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Vox censura los "complejos" de Feijóo: oculta su reunión mientras gobierna con ellos
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Contactos lejos de los focos

Vox censura los "complejos" de Feijóo: oculta su reunión mientras gobierna con ellos

Emplaza al PP a dar carta de naturaleza a los encuentros con Abascal, mientras el gallego insiste en que no habrá "trato preferencial". Díaz invitó a cenar a Feijóo, que se reunirá con Ortuzar (PNV) en octubre

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso. (EFE/Fernando Villar)
El líder de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso. (EFE/Fernando Villar)

Hasta hace una semana, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal no se conocían personalmente. Los dos líderes habían dilatado durante meses un encuentro que, finalmente, se celebró el pasado 22 de septiembre en una oficina del área de las Cuatro Torres de Madrid. No hubo fotografía, ni convocatoria previa. Al término de la cita, ambos acordaron no hacer publicidad del encuentro. Pero el hecho de que haya trascendido a los medios de comunicación ha destapado nuevas discrepancias entre PP y Vox. El hielo se ha roto, pero la tensión no ha desaparecido.

El comunicado que envió Génova para confirmar que Feijóo y Abascal se reunieron hace días ha levantado ampollas en Vox. El PP destacó el carácter "correcto" de la entrevista, pero acto seguido diluyó su importancia, enmarcando la cita en la ronda de contactos que había iniciado el jefe de la oposición con otros dirigentes políticos, y dejó claro que no era un socio preferente​. "No le daremos un trato preferencial", repetían en la dirección semanas atrás. Pero lo que ha generado especial malestar en las filas del partido 'verde' es que Feijóo haya equiparado a Abascal con Yolanda Díaz, que se reuniese con ella poco tiempo después y que, además, informase también de esa cita este miércoles.

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso. (EFE/Javier Lizón)

"Escudarse en que se vio con Yolanda Díaz solo refleja los complejos que tienen, lo desubicados que están", comentan fuentes autorizadas de Vox. En el partido no ha sentado bien que el PP haya minimizado el primer cara a cara privado entre Feijóo y Abascal, cuya interlocución había sido prácticamente nula pese a compartir coalición en Castilla y León. "¿Yolanda es buena para compensar que Abascal es malo?", reprochan.

Una crítica que comparte Cayetana Álvarez de Toledo, quien ayer censuró la "hipocresía" de Génova: "No quiere mostrarse con Vox, pero gobierna con Vox, se llama hipocresía", señaló en un acto junto con el portavoz parlamentario de Vox, Iván Espinosa de los Monteros. Álvarez de Toledo quiso ser clara para alejar rumores: no se irá a la formación de Santiago Abascal.

Vox desmiente también la versión abonada por Génova de que fueron ellos quienes tomaron la iniciativa de solicitar una reunión al jefe de la oposición. "No es así", aseguran. Los dos partidos coinciden en que el primer y casi único contacto entre Feijóo y Abascal se produjo el pasado mes de abril, cuando el líder de Vox envió un mensaje de texto al dirigente gallego para felicitarle por su nueva condición como presidente del PP. Fue entonces cuando Abascal sugirió organizar una reunión para "conocerse", pero no volvieron a contactar durante meses.

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso (EFE/Mariscal)

Según la versión del PP, el equipo del líder de Vox se puso en contacto con el gabinete de Feijóo a finales de julio para poner fecha al encuentro, pero no lograron cuadrar agendas hasta casi dos meses después. Los dos partidos coinciden en que el encuentro fue "cordial" y que hubo puntos de encuentro, sobre todo en el "diagnóstico" de la extraordinaria situación por la que atraviesa España. Pero no hubo consenso en el modo de abordar esos desafíos.

En las dos horas que duró el encuentro, también hubo momentos de tensión. Fuentes autorizadas aseguran que Feijóo trasladó a Abascal su intención de fraguar un Gobierno en solitario con una "mayoría amplia", a lo que el líder de Vox respondió que "las mayorías absolutas ya no existen" y que, por tanto, un acuerdo en el bloque de la derecha se hacía imprescindible, al menos en la arena nacional. El líder del PP aprovechó para reivindicar también su política lingüística, duramente criticada en los últimos meses por Vox. Incluso reprochó a su homólogo que le hubiese tildado en varias ocasiones de "nacionalista".

