016.

Triacom, el 3% y TV3

Ese periodo de ocho años es el que está bajo investigación de la Fiscalía anticorrupción. A partir de los informes de los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil, el ministerio público pidió a la Audiencia Nacional abrir una pieza separada del caso 3% para investigar a una productora llamada Triacom Audiovisual. La sospecha es que altos cargos de Convergencia, en connivencia con funcionarios y empresarios, pusieron en marcha una estructura para financiar ilegalmente al partido. En este caso, en lugar de hacer donaciones a las fundaciones, pagaban presuntamente las deudas contraídas por Convergencia a través de otras empresas usando facturas falsas.

Por ese motivo fueron los Mossos en octubre a la calle de TV3 sin número de Sant Joan Despí. Pidieron todos los contratos firmados entre la CCMA y Triacom entre los años 2008 y 2016. También documentación relativa "a normas internas del ente público para la contratación de servicios". En concreto se interesaron por una serie llamada 'Jo vull ser' y el motivo por el que Triacom Audiovisual, S. L. no llevó a cabo dicha serie.

Según la documentación a la que ha tenido acceso El Confidencial, el cerco se estrecha en torno a Duart y Madí. Anticorrupción ha pedido la semana pasada al juez Santiago Pedraz que prorrogue seis meses más la investigación. Los fiscales piden además que la Oficina Antifraude catalana facilite a la Unidad Central Anticorrupción de los Mossos y a la Guardia Civil cuanta información disponga sobre Duart por su relación con Triacom. Por la misma razón, la Fiscalía también quiere datos de tres mercantiles de David Madí: Nubul Consulting, IKI CAT XXI e Icat Desenvolupament.

Actualmente, tanto Buch, como Brauli Duart, Víctor Cullell o David Madí siguen desempeñando cargos a la sombra de la administración pública catalana. Concretamente, los tres primeros —a los que el juez del caso Voloh situaba medrando para hacer negocios gracias al covid— aparecen ahora en el organigrama de Infraestructures.cat, el departamento del que depende toda la obra pública de la Generalitat.