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¿Homicidio o accidente? La autopsia revela que Esther López murió por una hemorragia interna
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la investigación sigue abierta

¿Homicidio o accidente? La autopsia revela que Esther López murió por una hemorragia interna

Los cuatro médicos forenses que han realizado la autopsia concluyen que el cuerpo presentaba politraumatismos internos y que su origen es violento

Foto: Los vecinos de la localidad vallisoletana de Traspinedo guardan un minuto de silencio este domingo en recuerdo de Esther López. (EFE/Nacho Gallego)
Los vecinos de la localidad vallisoletana de Traspinedo guardan un minuto de silencio este domingo en recuerdo de Esther López. (EFE/Nacho Gallego)

El grueso de la autopsia realizado a Esther López ha concluido. Han sido hasta cuatro médicos forenses los que han participado en el estudio del caso de la joven de Traspinedo, lo que indica la minuciosidad y la complejidad de las lesiones que había que estudiar. La primera de las preguntas que había que resolver era: ¿cómo murió Esther? O, lo que es lo mismo, ¿cuál fue la causa de la muerte de la joven?

Fuentes cercanas al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Valladolid apuntan a que se trató de una hemorragia interna. Concretamente, señalan a un “politramautismo torácico abdominal con hemorragia interna profusa que causó un 'shock' hipovolémico”. A continuación, aseguran que se trata de una muerte violenta. Es a partir de aquí cuando comienzan los problemas, ya que no tienen claro si la etiología es homicida o accidental y hay una enorme distancia entre una y la otra.

Foto: El Ayuntamiento de Traspinedo rinde homenaje a Esther López. Foto: Atlas

Con estos datos, se plantean tres posibles hipótesis. La primera, que Esther tuviese una caída accidental desde algún lugar elevado y se golpease con fuerza, sobre todo en la parte superior del tronco.

La segunda, que a Esther le diesen una paliza severa con golpes, por ejemplo, patadas y puñetazos, concentrados en el abdomen y el pecho. Semejante acción justificaría la presencia de los hematomas localizados bajo su ropa. De ser este el mecanismo de la muerte, los golpes fueron sorpresivos porque Esther no presenta señales de defensa.

Tercera, que Esther fuese víctima de un accidente de tráfico. Es decir, tres y media de la mañana, la joven, vestida con colores oscuros, camina por el arcén de la carretera a la salida de una curva, un coche viene lanzado, o con alguien borracho al volante, no la ve y la golpea con fuerza. Esta descripción, como las anteriores, cuadraría con las lesiones que presenta el cuerpo.

Foto: Efectivos de la Guardia Civil inspeccionan la vivienda de Ramón. (EFE/Nacho Gallego)

La segunda pregunta que había que dilucidar en la autopsia es: ¿el cuerpo estaba junto a la carretera desde el primer momento o fue trasladado? Son varios los elementos que hay que valorar. Si las ropas de Esther hubiesen estado limpias, sin polvo, sin evidencias de haber estado a la intemperie, se podría concluir sin género de duda que el cuerpo había sido trasladado. El problema es que las ropas estaban sucias. De hecho, bastante sucias, y su aspecto es perfectamente compatible con haber pasado 24 días a la intemperie. Sin embargo, no es una evidencia definitiva, porque el cuerpo podría haber estado en otro sitio al aire libre y luego haberlo movido. ¿Pudieron no detectarlo a pesar de estar tan cerca de la carretera? Desde un coche es imposible que se viese el cuerpo de Esther porque estaba tumbado en un desnivel de más de un metro, invisible para el conductor o copiloto de un vehículo.

Además, hay que tener en cuenta que las bajas temperaturas en Traspinedo en esta época del año han contenido el fuerte olor que suele desprender un cuerpo. Hay vecinos que insisten en que patearon la zona una y otra vez y que allí no estaba. Por muy insistentes y convencidos que estén, tampoco es un dato científico objetivo. ¿Cómo averiguar entonces si estaba allí o no con certeza?

Si las ropas de Esther hubiesen estado limpias, sin polvo, se podría concluir que el cuerpo había sido trasladado. El problema es que las ropas estaban sucias

La Guardia Civil está revisando las imágenes grabadas por los drones en los días previos para, sabiendo dónde deben mirar, tratar de esclarecer con evidencias si estaba allí o fue depositado con posterioridad. Es una de las vías abiertas para dilucidar la cuestión. La segunda de ellas está en manos de los forenses a través del estudio de las livideces cadavéricas. En caso de fallecimiento, la sangre se desplaza por efecto de la gravedad y se acumula en las zonas de contacto con la superficie, es decir, en este caso, en el abdomen y el tórax, por ejemplo, al estar boca abajo.

El problema es que, si en la misma zona hay hematomas, es complicado diferenciarlos de las livideces porque, en ambos casos, es sangre, aunque los hematomas son venas que se han roto dentro del músculo. Este es uno de los principales problemas que están teniendo los cuatro forenses para concluir la autopsia, ya que no terminan de ponerse de acuerdo en si el cuerpo fue movido o no. Cada una de las dos tesis tiene, entre los especialistas, sus detractores y sus defensores. En resumen, no hay consenso.

placeholder Un vehículo de la Guardia Civil pasa este lunes junto al lugar donde el pasado sábado se encontró el cuerpo sin vida de Esther López. (EFE/Nacho Gallego)
Un vehículo de la Guardia Civil pasa este lunes junto al lugar donde el pasado sábado se encontró el cuerpo sin vida de Esther López. (EFE/Nacho Gallego)

El principal objetivo de los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Valladolid era encontrar el cuerpo de Esther para que la familia no viviese en una dolorosa y perenne incertidumbre. Este propósito se ha conseguido. Los restos mortales de Esther López serán inhumados este miércoles en su localidad natal.

Ahora habrá que seguir esperando, con paciencia, a que se terminen todos los flecos de la autopsia para decidir qué camino seguir. No es lo mismo una caída —sería un accidente sin culpables— que un atropello, ya que hablaríamos de un homicidio imprudente. Además, el sospechoso o sospechosa nada tendría que ver con las personas que estuvieron con ella hasta las tres de la mañana, ya que podría ser cualquier vecino del pueblo que circulase de madrugada.

Y tampoco es lo mismo que el origen de los hematomas sea una paliza, donde hablaríamos de un homicidio o un asesinato y los sospechosos necesariamente tendrían que haber estado con ella. Solo una exquisita y detallista investigación, que lo es, acabará resolviendo estas incógnitas, pero se necesita paciencia y tiempo. Una investigación no es una contrarreloj.

El grueso de la autopsia realizado a Esther López ha concluido. Han sido hasta cuatro médicos forenses los que han participado en el estudio del caso de la joven de Traspinedo, lo que indica la minuciosidad y la complejidad de las lesiones que había que estudiar. La primera de las preguntas que había que resolver era: ¿cómo murió Esther? O, lo que es lo mismo, ¿cuál fue la causa de la muerte de la joven?

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