Dejan libre a Mohamed Achraf, el yihadista que quiso volar la Audiencia Nacional

La Audiencia Nacional ha dejado en libertad a uno de los yihadistas más vigilados por las fuerzas de seguridad españolas de las últimas dos décadas. Se trata de Mohamed Achraf, condenado en su día por querer volar por los aires la sede judicial que ahora le abre la puerta de la cárcel. A sus 47 años, saldrá en libertad antes de conocer la sentencia de la última acusación que le llevó a ser juzgado, de nuevo, por liderar una red terrorista desde prisión a través de correspondencia con otros reclusos islamistas.

Por norma general, cuando un preso sale de la cárcel antes de conocer su sentencia, se debe a que los jueces ya han decidido una absolución o una condena menor del tiempo que el procesado cumplió en prisión preventiva. Pero, además, en el caso de Achraf, ya ha cumplido el máximo de cuatro años de cárcel que puede permanecer un recluso en España sin recibir una condena firme del Tribunal Supremo. El Confidencial ha tenido acceso al auto dictado por la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. "El tribunal acuerda reformar el auto de prisión dictado el 11 de octubre de 2018, en el sentido de decretar la libertad del acusado Abderrahmane Tahiri, también conocido por Mohamed Achraf", dice la resolución dictada el jueves.

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José María Olmo

Este individuo fue detenido en Suiza y extraditado a España en 2005. Se le buscaba por ser el cabecilla de un grupo llamado Mártires por Marruecos y haber ejercido labores de reclutamiento de potenciales terroristas mientras estuvo preso en cárceles españolas entre finales de los noventa y principios del presente siglo. La Audiencia Nacional les condenó a él y a otras 19 personas detenidas en la llamada operación Nova. La sentencia consideró probado que este grupo liderado por Achraf hizo gestiones para conseguir 1.000 kilos de explosivos con los que atentar contra el edificio del tribunal que investiga los delitos de terrorismo.

Un año después, el Tribunal Supremo diluyó de forma considerable la causa y absolvió a 15 de los 20 condenados. Achraf fue uno de los pocos que no se vieron beneficiados y el alto tribunal le confirmó los 14 años de condena como líder del grupo yihadista. Su salida de la cárcel estaba prevista para finales de 2018, pero, pocos días antes de poder recobrar su libertad, la Guardia Civil entró en su celda para practicar un registro y comunicarle una nueva detención. Se le acusaba de haber tejido otra red de relaciones entre prisiones a través de cartas y dar forma a un nuevo grupo llamado Grupo Victorioso.

El operativo se saldó en octubre de 2018 con decenas de presos detenidos y múltiples investigados. En el sumario, aparecían nombres de conocidos yihadistas como los condenados por el 11-M Jamal Zougam y Hassan El Haski. Ambos se intercambiaron cartas escritas de su puño y letra con Achraf. Así analizaba una de ellas la Guardia Civil: "La misiva es prácticamente un sermón religioso, de carácter radical, en el que Achraf intercala citas y hádices del Corán, llamando a la paciencia (término al que recurre hasta en 17 ocasiones), a mantener la fe (lo usa en 10 ocasiones) en Alá, a la espera de que Alá les otorgue la victoria frente a los infieles".

"El resultado de las deliberaciones efectuadas, favorable a los intereses de los acusados"

Esta operación, de hecho, partió del hallazgo de una serie de pintadas en favor de Estado Islámico halladas en las paredes de la cárcel de Estremera que se atribuyeron a Achraf. La acusación finalmente se centró en el núcleo duro del grupo, juzgado este verano. La Fiscalía puso el foco en Achraf y otros cuatro cabecillas, para los que solicitó una condena de 12 años de prisión por un delito de constitución de grupo terrorista con la agravante de reincidencia, si bien también planteaba otras penas subsidiarias como ocho años por colaboración con organización terrorista o captación y adoctrinamiento terrorista.

Según la Fiscalía, los acusados actuaron entre los años 2014 y 2018, mientras cumplían condenas en diferentes prisiones del país por delitos de pertenencia a organización terrorista, y su objetivo era que el resto de internos que también cumplían castigo por terrorismo se mantuviesen "fuertes y unidos" y que ninguno "flaqueara", así como conseguir "unir nuevos adeptos" a la causa del Dáesh. Esta operación sirvió para poner el acento en el peligro que supone la radicalización violenta en las prisiones, actualmente una de las principales amenazas en la lucha contra el yihadismo.

A la calle tras 17 años entre rejas

Ahora, los jueces de la Audiencia Nacional han decretado su libertad. Pisará la calle por primera vez después de 17 años. Los magistrados que le enjuiciaron piden dar cuenta de esta decisión al juzgado de guardia de Archidona (Málaga), para que a su vez emita mandamiento de libertad del preso, actualmente ingresado en el Centro Penitenciario Málaga II (término municipal de Archidona), a donde fue trasladado a principios de agosto desde la cárcel madrileña de Valdemoro.

En el auto, de apenas tres folios de extensión, los jueces dan una explicación que atisba un fallo favorable a sus intereses: "Hemos de acordar la inmediata puesta en libertad del mencionado acusado, teniendo en cuenta que el resultado de las deliberaciones efectuadas, favorable a los intereses de los acusados, como concretaremos en la sentencia que próximamente pronunciaremos, determina que en la actualidad no sea procedente ni necesaria la vigente prisión provisional". Los otros cuatro juzgados por estos hechos también están ya en libertad.