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Primera cesión de Vox en Castilla y León: la fiesta de Villalar que siempre rechazó
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El presidente de las Cortes no aclara si irá

Primera cesión de Vox en Castilla y León: la fiesta de Villalar que siempre rechazó

El partido, que vincula la celebración a la izquierda radical, asume un programa de actos similar a los de antes de la pandemia, pero avanza recortes y cambios para el próximo año

Foto: El líder de Vox en Castilla y León, Juan García-Gallardo, y el presidente de las Cortes, Carlos Pollán, del mismo partido. (EFE/R. García)
El líder de Vox en Castilla y León, Juan García-Gallardo, y el presidente de las Cortes, Carlos Pollán, del mismo partido. (EFE/R. García)
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Faltan ocho días para que se celebre el Día de Castilla y León en Villalar de los Comuneros y este martes se ha conocido el programa oficial de actos que acogerá la tradicional campa tras dos años de restricciones por la pandemia. La fiesta autonómica recuperará las actividades multitudinarias y los espectáculos, pero también supone la primera cesión de Vox tras su llegada a las instituciones en Castilla y León. El partido de Santiago Abascal ha rechazado siempre esta celebración y se ha negado a acudir porque “no es la fiesta de todos”. Tildada como una excusa de la izquierda para hacer "planteamientos nacionalistas y colectivistas", incluso han defendido que los comuneros Bravo, Padilla y Maldonado tampoco compartirían el sentido de la conmemoración, ya que “no querían autonomías sino un único parlamento”. Recién llegados al poder, no han tenido más remedio que asumir el programa elaborado por sus predecesores, pero ya han anunciado recortes y cambios para la próxima edición.

La Fundación de Castilla y León, dependiente de la presidencia de las Cortes de Castilla y León, es la encargada de organizar la programación de esta fiesta autonómica. Unas Cortes que desde el pasado 10 de marzo preside el procurador leonés de Vox Carlos Pollán, según lo pactado con el PP en el acuerdo de gobernabilidad. Esta entidad es una de las que están en el punto de mira de los de Abascal. Pollán respondía a los periodistas que “una vez que estudiemos la memoria económica y las actividades de la fundación, veremos la viabilidad”. Aun así, el presidente de las Cortes ya ha anunciado que “el próximo año todo será más austero”, reconociendo en todo caso que la decisión final depende de un patronato en el que están representadas todas las fuerzas políticas, otras instituciones de la comunidad, sindicatos y patronal.

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Hasta la fecha, la consigna en Vox y en el equipo formado para dirigir el Parlamento autonómico era el completo hermetismo. La orden ha sido que nadie dijera nada de cómo será Villalar este año, un silencio que solo se explica por la incomodidad que les genera esta fiesta. Desde su creación, la formación ha protagonizado una trayectoria de críticas constantes. En la pasada legislatura, su entonces único procurador en el Parlamento autonómico, Jesús García Conde, cargaba duramente contra la celebración en abril de 2020, cuando quedaba suspendida por la pandemia. “Nunca hubiéramos asistido, porque no la consideramos nuestra”, declaró García Conde. Su partido, contrario al Estado de las autonomías, calificaba Villalar como “una decisión política ajena a los ciudadanos que ha sido utilizada por la izquierda más radical para hacer planteamientos nacionalistas y colectivistas”.

Más contundente era Vox dos años antes. El 23 de abril de 2018, en las redes sociales de la formación en Valladolid consideraban que la fiesta de Villalar es “una manipulación más de la historia de manera partidista”. “En vez de conmemorar derrotas y divisiones… celebremos el Día de Castilla y León el 24 de junio, cuando nació Fernando III El Santo, el gran rey de Castilla y León, unión decisiva para hacer a España más unida y más grande”, señalaban.

Para el historiador y profesor de la Universidad de Valladolid Enrique Berzal, “se debe al rechazo de Vox a la distribución territorial del poder que supone el Estado de las autonomías. Vox quiere eliminar el Estado autonómico y eso supone, desde luego, despreciar la fiesta de Villalar y todo lo que ella representa. Rechazar Villalar es, evidentemente, rechazar la descentralización del poder y apostar por un sistema político centralizado”. Aunque también hay un rechazo al propio movimiento comunero. “Si Vox rechaza el legado histórico de los comuneros es porque se hace eco de la interpretación historiográfica falangista y franquista sobre ellos, que los tildaba de traidores al imperio. Dicho de otro modo, si Vox reniega del relato que ha venido sirviendo de argumento a la fiesta de Villalar, es porque rechaza la interpretación historiográfica de las Comunidades, popularizada sobre todo por Joseph Pérez, como adelantados a su tiempo en el sentido de proponer una mayor fiscalización del poder, una mayor participación del común, vía Cortes, en los asuntos que atañen al conjunto del país y un rechazo del absolutismo”, añade Berzal.

Con todos estos antecedentes, este año, al menos, la celebración del Día de Villalar se mantendrá con la misma estructura y oferta de actividades que antes del covid-19. “La situación actual hace que impere el sentido común”, asegura Pollán, que acaba de cumplir un mes en el cargo. El presidente de las Cortes no ha querido decir si acudirá o no el 23 de abril a la campa, como sí hicieron sus antecesores como últimos responsables de la organización. “No es vital ni es importante para la celebración”, explica, tras animar a los castellanoleoneses a que cada uno lo celebre como crea conveniente.

