El CGPJ ignora las instrucciones de Lesmes y nombra presidente al progresista Rafael Mozo

El vocal progresista Rafael Mozo se ha convertido este jueves en el presidente suplente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Por 16 votos a favor, uno en contra y una ausencia, Mozo accede al cargo en sustitución del dimitido Carlos Lesmes, que en las últimas semanas defendió que tanto la presidencia del Tribunal Supremo como del órgano de gobierno de los jueces debían pasar de forma "automática" al presidente de la Sala Primera del Supremo, Francisco Marín. Pese a ello, tal y como ha informado El Confidencial esta misma mañana, una mayoría de vocales que agrupa a progresistas y conservadores ha pactado —y él lo ha aceptado— que acceda al cargo a cambio de ser "supervisado" por ellos.

La decisión implica apostar por una bicefalia en el poder judicial: mientras que Marín presidirá el Supremo, Mozo se encargará de dirigir el CGPJ. El vocal progresista no reúne los requisitos para ocupar la presidencia de ambos órganos—él es magistrado de la Audiencia Nacional y la ley establece que "será necesario ser (..) magistrado del Tribunal Supremo y reunir las condiciones exigidas para ser presidente de Sala del mismo"—, pero como vocal de más edad, su aspiración es pasar los meses que le quedan en activo al frente del órgano de gobierno de los jueces. Fuentes jurídicas apuntan además a que Marín no presentará batalla, por lo que Mozo será el suplente hasta que se renueve el Consejo.

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De esta manera, la mayoría de vocales de ambos signos ha aceptado entregarle la presidencia este jueves, aunque con condiciones. La primera de ellas es que Mozo no podrá tocar la composición de las comisiones legales: Permanente, Disciplinaria, de Asuntos Económicos y de Igualdad. Eso significa que la Permanente, la única en la que sus integrantes tienen dedicación plena y adopta las decisiones más importantes, quedará bajo control del sector conservador. La segunda es que Mozo no tendrá autonomía en lo que respecta a la política de comunicación institucional, sino que serán los propios vocales quienes se hagan cargo.

"El Presidente por suplencia ejercerá las funciones que le son propias con moderación y voluntad de consenso, y expondrá previamente ante el Pleno las decisiones que proyecte adoptar en materias que no sean de gestión ordinaria para procurar alcanzar el mayor acuerdo posible sobre la decisión final", explica el acuerdo alcanzado este jueves. "Los vocales (...) le propondrán de común acuerdo el contenido de los mensajes, notas de prensa y comunicaciones que hayan de ser difundidos por la Oficina de Comunicación del CGPJ, con la que mantendrán un contacto constante".

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Para elevar a Mozo a la presidencia, el pleno ha tenido que superar un obstáculo: la Ley Orgánica del Poder Judicial dice en su artículo 570.2 que un CGPJ en funciones no puede proceder a la elección de nuevo presidente y, en su artículo 590, que el vicepresidente del Tribunal Supremo "ejercerá, en funciones, el cargo de presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial en los casos legalmente previstos de cese anticipado".

La fórmula con la que se ha sacado adelante supone por tanto emplear un vericueto: los 16 vocales consideran que la designación de Mozo no es un nombramiento, sino simplemente "una suplencia". Para activarla, se rigen por las reglas que se aprobaron para casos de "ausencia, enfermedad o vacante" en el año 2019, cuando se acordó que para aquellas situaciones (distintas, eso sí, de un cese) debía ser el vocal de mayor edad quien le sustituyera y que la decisión fuera revisada previamente en pleno.

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El Boletín Oficial del Estado publicó ayer este mismo miércoles el decreto por el que se disponía "el cese" de Carlos Lesmes tras su renuncia al cargo. El CGPJ concluyó que, en las actuales circunstancias, Lesmes debía ser sustituido por el vicepresidente en funciones del alto tribunal y presidente de la Sala Primera, Francisco Marín Castán, pero con la mencionada fórmula, los vocales han logrado aupar a Mozo.

La reunión, que ha arrancado a las cuatro y media de la tarde, fue convocada por el propio Lesmes la semana pasada con un único punto dedicado a tratar los nombramientos para el Tribunal Constitucional. Pese a ello, el giro de los acontecimientos provocó que el sector progresista, al que pertenece Mozo, introdujera el punto en el orden del día sobre la sustitución, que es el que ha permitido dar la vuelta a las instrucciones de Lesmes en el último momento.

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Los vocales, sin embargo, no han dudado en aprobar también una nota de "reconocimiento" al hasta ahora presidente del CGPJ. "Los órganos del CGPJ seguirán actuando con plena normalidad, y cumpliendo su cometido constitucional de defensa de la independencia judicial, y del buen funcionamiento de los juzgados y tribunales, a través del ejercicio de todas y cada una de las competencias que les atribuye el ordenamiento jurídico", añaden la misma. "Tras la reunión mantenida el pasado día 10 de octubre por el Presidente del Gobierno y el Jefe de la oposición, confiamos en que la nueva reapertura de dialogo cristalice, lo antes posible, en un acuerdo".

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Los vocales muestran así su intención de permanecer en el cargo hasta que se alcance un pacto, pero en lo que se refiere al otro órgano que sigue pendiente de renovación, el Tribunal Constitucional, reconocen que "no hay fechas fijadas para nuevos encuentros" y se limitan a anunciar que "los negociadores fijarán de inmediato un calendario".