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Abascal, por su parte, trasladó personalmente a Feijóo el mensaje que había alimentado en las últimas semanas: que el triángulo entre PP, Vox y PNV es "imposible". "Me tendrían que matar", llegó a asegurar Abascal hace semanas en una entrevista radiofónica, en la que reiteró que los estatutos de su partido prohíben de forma taxativa cualquier tipo de acuerdo con una formación nacionalista. El líder del PP hace oídos sordos a esa línea roja y, si bien ha priorizado a Abascal en su ronda de contactos frente a Ortuzar, Génova ya avanza una cita de alto nivel con la máxima autoridad del PNV en octubre. Uno de los objetivos pasa, precisamente, por restaurar la confianza perdida y limitar la influencia de Vox si Feijóo logra ganar las próximas elecciones generales.

El deshielo entre PP y Vox

En lo que sí coinciden los dos partidos conservadores es en que el encuentro ha servido para "derribar el muro" y abrir una nueva etapa de interlocución "fluida" entre los dos mandatarios. En concreto, en el PP celebran haber dado portazo a la estrategia que siguió Pablo Casado con Santiago Abascal, que apenas tuvieron contacto durante años. Los populares trasladan que Feijóo emplazó al líder de Vox a "llamar cuando quiera" para comentar cualquier asunto que "le genere inquietud", con la clara intención de dar carta de naturalidad a la relación entre las autoridades de dos de los grandes partidos políticos del país.

Foto: El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, junto con Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Vox va un paso más allá y pide a Feijóo que no tema una fotografía con Abascal y se abra a nuevos encuentros presenciales para regar su relación. Cierto es que no hay ni una instantánea en la que aparezcan juntos, y que en la dirección nacional hay voces que reconocen que "no es una fotografía cómoda" para el líder de la oposición. Mientras tanto, Vox reitera que los "complejos" no son buenos compañeros de camino, y declara que su intención es "condicionar" nuevos gobiernos autonómicos y municipales del PP. Que antes o después, Abascal y Feijóo se tendrán que volver a sentar.

La cena con Yolanda Díaz

La tensión con Santiago Abascal, al que el equipo de Feijóo reconoce su "educación" en las distancias cortas, no parece haber existido en la cita nocturna que el líder del PP mantuvo con la vicepresidenta segunda del Gobierno. Según la versión de Génova, Yolanda Díaz "invitó a cenar" a Feijóo en Madrid poco después de que este se reuniese con el líder de Vox, aunque en el entorno de la ministra de Trabajo aseguran que "fue mutuo".

Foto: Alberto Núñez Feijóo junto con Yolanda Díaz. (EFE/Lavandeira Jr.) Opinión

Las fuentes consultadas aseguran que los dos dirigentes, que mantienen una "buena relación" pese a la distancia ideológica tras haber coincidido durante años en el Parlamento gallego, charlaron de diferentes cuestiones de actualidad, como la inflación o política fiscal, pero que también hubo tiempo de rememorar viejos tiempos durante la etapa de ambos en la política regional.

A Santiago Abascal, Yolanda Díaz y Andoni Ortuzar, Feijóo ha sumado en su ronda de contactos a Javier Esparza, de UPN, y Fernando Clavijo, de Coalición Canaria, aunque su intención pasa por reunirse en los próximos meses con líderes de todas las fuerzas políticas —a excepción de EH Bildu— ante el esperado ciclo político en el que ya trabajan desde hace meses en la sede nacional de Génova.

Hasta hace una semana, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal no se conocían personalmente. Los dos líderes habían dilatado durante meses un encuentro que, finalmente, se celebró el pasado 22 de septiembre en una oficina del área de las Cuatro Torres de Madrid. No hubo fotografía, ni convocatoria previa. Al término de la cita, ambos acordaron no hacer publicidad del encuentro. Pero el hecho de que haya trascendido a los medios de comunicación ha destapado nuevas discrepancias entre PP y Vox. El hielo se ha roto, pero la tensión no ha desaparecido.

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