Reciben un programa cerrado y contratado

Ese 'sentido común' al que se refería Carlos Pollán se explica con el calendario en la mano. Su llegada a la presidencia de las Cortes el 10 de marzo ha imposibilitado cualquier decisión de transformar la fiesta este año. El anterior equipo de la presidencia de las Cortes de Castilla y León, presidido por Luis Fuentes, de Ciudadanos, y la dirección de la Fundación de Castilla y León han dejado al procurador de Vox un programa cerrado y con las contrataciones ya realizadas. Expedientes firmados que impedían dar marcha atrás a la hora de cambiar lo previsto y que han obligado a Vox a asumir la programación.

Foto: Los Comuneros Padilla, Bravo y Maldonado en el Patíbulo, Antonio Gisbert, 1860. Opinión

El Estatuto de Autonomía de Castilla y León establece el 23 de abril como Día de Castilla y León. “Así es y así seguirá siempre y cuando no se modifique”, apuntaba Carlos Pollán. Un cambio que exigiría unos trámites y unas mayorías que actualmente no están al alcance de Vox. La fiesta de Villalar de los Comuneros siempre ha sido vista con recelo por la derecha y los partidos conservadores por los tintes políticos, sindicales y reivindicativos que tuvo desde su origen.

La primera vez que se convocó una concentración en Villalar fue el 23 de abril de 1976, pese a que estuvo prohibida por las autoridades. Aun así, 400 personas acudieron a la llamada de organizaciones autonomistas que hicieron crecer la fiesta. Ese año eran ya 20.000 los asistentes y los años siguientes, todavía previos a la autonomía, se alcanzaron las 200.000 personas. Villalar se convirtió en símbolo del regionalismo apoyado por los partidos de izquierda, lo que suscitó el rechazo de la derecha a la fiesta.

Rechazo de Aznar

De hecho, hasta el año 2000 el PP tampoco acudió. La fiesta había sido rechazada por José María Aznar. En su etapa de presidente de Castilla y León, convirtió el día de la comunidad en una celebración itinerante por las provincias. En 2006, por primera vez en la historia, un presidente de la Junta estuvo presente en la campa. Fue el burgalés Juan Vicente Herrera, en una jornada protagonizada por las protestas y por una pedrada lanzada contra el líder autonómico que hirió a una responsable de Protección Civil. Desde entonces, la celebración en Villalar de los Comuneros se fue normalizando y cambiando. Ha ido perdiendo carga política, aunque todavía están muy presentes los colectivos y partidos de izquierda en la mayor parte de los actos. También se ha mantenido como un lugar de reivindicaciones y manifestaciones aprovechadas para poner de actualidad conflictos sociales o laborales. Sin embargo, poco a poco, Villalar ha ido emergiendo como una conmemoración familiar que intenta ofrecer ocio para todos para celebrar juntos el día de la comunidad autónoma.

Foto: Óleo de Manuel Pícolo López que muestra la rendición de los líderes comuneros (1887, Palacio del Marqués de Salamanca).

La celebración del Día de Castilla y León en Villalar de los Comuneros repetirá el esquema de los últimos años. Actuaciones de teatro, conciertos e intervenciones artísticas protagonizan un programa que comienza el 22 de abril y continúa durante todo el día 23. Se van a habilitar seis espacios diferentes con la participación de 23 compañías y un centenar de artistas. La Fundación de Castilla y León mantiene su carpa institucional en la campa, que acogerá parte de las actividades. Su director, Juan Zapatero, destacó que es “un Día de Villalar muy especial porque llevamos dos años sin poder hacerlo”. También explicó que el programa elaborado pretende cerrar las conmemoraciones del V Centenario de los Comuneros que se han desarrollado durante todo 2021. Zapatero detalló la actuación de grupos de las nueve provincias de la comunidad, el resto de España y Portugal, con una “presencia femenina muy significativa”.

El objetivo es que miles de personas vuelvan a acercarse el 23 de abril hasta Villalar de Comuneros para disfrutar de una jornada que combina “tradición y novedad”. En 2019, la fiesta congregó a más de 13.000 personas, en un año especialmente marcado por un día de frío y lluvia.

Faltan ocho días para que se celebre el Día de Castilla y León en Villalar de los Comuneros y este martes se ha conocido el programa oficial de actos que acogerá la tradicional campa tras dos años de restricciones por la pandemia. La fiesta autonómica recuperará las actividades multitudinarias y los espectáculos, pero también supone la primera cesión de Vox tras su llegada a las instituciones en Castilla y León. El partido de Santiago Abascal ha rechazado siempre esta celebración y se ha negado a acudir porque “no es la fiesta de todos”. Tildada como una excusa de la izquierda para hacer "planteamientos nacionalistas y colectivistas", incluso han defendido que los comuneros Bravo, Padilla y Maldonado tampoco compartirían el sentido de la conmemoración, ya que “no querían autonomías sino un único parlamento”. Recién llegados al poder, no han tenido más remedio que asumir el programa elaborado por sus predecesores, pero ya han anunciado recortes y cambios para la próxima edición.

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