Adrián Vázquez: "La candidatura de Bal se basa en que se convierta en el césar del partido"

Los últimos meses han sido un tanto convulsos para Adrián Vázquez (Madrid, 1982). Tras la salida de Luis Garicano, el eurodiputado se puso al frente de la delegación de Ciudadanos en el Parlamento Europeo. Desde Bruselas, pilotó el proceso de refundación de un partido que ha entrado en vías de extinción, pero al que se compromete a "dar la vuelta" si logra imponer la lista que encabeza junto a Patricia Guasp —ella como portavoz política y él como secretario general— en las primarias que han abierto una auténtica guerra fratricida.

En una entrevista para El Confidencial, el dirigente desvela que él fue el primero al que Edmundo Bal llamó para unirse como número dos de su candidatura contra Inés Arrimadas. Pero lo rechazó. Vázquez despega también su candidatura de la influencia de la actual presidenta de Cs, que ocupa un papel testimonial en su lista y a la que también acusa de haber cometido importantes errores en el pasado que han llevado a Ciudadanos a la práctica desaparición. Cree que uno de los principales errores que cometió el partido liberal fue escoger como único socio prioritario al PP y advierte ya de que un nuevo fracaso electoral en mayo podría ser definitivo: "Quizá no tenemos ni un candidato que presentar en las elecciones generales".

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PREGUNTA. Cuando Edmundo Bal decidió romper con Inés Arrimadas, se quedó en tierra de nadie. ¿Qué le motivó a dar el paso e ir a la guerra con una lista alternativa?

RESPUESTA. Hay que empezar señalando que mi lista y la de Patricia [Guasp] no está auspiciada por Arrimadas. Ella ha dado un paso al lado de manera pública y notoria y no estará en la ejecutiva permanente. Es una lista totalmente innovadora. A mí me llamó Edmundo Bal varias veces para ser su secretario general, pero veía que su proyecto se debía más a una cuestión personal que a tener un proyecto definido de partido. Eso hizo que yo y muchos otros diésemos un paso atrás. No entendíamos esa guerra cainita dentro del partido. Durante varias semanas, tuve muchas peticiones. La mediación duró casi dos semanas y, al final, dimos el paso. Nos dijeron que hiciésemos una lista nueva, con caras nuevas. Y dimos el salto.

P. ¿En qué se diferencia tu proyecto del que lideran Edmundo Bal y Santiago Saura?

R. A nivel ideológico no debería haber diferencias. La ponencia que sale del proyecto de refundación es clarísima. Nuestra línea es el liberalismo progresista, donde lo único que queremos es defender nuestro espacio propio, sin inclinarnos ni a izquierda ni a derecha. Se cometieron grandes errores en la anterior dirección de la que, por cierto, Edmundo era el número dos. Nosotros no seremos el apéndice de nadie. Nuestra idea de partido es la de ser un vehículo transformador, y ahora ese vehículo no funciona porque se han hecho las cosas muy mal. Hacia fuera, lo que la sociedad debe percibir es un cambio radical de caras. Y lo segundo es un proyecto, que nos comprometemos a presentar en los primeros 45 días. Debemos volver a ser decisivos. La otra diferencia con la lista rival tiene que ver con la estructura. La nuestra es clara, sin tapados ni sorpresas. Las 15 personas que integran la lista tienen ya una función específica.

P. ¿A qué se refiere cuando dice que en la lista de Bal hay "tapados"?

R. Que solo se sabe lo que van a hacer cuatro personas, pero en la permanente hay 15. No sabemos quién haría comunicación, quién estaría en contacto con el afiliado, cuál es su propuesta para mejorar la comunicación externa e interna, quién va a ser el secretario de finanzas... Con nosotros, el afiliado sabe perfectamente a quién vota.

"No seremos el apéndice de nadie, ni a izquierda ni a derecha"

P. Begoña Villacís aseguró que el objetivo de Edmundo Bal es pactar con Pedro Sánchez. ¿Está de acuerdo?

R. Bueno, a nivel ideológico sí hay una diferencia notable, y es que nosotros queremos crear nuestro propio espacio liberal, mientras la otra candidatura se inclina más por una vertiente socialdemócrata. Nosotros no seremos el apéndice de nadie, no nos doblegaremos ante ningún lado. Nuestra única línea roja son los partidos que quieren romper España. Eso sí, a nivel nacional tenemos un grandísimo problema con Pedro Sánchez, que está poniendo a España a la cola de los países europeos en respeto a los valores democráticos básicos. Con Sánchez no podemos ir ni a la vuelta de la esquina, lo que no quita que a nivel municipal y autonómico podamos pactar a izquierda y a derecha.

P. Bal asegura que, mientras Inés Arrimadas tenga un papel en el partido, Ciudadanos no podrá deshacerse de la etiqueta del "trifachito". Que seguirá siendo un partido de derechas, continuista.

R. No son más que ocurrencias. Una cara muy conocida, que ha sido número dos de Ciudadanos en su peor ciclo electoral, no puede ser también la cara de la transformación y de la regeneración. Nuestra candidatura es totalmente nueva en ese sentido, y cambiará radicalmente la manera en que somos percibidos por la ciudadanía.

