Sánchez obvia ante el BBVA la tasa a la banca y se presenta como "aliado", con recado para el IBEX

Era el elefante en la habitación, pero nadie se atrevió a nombrarlo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tratado de acercar posiciones con uno de los mayores bancos de España, el BBVA, menos de 48 horas después de que el Congreso de los Diputados aprobara iniciar la tramitación de los nuevos impuestos a la banca y las energéticas. Rodeado de empresarios, en la sede de la entidad en Madrid, y ante su presidente, Carlos Torres, Sánchez ha reprendido a las empresas del IBEX 35 que aún no han hecho lo suficiente por la transición ecológica. También ha defendido las bondades de la colaboración público privada, planteando dos marcos de entendimiento concretos.

El primero, "hacer de la energía una política de Estado" y sellar "una alianza con el sector privado", en aras de convertir a España en una "gran potencia exportadora" de energía renovable en Europa. El segundo, "dar los incentivos adecuados" para que el sector privado avance en la senda de la transición ecológica y energética, con el Ejecutivo como "aliado".

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Sánchez, que ha reivindicado la necesidad de acometer la transición ecológica como la mayor de sus convicciones, hablaba con tono conciliador, y aludía en más de media docena de ocasiones al presidente del BBVA, que le escuchaba desde primera fila.

Y, sólo dos días después de arrancar la tramitación del gravamen a bancos y energéticas, que permitirá recaudar 7.000 millones de euros en dos años, ante el II Foro de Sostenibilidad del banco, el jefe del Ejecutivo destacaba el papel "neurálgico", "central", que tiene el sector financiero en estas transformaciones "a través de las inversiones sostenibles".

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De hecho, en esta ocasión, adoptaba nuevos matices para su discurso sobre la lucha del Ejecutivo con los poderes económicos; después de haber endurecido el tono y los mensajes contra los poderes económicos en los últimos dos meses, Sánchez volvía a aludir a esas élites económicas, en genérico para poner el foco en esa parte concreta de estas élites que no quiere ni oír hablar del necesario cambio de modelo energético, ni de los esfuerzos contra el cambio climático o la descarbonización.

"Sólo el 14% de las compañías cotizadas españolas tienen planes para alcanzar emisiones cero en 2050", resumía Sánchez, frente a la proporción de otros países de nuestro entorno, que "superan el 50%", afeaba. Con una mano, Sánchez tendía puentes y alababa el trabajo de sus anfitriones, dando la enhorabuena al BBVA por "situar la agenda 2030" en el centro de sus "prioridades"; con la otra, reclama más inversiones a largo plazo en materia de descarbonización, porque "la agenda verde requiere inversores responsables y pacientes", "no coartados por la maximización de beneficios".

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En esta senda, Sánchez pedía "dar pasos entre todos" para "favorecer la participación de las entidades financieras en la transición hacia una economía sostenible", y por eso reclamaba "vencer inercias y resistencias muy poderosas", para lograr una transición energética y ecológica "sin perdedores, o con el menor número de perdedores posible".

Hoy, al compromiso del presidente del Gobierno de actuar en favor de la mayoría social, confrontando con las élites económicas -a las que sitúa como aliadas del PP-, se le añadían sus esfuerzos por garantizar la sostenibilidad: "Es actuar por el interés de España". "La transición ecológica no discrimina por rentas, por razas ni ideologías". Y todas estas llamadas, con el elefante en la habitación, compartiendo espacio con empresarios.

Más de 500 asistentes

El evento ha sido uno de los que mayor afluencia han registrado desde que se mudaron a su nueva sede, hace seis años, obligando a dejar fuera de la sala a empleados que tenían interés por asistir. 

Entre el público había una nutrida representación de empresarios y grandes clientes del banco, entre ellos Sabina Fluxà (Iberostar), Carolina Martinoli (IAG), José Manuel Arias (ArcerlorMittal), Toni Ruiz Tubau (Mango), Rosa García (Exolum) y José Manuel García Bejines (Entrepinares). También representantes de instituciones como la AEB (Asociación Española de Banca), presidida por Alejandra Kindelán, o la mano derecha económica de Sánchez, Manuel de la Rocha.