Juan Carlos I no despeja las dudas sobre si rendirá cuentas: "¿Explicaciones, de qué?"

Juan Carlos I ha vivido su última jornada en Sangenjo (Pontevedra), donde ha disfrutado de un fin de semana de regatas. A lo largo de la jornada dominical, el emérito ha atendido brevemente a las preguntas de la prensa, centradas en sus expectativas ante la visita de mañana a Zarzuela tras dos años fuera de España residiendo en Abu Dabi. Al ser cuestionado sobre si tenía ganas, Juan Carlos ha respondido que lo afronta con "muchas ganas" y que espera "muchos abrazos".

No obstante, unas horas antes de hacer estas declaraciones, el emérito se ha mostrado menos amable. "Pregunta, pregunta tú". Esta ha sido la afirmación con la que ha contestado a uno de los periodistas que lo ha inquirido por este mismo tema, para después zanjarlo de forma cortante con la siguiente afirmación: "Yo estoy aquí, en Sanxenxo". Se trata de un mensaje enviado en un fin de semana en el que ha recibido la visita de su hija, la infanta Elena, y de algún otro familiar, pero no de su hijo ni de autoridades políticas destacadas.

La presencia del rey emérito en la localidad pontevedresa ha despertado una gran expectación mediática al regresar a España perseguido por las polémicas por sus negocios y la comisión de presuntas irregularidades. Precisamente, al ser interpelado al final de la tarde del domingo por si tiene previsto dar alguna explicación sobre estos asuntos en su visita a Zarzuela, Juan Carlos I ha respondido lo siguiente: "¿Explicaciones, de qué?".

Opinión

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Juan Carlos I ha sido preguntado también a lo largo de la jornada por la visita que hizo ayer sábado a su nieto Pablo Urdangarin para verlo jugar al balonmano en Pontevedra: "Mi nieto muy bien", ha sido "todo estupendo".

Día de regatas

El rey emérito llegó este domingo a las 10:32 horas al Real Club Náutico de Sanxenxo (Pontevedra) para asistir a la última jornada de regatas del Trofeo Viajes InterRías, en el que ha participado, consiguiendo el triunfo, su embarcación, el "Bribón 500".

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Como en días anteriores, el rey emérito ha llegado a las instalaciones portuarias en el coche de su amigo Pedro Campos, que lo ha dejado en la puerta de las oficinas del club náutico, a donde se ha dirigido con la ayuda de uno de sus escoltas y caminando con dificultades, haciendo uso de un bastón.