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Aragonès planta el himno y traslada a Macron la pretensión de "ser un socio europeo"
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ACUDIÓ COMO ANFITRIÓN

Aragonès planta el himno y traslada a Macron la pretensión de "ser un socio europeo"

El 'president' de la Generalitat aprovechó para trasladar a Sánchez que "el 'procès' no ha acabado" y a Macron le mostró su pretensión de que "Cataluña quiere ser un socio europeo"

Foto: Aragonès saluda a Macron y Sánchez en la cumbre. (EFE/Quique García)
Aragonès saluda a Macron y Sánchez en la cumbre. (EFE/Quique García)

En misa y repicando, con un doble juego que mezcla la escenificación de la protesta con la institucionalidad. El papel de anfitrión del president de la Generalitat, Pere Aragonés, en la cumbre hispano-francesa que se celebra este jueves en Barcelona, se ha quedado a medias y ha dejado un mensaje de desplante. Si a las puertas de la cumbre protestaban las principales organizaciones y partidos independentistas, incluida ERC, Aragonès confirmó su asistencia con el resto de autoridades, pero finalmente se limitó a realizar los saludos protocolarios para luego plantar a la comitiva cuando sonaron los himnos de Francia, primero, y de España, después.

Pedro Sánchez y Emmanuel Macron acudieron a la ceremonia de honores militares tras el saludo, para escuchar los himnos de países y pasar revista a las tropas; el president de la Generalitat aprovechó para desviarse de la comitiva y dirigirse con paso rápido hacia su vehículo, estratégicamente aparcado a escasos metros. Los presidentes españoles y franceses sí fueron acompañados por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; la presidenta de la diputación de Barcelona, Nuria Marín, y la delegada del Gobierno en Cataluña, Maria Eugènia Gay.

Foto: El presidente de ERC, Oriol Junqueras (c), a su llegada a la manifestación. (EFE/Enric Fontcuberta)

Siguieron así el protocolo marcado en este tipo de cumbres, que solamente rompió Aragonès para evitar su presencia en los honores militares. La asistencia de Aragonès como anfitrión al inicio de la cumbre, al tiempo que el presidente de su partido se manifestaba a las puertas, ya se interpretó como un juego de equilibrios en el que el president de la Generalitat se ha seguido enredando. Una "sobreactuación" o "política espectáculo", según lo calificaban ya antes de la cumbre fuentes del Gobierno.

Aragonès y Sánchez sí tuvieron tiempo para hablar mientras esperaban la llegada de Macron a las puertas del Museu Nacional d'Art de Catalunya en Montjuïc, donde se celebra la cumbre. Ambos charlaron durante cinco minutos en grupo y, posteriormente, hicieron un parte durante otros tantos, hasta que la llegada de la comitiva francesa.

Un breve contacto en el que Aragonès aprovechó para trasladar a Sánchez que "el procès no ha acabado", según fuentes de la Generalitat, replicando así las declaraciones del presidente del Gobierno y reafirmándose en el lema de las manifestaciones contra la cumbre. Asimismo, volvió a insistir en los asuntos que pretendía poner sobre la mesa en esta cumbre, pero que finalmente no se abordarán más allá de la agenda ya prevista entre ambos estados, como es el caso de la apertura de los pasos transfronterizos con Francia que también puso de relieve.

Durante las palabras que el president de la Generalitat intercambió con el presidente de la república francesa, además de darle la bienvenida y agradecer las buenas relaciones de la Generalitat con su Administración, le mostró su pretensión de que "Cataluña quiere ser un socio europeo", según las mismas fuentes de la Generalitat.

Foto: El presidente de España, Pedro Sánchez, junto a su homólogo francés, Emmanuel Macron, durante la X Cumbre Euromediterránea. (EFE/Kai Forsterling)

El doble juego de los republicanos, que Aragonès escenificó en esta cumbre, no acaba de convencer a todo el bloque independentista, como se mostraba durante la manifestación que trataba de ser unitaria. De hecho, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, se vio obligado a abandonar la protesta organizada por ANC y Òmnium contra la cumbre entre gritos de botifler ('traidor'), abucheos y silbidos.

Minutos antes, el presidente de ERC se sumaba a la marcha y, ante los medios de comunicación, afirmaba: "El independentismo sigue bien vivo. El conflicto no ha terminado porque sigue habiendo represión contra los catalanes en forma de persecución económica y de juicios". "Este conflicto no terminará hasta que la sociedad catalana pueda ejercer su derecho a la autodeterminación votando. Ese es el camino que seguimos. En este camino seguimos trabajando y negociando en todos los ámbitos. Lo hacemos de Gobierno a Gobierno con el Gobierno español", aseguró justificando de este modo la estrategia de doble juego.

En misa y repicando, con un doble juego que mezcla la escenificación de la protesta con la institucionalidad. El papel de anfitrión del president de la Generalitat, Pere Aragonés, en la cumbre hispano-francesa que se celebra este jueves en Barcelona, se ha quedado a medias y ha dejado un mensaje de desplante. Si a las puertas de la cumbre protestaban las principales organizaciones y partidos independentistas, incluida ERC, Aragonès confirmó su asistencia con el resto de autoridades, pero finalmente se limitó a realizar los saludos protocolarios para luego plantar a la comitiva cuando sonaron los himnos de Francia, primero, y de España, después.

Pere Aragonès