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P. Arrimadas tiene un papel testimonial en las primarias del partido, ¿pero apostarán por ella para liderar la candidatura de Ciudadanos a las próximas elecciones generales?

R. Si ganamos las primarias, la democracia interna se defenderá a rajatabla. Cuando haya convocatoria electoral, habrá primarias y cualquier afiliado podrá presentarse. Lo que no vamos a hacer es tomar una decisión cesarista desde Madrid. Yo jamás tendría la arrogancia de decir quién y dónde, y menos en una posición tan importante como candidato a la presidencia del Gobierno.

P. Edmundo Bal ya avanza que se presentaría como candidato.

R. Precisamente, esa candidatura se centra en que el señor Bal sea otra vez el césar del partido. Justamente por ese tipo de prácticas, que él se conoce al dedillo, el partido está como está. Nosotros queremos construir el partido desde abajo. Darle una estructura fuerte, para que, cuando vuelvan a venir mal dadas, no se nos lleve un soplo de viento. Cuando pase mayo, nos centraremos en las generales. Decir lo contrario es no haber aprendido nada de los errores del pasado.

P. Pero Inés Arrimadas seguirá teniendo el principal foco, que es el de la portavocía del Congreso.

R. Ella continuará como portavoz, igual que esperamos que Edmundo continúe como portavoz adjunto, pase lo que pase en las primarias. Sería suicida no contar con quienes ya están dentro de los grupos institucionales. Son ciclos distintos. Ir diciendo que hay que reventar portavoces solo contribuye a que la gente perciba que nos estamos peleando por los sillones, y por lo que peleamos es por salvar el proyecto. Si no se hace bien en mayo, tal vez no tengamos ni candidato que presentar a las generales. El partido necesita un cambio de caras y de liderazgos, lo he dicho en público y en privado. Pero no estamos para desperdiciar talento.

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P. Dice que su principal preocupación son las elecciones de mayo. ¿En qué plazas cree que tienen posibilidad de lograr representación?

R. No tenemos más datos que los de las encuestas a nivel nacional, pero Madrid será clave. También Barcelona, Valencia, Málaga, Sevilla, Palencia o Ciudad Real. La marca ahora solo nos desgasta, tenemos que volver a presentar a Ciudadanos como una herramienta útil. Por eso es tan importante ese cambio radical de caras y ese cambio radical de estructura.

P. Si no lograsen representación en las elecciones de mayo, ¿lo seguirán intentando en las generales?

R. Las elecciones de mayo son una prueba de fuego. No voy a ponerme en el peor escenario. No hay plan B.

P. Al margen de encadenar derrotas electorales desde hace años, el partido ha perdido más de 20.000 afiliados en menos de cuatro años. ¿A quién culpa del desastre?

R. No soy de personalizar las culpas. Hemos tenido un contexto político muy complicado, y se han tomado una serie de decisiones en los últimos años que nos han llevado a la situación en la que estamos. Dejamos de dar respuestas a las demandas de la sociedad, nos encasillamos en cosas que eran importantes hace tres años, pero no ahora. No hemos sabido adaptarnos. Uno de los principales errores fue el de pactar a nivel autonómico exclusivamente con el PP. Y eso lo tenemos que romper de raíz. Y el otro gran error fue el de la moción de censura de Murcia. No entendimos lo que la sociedad quería de nosotros, que era responsabilidad institucional. Fue un error tremendo, pero no se volverán a cometer.

"La dirección de Albert era cesarista, como lo fue la de Inés, y como lo sería la de Bal"

P. ¿Usted también cree, como Bal, que Ciudadanos necesita otro Albert Rivera?

R. Lo que creo es que el cesarismo tiene que acabar. Que necesitamos ser un partido mucho más transversal. La dirección de Albert era cesarista, como lo fue la de Inés, y como lo sería la de Bal. No por ellos, sino porque se regían por los estatutos que se habían aprobado. El partido crecía con base en una única figura. Ahora no se trata de los nombres, sino de defender el espacio liberal. No podemos quedarnos anquilosados donde estaba España hace tres años. Y solo tenemos cinco meses para conseguir darle la vuelta al proyecto.

P. Tal y como están los estatutos del partido, el puesto de secretario general, al que usted opta, sería incompatible con su asiento en Europa. ¿Estaría dispuesto a renunciar a ese cargo?

R. Esa ha sido la parte de los estatutos más enmendada por parte de los afiliados, y yo confío en que eso cambie. No tiene ningún sentido.

"Uno de los mayores errores fue pactar solo con el PP a nivel territorial"

P. ¿Podrá compaginar Bruselas con Madrid?

R. Tendré que delegar más cosas en mis compañeros, pero sin ninguna duda. Es cierto que el mayor sacrificio lo sufrirá mi familia. Pido disculpas por adelantado. Los españoles no se pueden quedar huérfanos de un voto liberal.

P. Si su lista fracasa, ¿qué hará entonces?

R. Me pondría a disposición de los ganadores y haría lo que me pidiesen. Edmundo es un gran parlamentario y sé que me tiene en buena estima, tanto que fui la primera persona a la que llamó para ser su secretario general.